VIERNES Ť 22 Ť JUNIO Ť 2001
Ť Muchacha en azul, título de su nueva novela publicada por Joaquín Mortiz
Me propuse hacer mujeres rebeldes que rechazan la imposición: Molina
Ť Soy una escritora nocturna, así fue y es mi generación, dice la autora de Quiero ser la que seré
Ť Ahora podré dedicarme de lleno a mi quehacer de agregada cultural en Bélgica, expresa
CESAR GÜEMES
Escribe de noche, después de que ha dejado resueltas las muy diversas labores que realiza a lo largo del día. Sólo de noche, diario, en un procesador de palabras que le permite ahora corregir todavía más de lo que corregía cuando los textos eran mecanográficos. Esa prolijidad, ese ser puntillosa le ha ganado un sitio de prosista cuidadosa, dedicada, severa casi. Como un ejemplo de todo ello acaba de aparecer su nueva novela, Muchacha en azul, bajo el sello de Joaquín Mortiz.
Superar la dislexia
-Sin que tu reciente trabajo sea una novela corta, parece como si buscaras ser cada vez más sintética. ƑEs posible?
-No soy una escritora de gran aliento, nunca he hecho novelas largas. Al contrario, he quitado mucho y me quedan en cierto sentido cortas. En todo caso me doy cuenta, sobre todo en las presentaciones de mis libros, que en vez de ser muy breves, son de amplitud normal. Eso quiere decir, supongo, que en efecto mi trabajo es una síntesis de lo que digo.
-Quizá el tamaño de las obras se relacione en tu caso con que has realizado libros para primeros lectores, a los que no puedes ofrecerles una novela de más de 200 páginas.
-Pasó al revés: la facilidad para escribir poco me ayudó a fin de hacer literatura pensada para niños y jóvenes. Sobre todo donde lo vi con mucha claridad fue en una novelita que se llamaQuiero ser la que seré, en donde la narración está hecha en verso. Por razones que no tienen que ver del todo con la literatura, aunque me permitió un ritmo definido, observo que es más fácil leer líneas cortas. Eso lo sé, lo experimenté. Ahí hablo sobre la dislexia, y cuando alguien lo es, como yo, leer una línea larga resulta muy complicado.
-ƑEs una metáfora lo de ser disléxica?
-No, es un asunto real.
-Nadie lo diría.
-Mi trabajo me ha costado. Resulta que en la época cuando la padecía con mayor fuerza no estaba definida como tal, sencillamente en la escuela los compañeros me dejaban atrás en el aprendizaje.
''He superado muchas de las características de los disléxicos, aunque a veces me ocurren situaciones muy propias de quienes tienen esa problemática.''
-ƑCómo se relaciona la voluntad de superar la dislexia con tu dedicación a la literatura?
-Más bien fue un impedimento, porque si hubiera tenido en la primaria una formación más sólida, me habría sido más sencillo ser escritora. Pensemos que empecé a leer muy tarde. Pero me ayudó, finalmente. Fui insegura, es verdad, sentía vergüenza cuando pasaba al pizarrón y no alcanzaba a solventar un problema. Bien, pues a mediano plazo ese tipo de situaciones me dieron una sensibilidad distinta, más afinada. No me hice escritora por eso, pero sí me hizo distinta.
El sentido de la rebeldía
-Los personajes femeninos de Muchacha en azul parecen estar relacionados con los de trabajos tuyos anteriores, como si pertenecieran a una misma familia. ƑEstás de acuerdo?
-No me lo he planteado. Quizá las une un poco una suerte de zozobra en la vida y una cierta vocación para la verdad. Eso las emparenta.
-El hecho de que ahora encuentres esta constante es porque ya la veías desde antes de tu nueva novela.
-Los personajes son rebeldes. Y sobre todo en los cuentos me propuse hacer mujeres que no aceptan un destino impuesto, porque ellas son capaces de fabricarse uno.
''Ese es el sentido de rebeldía que les imprimí: luchar por lo que es preciso. En las novelas, por su lado, no me propongo algo así porque me gana la idea de contar una historia.''
-Hay dos epígrafes que signan Muchacha en azul, y es de singular significado el de Jeremías. ƑPor qué te remites a esa figura?
-Porque el pobre se la pasaba quejándose, y mi personaje llamado Hilda también. Ella está en París y no queda conforme, mientras cualquiera quisiera estar allá y realizar su vida. Hilda se queja de su media hermana, quien sólo quiere darle un futuro mejor, por ejemplo. Pero en el fondo ella tiene razón en algo que casi nadie lo observa a primera vista: todo mundo oye sus súplicas pero nadie se le acerca con alguna solución viable. Hay un asunto de peso, profundo, que cimenta la vida del personaje y es por ello que con regularidad se queja de la vida y eso la une con lo dicho por Jeremías.
Periodo de reposo
-En breve partes a Bruselas como agregada cultural, Ƒcómo cambiará esa actividad tu producción literaria que hasta ahora ha sido constante?
-Vamos a ver: cuando estoy metida en un proyecto literario, escribo diario, siempre, sin falta casi. Pero hay periodos de reposo o de reflexión o de un trabajo distinto en los que no escribo. Es el caso. Finalmente no es una experiencia del todo nueva: tengo una pequeña editorial, así que cuando escribo no me olvido de que esa labor existe. Además de que, como te digo, soy una escritora nocturna, así fue y es mi generación: trabajamos la literatura cuando ya hicimos todo lo demás. Luego, en este momento no tengo ninguna novela pendiente. No estoy escribiendo nada, así que me podré dedicar de tiempo completo a la agregaduría y mientras se me ocurrirá otra historia. Luego, entre que me viene la idea y la concreto en un libro puede pasar mucho tiempo. De modo que no me inquieta cambiar de ambiente y de país. Al contrario, siento que mi trabajo en un país como Bélgica me enriquecerá.
-No te quejarás como tu personaje Hilda.
-Desde luego que no, aunque a las dos seguro que nos enriquece el radical cambio de entorno.