VIERNES Ť 22 Ť JUNIO Ť 2001
Ť La jerarquía católica, responsable de la homofobia, afirma
Asesinaron a 213 homosexuales en 6 años, informa asociación
VICTOR BALLINAS
De 1995 a 2000 se registraron en México tres ejecuciones de homosexuales al mes, denunció la Comisión Ciudadana Contra los Crímenes de Odio por Homofobia. En esos seis años, precisó el coordinador ejecutivo de la asociación, Arturo Díaz Betancourt, fueron asesinados 201 gays y 12 lesbianas.
Destacó que esas cifras son resultado de una investigación hemerográfica, "debido a que las autoridades niegan a la comisión, integrada por miembros de la comunidad científica, religiosa, médica, periodística, política e intelectual, los expedientes judiciales de las ejecuciones".
Según Díaz Betancourt, "estimamos que en los últimos seis años se registraron 642 ejecuciones de odio, y que en 2000 por lo menos ocurrieron 69, ya que por cada caso registrado puede haber tres subregistros".
Díaz Betancourt dijo que la derecha, en concreto la jerarquía eclesiástica, alienta los crímenes de odio. Señaló a los cardenales Norberto Rivera, Ramón Godoy y Juan Sandoval Iñiguez como los responsables de que se cometan crímenes contra gay, lesbianas y transexuales, porque desde la Iglesia manifiestan "su odio, desprecio y repulsión" por esa comunidad.
En conferencia con la prensa convocada por Amnistía Internacional sección México para presentar el libro Crímenes de odio, conspiración de silencio. Tortura y malos tratos basados en la identidad sexual, se dijo que en éste se da cuenta de que en muchas partes del mundo "ser gay o lesbiana no se considera un derecho, sino un crimen. La homosexualidad se considera un pecado o una enfermedad; una desviación social o ideológica, o una traición a la propia cultura".
La publicación destaca que Amnistía Internacional considera que los actos de violencia contra lesbianas, gays, bisexuales y transexuales en el hogar y en la comunidad ''constituyen tortura, de la que el Estado ha de responder, cuando son de la naturaleza y gravedad contempladas en el concepto de tortura definido por las normas internacionales y el Estado no ha cumplido su obligación de proporcionar una protección efectiva".
Amnistía Internacional destaca que en casi todos los países del mundo ''las vidas de los gay y las lesbianas están limitadas por una telaraña de leyes y prácticas sociales que les niegan el disfrute, en condiciones de igualdad, del derecho a la vida, la libertad y la integridad física, así como otros fundamentales, como la libertad de asociación, de expresión, y los derechos a la vida privada, el trabajo, la educación y la atención médica".
Esta organización, con presencia en más de 100 países, subraya: ''los abusos (contra homosexuales) suelen ocultarse tras un velo de silencio e indiferencia. El tabú que rodea a la homosexualidad hace que la mayoría de los ataques contra ellos no sean denunciados. El miedo a la detención y a las represiones impide muchas veces que las víctimas se quejen ante las autoridades.
''Cuando gays y lesbianas denuncian ataques en sus casas y comunidades, es frecuente que las autoridades no adopten ninguna medida alegando que son asuntos 'privados' que salen de su jurisdicción o una consecuencia inevitable de los actos de la propia víctima . La aquiescencia oficial propicia la violencia contra esta comunidad'', sostiene AI.
En el libro Crimenes de odio..., en el apartado ''Tortura y malos tratos en prisiones'' se da cuenta del caso registrado el 7 de diciembre de 2000 en el penal de Topo Chico, Nuevo León, contra el recluso gay Luciano Rodríguez Linares, a quien ''lo sacaron de la celda y le dieron una paliza. Según los informes, lo sujetaron entre varios funcionarios de esa prisión mientras otro funcionario le introducía un dedo en el ano, haciéndolo sangrar. Aunque aparentemente buscaban drogas, los informes indican que el funcionario dijo: 'si eso es lo que quieres, yo te lo doy', mientras los demás funcionarios veían y se reían.
''El funcionario le dijo también que lo matarían si denunciaba los hechos. En enero del 2001 Amnistía Internacional comunicó los hechos a las autoridades, y el temor de que Luciano Rodríguez corriera peligro de sufrir represalias por haber formalizado la denuncia".
El reporte de la comisión destaca que de 1995 al 2000 el Distrito Federal ocupa el primer lugar de crímenes con un total de 103 casos; el segundo lo ocupa el estado de México con 47, y el tercero Veracruz con 22.