Ť Las empresas nacionales tienen una participación mínima o son subcontratadas
Las obras más importantes de infraestructura para energía, a cargo de compañías foráneas
Ť El desplazamiento de la ingeniería mexicana, consecuencia de la apertura, dice analista
MIRIAM POSADA GARCIA / I
Aunque los programas de inversión en áreas estratégicas del sector energético han mostrado una tendencia creciente en los últimos cinco años, e incluso entre el año 2000 y el 2001 se incrementaron considerablemente, las obras de infraestructura más importantes por su dimensión y requerimientos de inversión están a cargo de empresas extranjeras o consorcios con mínima participación de capital nacional.
En el ramo petrolero las principales obras como la inyección de nitrógeno en el megacampo Cantarell, la supervisión de su reactivación, la reconfiguración de refinerías, el reordenamiento de las reservas petroleras, y una parte importante de la producción de gasolinas están a cargo de empresas extranjeras como SNY, Bechtel, Triton y Sonat, entre muchas otras, mientras que las mexicanas quedan como participantes minoritarios o subcontratistas.
En el sector eléctrico las plantas generadoras de las cuales dependerá en gran medida el abasto de electricidad requerida por el país por lo menos en los próximos cuatro años, están a cargo de empresas estadunidenses, canadienses, españolas y francesas generalmente asociadas con nacionales, y de forma coyuntural el desarrollo de la red de ductos para transporte y distribución de gas natural -combustible básico para la generación de energía-, también está en manos de empresas extranjeras, las mismas que casualmente participan en el negocio de la electricidad como Iberdrola, Electricité de France, Intergen, entre muchas más.
El desplazamiento de la ingeniería mexicana es consecuencia de la apertura del sector energético, advirtió el especialista universitario Fabio Barbosa, al detallar que fue con el boom petrolero de los 70 cuando empezó el decrecimiento de esta actividad. Entonces, dijo sólo en el caso de Petróleos Mexicanos (Pemex) se producían 20 millones de horas-hombre al año, lo que equivalía a emplear a más de 8 mil ingenieros y técnicos especializados.
Todo este personal altamente capacitado estaba reunido en Pemex, el Instituto Mexicano del Petróleo y firmas de ingeniería privadas nacionales, las cuales aportaban casi 50 por ciento de los requerimientos de la paraestatal, señaló Fabio Barbosa, e incluso la participación de bienes y servicios de origen mexicano en la industria petrolera llegó a ser de 85 por ciento.
"La ingeniería mexicana fue capaz y autosuficiente para contribuir al desarrollo de la Sonda de Campeche, en el diseño y construcción de toda la variedad de plataformas requeridas. En petroquímica el porcentaje de contribución mexicana se ubicaba arriba de 85 por ciento, mientras que en los procesos de refinación la ingeniería nacional fue capaz y autosuficiente para abordar el diseño y construcción de prácticamente ciento por ciento de la infraestructura".
Hoy en día las cifras son tristes y preocupantes para los ingenieros petroleros, eléctricos y civiles del país, toda vez que en el sector energético nacional se tienen poco más de 3 millones de horas-hombre de ingeniería nacional dentro del sector público y del privado.
Barbosa advirtió que la participación de empresas nacionales en el sector energético se ha convertido en un asunto de supervivencia y soberanía nacional; sin embargo, "hemos sido desplazados, ahora la participación de ingeniería mexicana en los proyectos de plataformas petroleras y el desarrollo de yacimientos es marginal".
Y es que de acuerdo con datos de este especialista, que ha seguido muy de cerca la evolución de la industria petrolera en particular, en los últimos 10 años los porcentajes de participación se han revertido; la situación de las firmas de ingeniería nacional se ha vuelto crítica, ahora 85 por ciento de la ingeniería básica y de detalle se diseña en el extranjero.
"Los concursos integrales llamados llave en mano "son ganados inexorablemente por extranjeros que se los apropian por decenas, como son los casos de Triton, que perforó en la Sonda cinco pozos, y Sonat, 15, porque las bases de licitación y las condiciones para el registro de los participantes prácticamente impiden la participación de las firmas mexicanas".
Obras en el sector petrolero
La experiencia ilustra que las obras de infraestructura más importantes del sector petrolero han quedado en manos de empresas extranjeras, que en el mejor de los casos se asocian con las principales constructoras nacionales como ICA, Tribasa, Protexa y en su momento Bufete Industrial, las cuales a su vez subcontratan a otras empresas nacionales.
