MIERCOLES Ť 20 Ť JUNIO Ť 2001
Ť Propone el titular de Desarrollo Rural ley de bioseguridad contra esos productos
El DF, única entidad del país que prohíbe el uso de semillas transgénicas: Meneses
Ť El gobierno federal debe impedir la importación del maíz starling, asevera
LAURA GOMEZ FLORES
El Distrito Federal es la única entidad del país que cuenta con una norma que prohíbe el uso alimentario, la siembra o almacenamiento de semillas transgénicas para fines productivos o de ornato, ante la carencia de investigaciones para identificar los riesgos de su consumo, a los productores y en materia de soberanía alimentaria, informó el director de Desarrollo Rural del GDF, Luis Meneses Murillo.
Los cultivos transgénicos en el mundo registran un crecimiento vertiginoso, al pasar de 1.6 millones de hectáreas a 42 millones en este año, lo cual se refleja en una producción de 100 millones de toneladas de granos distribuidos en alimentos procesados en Estados Unidos, Canadá y Argentina, los cuales concentran 98 por ciento de este mercado, abierto a las importaciones de países en desarrollo, como México.
Los riesgos para la nación son altos, dado que anualmente se importa 40 por ciento del maíz que consumimos, 99 por ciento de soya y 30 por ciento de arroz. Y hace poco las cinco empresas trasnacionales más grandes del orbe: Aventis, Dupont, Monsanto, Savia y Sygenta conformaron la asociación civil AgroBio.
Su intención es crear un ambiente favorable para el desarrollo de la industria biotecnológica en el país y que no exista una ley regulatoria, situación fortalecida con las reglas de operación de la Alianza para el Campo, emitidas por el gobierno federal, que consideran un subsidio de hasta 45 por ciento del costo de la semilla transgénica y regalías en soya y algodón, argumentó el funcionario.
En el foro sobre Organismos Genéticamente Modificados y su Impacto en la Agricultura, donde participaron investigadores y representantes de los sectores público y privado, cuestionó el hecho de que se subsidie la compra de semillas que sólo puede ofrecer dicha asociación civil, y su conformación por empresas extranjeras, cuando únicamente pueden hacerlo personas físicas.
Según estudios recientemente difundidos por la FAO, existen suficientes alimentos para la población, pero se pierden cerca de 30 por ciento de éstos por problemas de integración comercial, falta de infraestructura y bajos precios.
Por ello, "consideramos injusto que la opción de alimentos transgénicos se muestre como una vía de solución a ese problema en el país, cuando sabemos que esos productos son propiedad de sólo cinco compañías trasnacionales y apoyar este modelo de desarrollo nos hace más dependientes y construir la tumba de la revolución verde", argumentó.
El funcionario comentó que, pese a las versiones de "cero" riesgos para la salud humana, en octubre del año pasado se encontró maíz de la variedad starling en diferentes alimentos en Japón y Europa, cuando había sido prohibida su comercialización en territorio estadunidense por provocar alergias en la gente.
Ante ello, Meneses Murillo propuso la aprobación urgente de una ley de bioseguridad y del protocolo en la materia suscrito por las autoridades federales en mayo del año pasado; que se apruebe el etiquetado de los productos transgénicos; que el gobierno federal impida la importación de maíz transgénico starling, y se investiguen las posibles prácticas monopólicas en la comercialización de semillas.
El gobierno capitalino se propone en un plazo de dos a tres años constituirse en una entidad libre del uso de agroquímicos para producir alimentos y lograr un desarrollo sustentable en el largo plazo; por ello, se demandará a las autoridades federales mantener una posición de defensa de los derechos de los agricultores y las comunidades en la próxima negociación del compromiso mundial sobre recursos genéticos, a realizarse del 24 al 30 de junio, precisó.