Adiós Boogie man
El arcángel del blues, John Lee Hooker, murió ayer en San Francisco
AGENCIAS
El guitarrista John Lee Hooker murió la madrugada del jueves en su domicilio de San Francisco, a los 83 años. Falleció mientras dormía "viéndose a sí mismo". Era la última leyenda viva del blues, creador de un estilo irrepetible y una voz más honda que el gemido. Autor de piezas clásicas que sonaron a la hora en que nacieron las grandes leyendas del rock, vino a México en octubre de 1978 y se presentó en la Sala Nezahualcóyotl y en el Teatro Ferrocarrilero. Era un Mozart del blues, un arcángel negro que amó y a quien amaron las mujeres, uno de los temas capitales de su vasta obra.
"Pereció esta mañana en su casa mientras dormía", declaró un portavoz de The Rosebud Agency. El año pasado Hooker ųquien ingresó al Salón de la Fama del Blues en 1987 y en el del Rock and Roll en 1991 (ha recibido este doble honor junto con B.B. King, Muddy Waters, Etta James y Eric Clapton)ų anuló una gira por Europa y Estados Unidos a causa de un problema vascular por el que tuvo que ser operado.
"No lo esperábamos, porque apenas había recibido una gigantesca ovación con todo el público de pie, que lo hizo salir al escenario cuatro veces más en una presentación, el sábado pasado por la noche. Estaba feliz y parecía sentirse bien ųexplicó su mánager, Rick Batesų. Le gustaba tocar y se sentía feliz de compartir su música con la gente".
John Lee Hooker nació el 12 de agosto de 1917 en Clarksdale, en el sureño estado de Mississippi. Pasó su infancia y parte de la adolescencia en una plantación. Comenzó como cantante de iglesia, pero la influencia de leyendas como Blind Lemon Jefferson, Charley Patton y Blind Blake transformaron su concepción musical.
Trabajó ya como músico en Cincinnati y Detroit cuando aún era adolescente, pero fue en 1948 cuando gracias a la ayuda de Bernie Besman pudo debutar como solista con sus canciones Sally Mae y Boogie Chillen. De ahí en adelante produjo más de 60 discos durante su prolífica carrera, que rebasó el medio siglo. Fue motivo de inspiración para artistas como The Animals, The Yardbirds, The Rolling Stones y el propio Jimi Hendrix, los cuales idealizaron al llamado Boogie Man.
Otra leyenda del blues, el compositor y maestro de la armónica Slim Harpo, respondió así a quienes una vez le preguntaron cuáles eran los mejores intérpretes de blues: "Son cuatro: John, Lee, Hooker y, por supuesto, su guitarra".
Apenas en febrero pasado había recibido el premio Lifetime Achievement de la academia encargada de los Grammy. En octubre de 1999 fue presentada en Inglaterra la biografía Boogie Man: las aventuras de John Lee Hooker en el siglo XX, de Charles Shaar Murray. Ese mismo año celebró medio siglo de grabaciones con la edición del disco compilatorio The Best of Friends, que incluía a grandes músicos como Van Morrison, Bonnie Raitt, Carlos Santana, Robert Cray, Ben Harper, Los Lobos, Charlie Musselwhite y Jimmi Vaugahn, entre otros.
En años recientes Hooker ingresó al Salón del Rock de Los Angeles y al Salón de la Fama Bammies, en San Francisco, y obtuvo su estrella en el Salón de la Fama del Bulevar de Hollywood. En octubre de 1998 fue honrado por el Salón de la Fama del Rock and Roll con un concierto-tributo en el que actuaron Elvin Bishop, Eddie Kirkland y Johnnie Johnson, algunos de sus mejores amigos. En 1997 recibió dos premios Grammy por su última grabación en estudio, Donƀt look back. Con su voz cavernosa, su peculiar forma de tocar la guitarra y su obsesivo estilo, John Lee Hooker era la última gran leyenda del blues.