Tal es el caso del máximo proyecto petrolero del país, Cantarell, en donde Bechtel, la empresa de ingeniería más grande del mundo, fue contratada para la administración del proyecto. Mientras que para la construcción de la planta de inyección de nitrógeno el contrato quedó a cargo de la Compañía de Nitrógeno de Cantarell (CNC), integrada por BOC Holdings, de Gran Bretaña; Westcoast Energy, de Canadá; Marubeni Corporation, de Japón; Linde, de Alemania, e ICA-Fluor Daniel, de México-Estados Unidos.
En la reconfiguración de refinerías, empresas como Samsung se hacen cargo de los trabajos en Tula, Sunkyong-Siemens-Tribasa realizó la reconfiguración de la refinería de Cadereyta, la coquizadora de este proyecto ha estado a cargo de Protexa y Tribasa, ambas empresas mexicanas con problemas financieros que no han podido concretar la obra.
La refinación de crudo nacional no se efectúa del todo en México debido a la falta de infraestructura, de tal forma que son empresas como Shell, Exxon, Clark, Coastal y Marathon quienes tratan el crudo pesado Maya y lo devuelven al país como gasolinas. Además de los múltiples contratos de servicios integrales a los que Pemex debe recurrir para salvar sus necesidades tecnológicas, como el establecido en la Cuenca de Burgos, el principal proyecto gasífero del país, en donde opera el consorcio formado por Schulmberger, Perforadora México y Compañía Mexicana de Exploraciones, entre otras empresas cuyos servicios se han adquirido conforme avanza el proyecto.
Y el conocido caso del reordenamiento de las reservas petroleras del país que estuvo a cargo de la empresa Netherland, Sewell & Associates (NSAI), con cuya metodología se establecieron en reservas probadas y probables para 21 años de petróleo crudo equivalente.
En Pemex, millonarias inversiones
El sexenio zedillista se dijo el más agresivo de los últimos tiempos en materia de inversión para el sector energético -alrededor de 300 mil millones de pesos-; sin embargo, durante ese mismo periodo se registraron los márgenes de reserva para generación de electricidad más bajos de la historia de la industria eléctrica, la exploración de hidrocarburos estuvo prácticamente paralizada, toda vez que se dio prioridad a la producción y exportación de crudo, se establecieron nuevos compromisos de refinación con empresas estadunidenses y la petroquímica prácticamente se dio por muerta.
A pesar de que el sector energético es el más afectado cada vez que la economía va mal y es necesario hacer ajustes y reajustes, el presupuesto de inversión de Petróleos Mexicanos no ha disminuido en los últimos años. En el 2000 la paraestatal dedicó 62 mil 926 millones de pesos en el desarrollo de infraestructura,
Al cambio de administración, la tendencia se mantuvo, por lo que los programas de inversión de la paraestatal para el 2001 dispondrán de 84 mil 817 millones de pesos, 21 mil 891 millones más que el año anterior. A pesar de que con el gobierno foxista no se vislumbran cambios en la política exportadora de crudo, se anunció una programa extraordinario de inversión en Pemex Exploración y Producción ante la urgencia de encontrar nuevos yacimientos de gas natural y de crudo ligero, por lo que sólo durante el 2001 se invertirán en este rubro alrededor de 5 mil 700 millones de dólares, y en el sexenio 36 mil millones, casi 15 mil millones de dólares más que en los seis años previos.
Para la industria de la construcción y la ingeniería mexicana esto implica oportunidades de inversión en más de 2 mil proyectos de exploración y explotación de aceite y gas, aunque uno de los mayores inconvenientes aquí son los financiamientos y la tecnología que se requiere para exploración, estudio de campos maduros, sistemas de manejo de producción, perforación somera, construcción de gasoductos, servicios de compresión, mantenimiento, intervenciones a pozos y restauración de suelos y presas, entre otras muchas actividades de esta industria.
Los trabajos para el Programa Estratégico de Gas con un rezago de año y medio podrían ser una alternativa para las empresas de ingeniería nacionales, siempre y cuando se establezcan reglas claras y oportunidades como ha sido el reclamo de agrupaciones como el Colegio de Ingenieros Petroleros de México (CIPM) y la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).
En refinación las alternativas serían las plantas nuevas para las refinerías de Minatitlán y Salina Cruz, la ampliación en la red de ductos y la posibilidad de una nueva refinería, y en petroquímica la rehabilitación de plantas.