JUEVES Ť 21 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Primera temporada del director Juan Trigos al frente de ese agrupamiento

Repertorio con obras contemporáneas, nueva faceta de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes

Ť Los programas inaugural y el de clausura están dedicados a la música nacional

ANGEL VARGAS

Con la convicción de que ''el riesgo es parte inherente al arte", el nuevo director de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes (OCBA), Juan Trigos, diseñó su primera temporada al frente de la agrupación ?la segunda del año para ésta? exclusivamente con música del siglo XX y contemporánea.

Así, la orquesta da un vuelco a su repertorio, que durante los siete años que estuvo bajo la dirección artística de Enrique Barrios se conformó casi de forma íntegra de obras escritas en los periodos comprendidos entre el barroco y el siglo XIX.

La temporada México y el siglo XX consta de cinco programas de conciertos dobles que tendrán lugar del 28 de junio al 29 de julio, los jueves y domingos, en la Sala Ponce del Palacio de Bellas Artes y el Auditorio Silvestre Revueltas del Conservatorio Nacional de Música, respectivamente.
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Es notorio el predominio de autores mexicanos, pues salvo el tercer programa, el resto incluye cuando menos a uno, y el inaugural y el de clausura están dedicados totalmente a la música nacional.

El inaugural, con obras de Carlos Jiménez Mabarak, Salvador Contreras, Silvestre Revueltas y Gustavo Campa. Mientras que el de clausura, con piezas de Alfonso de Elías, Rodolfo Halffter, Jesús Villaseñor, Joaquín Gutiérrez Heras y Carlos Chávez.

El ámbito internacional estará representado por Paul Hindemith, Luca Cori, Carl Nielsen, Bela Bartok, Heitor Villa-Lobos, Leonard Bernstein, Witold Lutoslawsky e Igor Stravinsky, entre otros.

Sin riesgos no hay arte

El propósito de Trigos, señaló ayer en conferencia de prensa, es ''tratar de ofrecer un panorama general de la música del siglo XX y contemporánea", así como revertir el prejuicio acerca de que ésta resulte ''fea o aburrida".

''Es mucho más fácil quedarse en un nicho para ir a lo seguro. Si uno no corre riesgos entonces no hay arte", agregó el también compositor, en relación con la constante entre gran parte de las agrupaciones no sólo de México sino del mundo de programar muy pocas partituras contemporáneas.

''Muchos directores ?dijo? temen estudiar las partituras, como si consideráramos tarado al público. A éste hay que darle la música bien tocada y tiene derecho de decir si le gusta o no. ¿Cómo va a juzgar si no se le da oportunidad primero de escuchar?" Explicó que el cambio de repertorio propició, al principio, algunas asperezas con los músicos, pero agregó que una vez adentrados, el trabajo ha sido armónico.

Que se acentúe la orientación de la OCBA hacia la música contemporánea no significa abandonar otro tipo de repertorio. ''No quiere decir que ya no se toque más a Mozart o a Beethoven", aclara Trigos, sino se hace con la idea de ''enriquecer un repertorio básico que no se tiene".

No existe temor, por otra parte, de que se retire el público cautivo de la agrupación con esta nueva faceta, pues se asume que quien asiste a escuchar música está abierto a nuevas experiencias. Pero "si se pierde público, ya vendrá otro", confió el director.

Durante la conferencia de prensa, en la que estuvo presente el gerente de la OCBA, Raúl Falcó, se informó que a más tardar en una semana se espera dar ''solución definitiva" a la demanda de los músicos de contar con una sede adecuada.

Respecto de cómo tener más público, una medida será permitir la entrada libre a los conciertos de los domingos, anunciaron.