JUEVES Ť 21 Ť JUNIO Ť 2001
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Ť Futuro comprometido
Ť El imperio de la ley
MAS QUE una espesa cortina de humo en torno a los más graves problemas que enfrenta el país, se ha creado una nata impenetrable que cubre con escándalos y nimiedades los actos autoritarios en contra de la población, la pérdida de independencia financiera y el futuro social del país empeñado desde ya, a cambio de las glorias de un grupo con poder económico enquistado en el gobierno desde hace más de 18 años.
LAS LABORES de distracción intentan, por eso, ajustar la realidad a sentimientos de culpabilidad moral en donde quien paga es el hombre y quien queda libre de culpa es el sistema. Así, para preservar las formas de gobierno en las que los campesinos, obreros y otros muchos trabajadores fuera del ámbito de explotación extrema no existen, se puede sacrificar a los presuntos culpables sin dañar la maquinaria impulsora del neoliberalismo.
ENTONCES LOS banqueros, los dueños de televisoras, los grandes capitales extranjeros salvadores del "hambre histórica" de México, se apoderan de esto y aquello, se marginan de las batallas de la imbecilidad y pellizcan y muerden la tan delgada soberanía nacional para, de una vez, terminar con ella.
Y ENTONCES, cuando las cosas se vuelven serias y hasta profundas, la opción es el silencio que en algunos momentos huele a sumisión y, en otros, a una complicidad entendida por los intereses de futuros por el momento inconfesables.
TODO ESTO configura, entre otras muchas cosas, la realidad de una comunidad aparentemente dislocada de la veloz carrera de la capital del país hacia el modernismo. ƑQuiénes son? o Ƒqué son los ejidatarios que se dicen dueños de una porción de tierra en un cerro, por más que se halle en el Distrito Federal. ƑPor qué deberían llamarse despojados?
HAY ALGO más detrás de los mil 800 metros cuadrados expropiados a los ejidatarios de Cuautepec a favor de Tv Azteca. En esta acción se trasparenta no nada más el acto que pudiera ser indicativo de algún arreglo entre Vicente Fox y la televisora, sino una forma de hacer gobierno.
DESDE EL gobierno de Miguel de la Madrid las clases sociales más necesitadas de México han sufrido el menosprecio del poder. Ni los campesinos, ni los obreros ni las llamadas clases medias importan para el desarrollo de la estrategia marcada por las barras y las estrellas.
POR ESO, aunque la ley esté de parte de los ejidatarios del cerro del Chiquihuite, frente al silencio la ley se vuelve nada. Los silencios no nada más se hallan en el poder. Los ejidatarios pobres, muy pobres, son parte de la poca clientela que queda al PRI y temen salir a decir su verdad. Nadie quiere líos trasmitidos a todo color y de frontera a frontera.
LOS DUEÑOS del usufructo de las tierras de agostadero de aquel que una vez fue un gran ejido, tal vez lo que quieran es el poco dinero, muy poco dinero que les oferta la expropiación. Para ellos no hay créditos ni ayudas gubernamentales que les permitan salir de su situación de agobio económico.
POR ESO tal vez sea mejor obtener algunos pesos, que la inutilidad de unos terrenos dedicados a la nada. Las formas de gobierno los ha ahorcado, no hay puerta de salida, cuando menos así se ve. El hacer del conocimiento público su situación pone en peligro el dinero prometido.
EL AMPARO que interpusieron, según algunos de ellos que no quieren dar sus nombres para ser publicados, pudiera tener como fin más que conservar en propiedad la tierra, obtener, cuando menos, un precio más justo. Algo más por ese pedazo de terreno del que otros obtendrán grandes ganancias.
PERO FUERA de esto, lo más preocupante es la forma como se les quiere despojar de las tierras, es una orden presidencial a favor de un particular y, desde luego, podría llevar a un pleito legal que tal vez no haga que los ejidatarios salgan de su pobreza.
NO OBSTANTE, el asunto es impedir que ese tipo de imposiciones dejen indefensos a muchos otros campesinos del país. Ya sabemos que para el gobierno federal no importan ni los derechos de los indios ni los de los campesinos, por eso no queda más que la ley para impedir, otra vez, un acto de imposición de este tamaño.
Reforma
Ha empezado el estira y afloja de la reforma política del Distrito Federal. Son muchas las visiones de cómo deberá ser en lo político la ciudad de México y de verdad hay mucha gente esperanzada en que este asunto, más que interponer los caprichos partidistas, dé con las razones políticas de una ciudad que ya merece un marco de ley que impida el caos.
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