JUEVES Ť 21 Ť JUNIO Ť 2001
 
Ť Recibió el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde 2001, en Bellas Artes

Gutiérrez Vega hace que el mundo recupere su sentido, señala Campos

Ť La biografía de un escritor pasa, con frecuencia, por el territorio de la lírica: el galardonado

Ť Leer a Francisco González León le permitió entrar al universo del escritor zacatecano

CESAR GÜEMES

''Encontrar una poesía es encontrar a un poeta'' -afirma Hugo Gutiérrez Vega- y agrega: ''Vida y poesía están unidas indisolublemente y, con frecuencia, la más clara biografía de un escritor se encuentra en las distintas etapas, en los ascensos, en los descensos y en el transcurrir mismo de su camino por el territorio de la poesía".

A partir de la noche del pasado martes, la vida y la poesía de Gutiérrez Vega están unidas a las de Ramón López Velarde, luego de que recibiera de manos de Ignacio Toscano, director del INBA, Sara Bermúdez, titular del CNCA y Ricardo Monreal, gobernador de Zacatecas, la medalla, el diploma y el estímulo económico del Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde 2001.

Las palabras del director del suplemento La Jornada Semanal, abogado, sociólogo y especialista en letras inglesas, corresponden al texto ''Mis encuentros con Ramón López Velarde'' que leyó en la Sala Ponce del Palacio de Bellas Artes, a fin de responder a la entrega del galardón.

La majestad de las cosas mínimas
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Antes, en una mesa redonda moderada por el también escritor Víctor Sandoval, el prosista Vicente Quirarte, refiriéndose al poeta jerezano y al jalisciense, hizo el apunte: ''Nuestro poeta era todavía seminarista, sin Baudelaire, sin rima y sin olfato. Nunca leyó a los poetas de lengua inglesa en su idioma original, pero su genial intuición lo llevó a adivinar los nuevos senderos por los que debía transitar la poesía. En ese espejo se reconoció Gutiérrez Vega. Como otros poetas de su generación se valió de un lenguaje conversacional para explorar los misterios de siempre con la voluntad de encontrar lo nuevo. La implacable autocrítica, el sentido del humor, se combinan con una admirable capacidad para hacer de cada una de sus visiones una manera distinta de contemplar el mundo''.

Por su parte, Eduardo Rivera Salinas, director del Instituto Cultural de Zacatecas Ramón López Velarde, dijo de éste: ''Nos dejó su soledad de ángel deshecho por la ruina del amor, oyó lo que nadie ha oído: la voz de México, rumorosa, ondulante, prosaica, que como ágil humareda escala de melodiosas efusiones, se alza más allá de las atmósferas tibias, como si fuese aquella copia de hojas secas de los álamos de su tierra jerezana que crepitan o rezan o, ¿por qué no?, cantan, y que imaginó en un otoño de ilusión. Nos dio, en fin, la pulsación del hombre que se acuna, otra vez, en el abismo que le ofrecen las alas de lo divino y el lodo del pecado, el amor y la muerte".

Y fue Marco Antonio Campos quien trajo de nuevo a la mesa el parentesco literario de ambos escritores: ''En Hugo Gutiérrez Vega está ese pequeño paraíso perdido, donde encuentra eso que llamaba López Velarde la majestad de las cosas mínimas, las pequeñas cosas esenciales y asombrosas que nos hacen que el mundo vuelva a tener un sentido, y sobre todo un sentido inusitado, o para decirlo ya definitivamente, un sentido mágico. Y además hay otra cosa: me da la impresión que él descubre primero a Francisco González León, el poeta de Lagos, y que su conocimiento de López Velarde pasa por González. Es Lagos de Moreno y la infancia grata, son las imágenes sencillas, es la casa con el corredor, es la abuela sabia, es el padre distante, es la iglesia y la farmacia y las muchachas en la plaza".

''La originalidad, sexo del poeta''

Se refería Campos a la conexión poética que luego explicaría así Gutiérrez Vega: ''Mi primer encuentro con Ramón López Velarde se dio a través de la lectura de González León, el poeta de Lagos de Moreno, así como del prólogo escrito por el jerezano para su libro Campanas de la tarde. En él llama poeta consanguíneo al boticario de Lagos, así como ''monje de emociones intermedias'. Nos habla de 'una sencillez con paréntesis laberínticos' y reafirma su credo simbolista al decir que 'la originalidad poética es la de las sensaciones', y, por lo mismo, ''la originalidad es el sexo mismo del poeta'. De esta manera me permitió comprender en toda su profundidad humana la imagen sobre los labios de la monja que enaltecían y perturbaban las miradas de González León. Fue así como entré al mundo poético de López Velarde y ya nunca me alejé de sus fronteras".

Gutiérrez Vega es autor de ensayo, ejemplo de lo cual son libros como El erotismo y la muerte o Dos poetas mexicanos en la sombra. Pero sobre todo es poeta, y en este género tiene una vasta obra de la cual resultan imprescindibles títulos como Cuando el placer termine, Resistencia a particulares, El nombre oculto de Grecia o la recopilación Las peregrinaciones del deseo.

Hace más de tres años escribió una pieza titulada Poema hablándole de usted a Ramón López Velarde, padre soltero de la nueva poesía mexicana, que leyó íntegro la noche del martes en Bellas Artes y que así cierra:

''Todo lo empezó usted,/ padre, maestro, joven de soledad/ y de palabras. Veo su fotografía,/ su serio traje, el bigote triunfal,/ los ojos derrotados.// En el puño esquelético/ de la cruel madrugada/ se van desdibujando/ las letras de su nombre."


Gutiérrez Vega y la FIL

Guadalajara, Jal., 20 de junio. Hugo Gutiérrez Vega iniciará el programa de difusión literaria previo a las actividades de la decimoquinta Feria Internacional del Libro (FIL) de la Universidad de Guadalajara, con el curso de Introducción a la literatura brasileña, acerca de la obra de 30 escritores, como Gregorio de Matos, Joaquín María Machado de Assis, Jorge Amado, Vinicius de Morais, Nélida Piñón y Rubem Fonseca, entre otros.

El curso será impartido este jueves y viernes en el auditorio Adalberto Navarro Sánchez de esa universidad, con lo cual arrancan las actividades para homenajear a Brasil, el país invitado. Entrada libre.

CAYETANO FRIAS FRIAS, CORRESPONSAL