JUEVES Ť 21 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Exhibirá De las geografías al norte interior en la Galería de Arte Mexicano

Viajar por la ruta del cuerpo siempre nos enfrenta con el misterio: De la Macorra

Ť Incluye 19 esculturas de cerámica, metal, plástico y papel, entre otros materiales

Ť La artista se convierte en una especie de cartógrafa para describir un recorrido

MONICA MATEOS-VEGA

Luego de haber abordado como tema los ciclos de la vida, la escultora María José de la Macorra (DF, 1964) se sumerge en el proceso que da aliento al cuerpo y crea piezas que son la metáfora no sólo de las células o fluidos vitales, sino de la materia que alimenta el alma.

La artista se convierte en una especie de cartógrafa para describir un recorrido que denomina ''de las geografías al norte interior'' con las 19 piezas que conforman la exposición que a partir del 27 de junio presentará en la Galería de Arte Mexicano (Gobernador Rafael Rebollar número 43, colonia San Miguel Chapultepec).
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Se trata de objetos elaborados con porcelana, cerámica, fierro, hule, metal, plástico, seda, barro, concha, tela y papel que la hacen sentirse ''una artista del ensamblaje" ya que, anteriormente, De la Macorra había trabajando con materiales orgánicos, desde semillas hasta pacas de paja o trozos de hielo, que colocaba en contenedores construidos por ella misma.

En esas primeras piezas efímeras, paradójicamente, el trabajo era más arduo. El actual formato de las piezas de la escultura las hacen más accesibles y manejables.

Desconocimiento acerca del cuerpo

No obstante, la indagación en los misterios de la vida han hecho aterrizar la obra de María José en la naturaleza del cuerpo y sus geografías.

''Me di cuenta que nuestro cuerpo se reduce a entradas y salidas de canales, y que hay sistemas paralelos, como el de la geografía y la anatomía. Al confrontar estas dos ideas con la caligrafía taoísta también advertí que muchas partes inspiraban este sistema de escritura", explica.

Así fue como surgió la idea de representar con sus piezas ''al cuerpo como un viaje o un paisaje interior del norte, porque esta ruta siempre ha sido símbolo del misterio, de lo desconocido. Y es que nosotros no conocemos en realidad nuestro cuerpo".

La exposición también hace referencia al peregrinaje, todo ello a través de metáforas sutiles. Según explica Erik Castillo Corona en el catálogo de la muestra, ''las imágenes de María José van construyendo una especie de manual de anatomía fantástica, que más que manifestar nostalgia por su primera formación en el contexto de la ciencia, expresa su voluntad de conocimiento intuitivo en el territorio del arte. ''El resultado de esta elección gnoseológica permite a la artista proponer modelos somáticos, dirigida a la figuración de paisajes cada vez más interiores. Es como si ella se preguntara cómo es el paraíso original del cuerpo y cuándo llegaremos a su tierra prometida."

María José es egresada de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, ha sido becaria del Centro Banff de Canadá, del Fonca y en 1997 obtuvo el premio de adquisición en escultura de la tercera bienal en ese rubro que organizó el Museo de Monterrey.