JUEVES Ť 21 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Les colocó una camisa de fuerza y luego los liquidó con gol de Delgado

Boca Juniors puso en jaque a Cruz Azul; 1-0 ganó en el Azteca

Ť Los cementeros no pudieron brillar como en los compromisos anteriores

Ť Con todo en contra irán a Buenos Aires, al juego decisivo de la Libertadores

 MIGUEL ANGEL RAMIREZ

Se llevaron el silencio en el alma los seguidores del Cruz Azul. El Boca Juniors los puso en jaque en la final de la Copa Libertadores de América, al derrotarlos anoche por 1-0 en los primeros 90 minutos de su enfrentamiento.

mexico_argentina_soccer_ecu"Antes que nos olviden haremos historia", rezaba una manta en el estadio Azteca, pero la aventura de La Máquina parece estar en el cénit de lo imposible.

Desde el silbatazo inicial, la visita le colocó una camisa de fuerza a los cementeros, que jamás se pudieron quitar.

Los del Boca Juniors dibujaron perfectamente dos infranqueables líneas defensivas (únicamente Juan Román Riquelme y Christian Giménez aparecían un poco adelantados), clausuraron todos los caminos hacia su meta, casi borraron cualquier intento de "pared" o triangulación e impusieron el ritmo que más le convenía al partido.

Resultaron siniestros estos instrumentos para los cementeros, pues nunca pudieron brillar como en los anteriores compromisos ante River Plate y Rosario Central. Ni dejando caer todo el peso de su artillería pudieron abrir a este Boca.

En los primeros minutos, al 10, José Alberto Hernández lanzó un buen disparo, que pasó apenas por encima del arco del portero Oscar Córdoba.

La respuesta de los sudamericanos y única en la primera parte, fue al 19, cuando un tiro de Riquelme alcanzó a ser desviado ligeramente por la espalda de un compañero; el guardameta Oscar Pérez sufrió un poco, pero terminó quedándose con el balón.

El Cruz Azul recurrió mucho al pelotazo al área, ante la marca férrea de la visita, pero esto le dio una escasa cosecha. Sólo una vez se descuidó la zaga visitantes, cuando Angel Matute Morales remató con la cabeza un envío de Julio César Pinheiro, pero la pelota fue directamente a las manos de Córdoba.

Al minuto 21, Cruz Azul fabricó su mejor jugada. Matute filtró estupendamente un pase para José Cardozo por el sector izquierdo; sin embargo, el zurdazo del delantero paraguayo lo rechazó muy bien el arquero.

Después, al 32, Córdoba volvió a ser exigido, en un tiro lejano de Francisco Palencia; no controló inmediatamente el balón, pero lo hizo antes de que llegara el Matute para rematar.

Los cementeros no pudieron casarse esta vez con la belleza del futbol; no hubo desbordes por las bandas, porque siempre la caía más de uno a Pinheiro o a Víctor Gutiérrez; Palencia no fue el temible guerrero de otras ocasiones y a Cardozo lo cazaron todo el tiempo en fuera de lugar.

La visita, especialmente vía Riquelme, siempre trató de guardar el balón lo más que pudo en cualquier zona de la cancha. Además, no olvidó fingir una lesión a la menor oportunidad.

cruz_azul_boca1Aunque el que salió reprobado como actor fue Clemente Rodríguez, pues el árbitro brasileño Marcio Rezende lo amonestó, tras reponerse inmediatamente cuando apenas el llamado carrito de las desgracias lo había sacado de la cancha para ser atendido.

El técnico de Cruz Azul, José Luis Trejo, no esperó al descanso para hacer ajustes a su Máquina, y al 42 metió a Tomás Campos en lugar de Norberto Angeles, para que Pinheiro pudiera quedarse más como un extremo. Pero esta vez en verdad que se necesitará de mucho combustible para llegar a la meta.

En el arranque del complemento siguieron las malas actuaciones de los visitantes, pero sólo al fingir lesiones. Porque su muro defensivo parecía hecho de cemento Cruz Azul; el mejor según rezaba la propaganda en el colmado coloso de Santa Ursula. Trejo echó mano de Héctor Adomaitis por Gutiérrez, pero ni así se impidió que Córdoba tuviera un segundo tiempo más que tranquilo.

Como La Máquina parecía extraviada. Como el camino al paraíso parecía perderse, la gente empezó con el tradicional "!Sí se puede!". Pero nada.

Lo más cerca que se estuvo de la posibilidad de un gol fue cuando Jorge Bermúdez pareció trabar en el área a Palencia. Pero para el silbante no hubo ninguna infracción.

Al minuto 35 se esparció en las tribunas un gas paralizante con el gol de Boca Juniors. Por el sector derecho, Hugo Ibarra le puso un gran servicio al ex cementero Marcelo Delgado, quien fusiló prácticamente a Oscar Pérez. 1-0, y tres minutos más tarde la situación pudo ser peor, pues Delgado fue ahora el que le dio un buen pase a Ibarra, pero el disparo del sudamericano alcanzó a ser ligeramente desviado.

La salida del estadio se convirtió un cortejo fúnebre, pues la próxima semana se definirá el título en la cancha de Boca Juniors. "¿Cuántas cervezas te tomaste compadre?", le preguntaron a un señor que llevaba en la mano varios vasos de cartón encimados.

Contestó: "Ni sé por los nervios. Pero el 0-0 no era tan malo como pensaba".