MARTES Ť 19 Ť JUNIO Ť 2001

Ť El gasto en educación superior "favorece" a los grupos de altos ingresos, afirma

Terminar con el monopolio en libros de texto, "recomienda" el Banco Mundial a México

JOSE GALAN

El gasto federal en educación primaria beneficia a los pobres, pero a nivel bachillerato y licenciatura "claramente" favorece a los grupos de más altos ingresos. Además, mientras que el gasto federal para educación primaria y secundaria aumentó, para bachillerato y sobre todo para nivel licenciatura ha disminuido. "El gasto en educación pública beneficia a los ricos de manera desproporcionada", sostiene el informe 2000 del Banco Mundial sobre la educación en México.

Por ello, dice el organismo financiero internacional, "debe ser prioridad de México lograr mayor equidad en los servicios educativos dirigidos a los más necesitados". Para el BM, el país necesita aumentar el acceso a la educación como elemento clave para disminuir pobreza y desigualdad social e invertir en las habilidades y educación de la fuerza de trabajo para una mejor adaptación a los rápidos cambios económicos y tecnológicos que fortalecerían la competitividad, además de que se debe acabar el monopolio de los libros de texto, "pues la falta de competencia puede significar un impacto negativo en la calidad".

Mientras que el gasto público para educación básica creció de 59 por ciento en 1996 a 65 por ciento en 1999, el gasto público para bachillerato y nivel superior ha declinado paulatinamente, "lo que significa que se ha vuelto más igualitario per cápita". En los ochenta, el gasto para estudiantes en universidad era 10 veces mayor que para los de primaria, mientras que ahora es casi 5 veces superior.

Aun así, el BM "recomienda" racionalizar gasto e inversión en educación, "los recursos humanos en el sector, y analizar gastos para el personal, para lograr mejor presupuesto incluyendo un uso intensivo del sector privado".

Un patrón de competitividad

Para el BM, México participa en un ambiente competitivo ya existente; debe ver hacia adelante y observar los avances educativos en naciones similares y en los competidores.

"El gobierno, sin embargo, necesita escoger un patrón de competitividad consistente con la necesidad de reducir pobreza y desigualdades socioeconómicas, porque el país aún enfrenta esos problemas mayúsculos, en gran parte atribuibles a la desigualdad educativa".

Por lo tanto, el BM considera de "alta prioridad" otorgar educación primaria y secundaria universales; mejorar el promedio de aprendizaje en primaria y secundaria; reducir desigualdad educativa y déficit entre pobres, campesinos e indígenas, y cerrar la brecha educativa entre México y sus colegas de la OCDE.

El reto es cómo alcanzar estas metas "en el cambiante y complicado ambiente que nos rodea: el presupuesto es muy estrecho y las posibilidades de incrementarlo son pocas; el gobierno quiere cambiar su manera de hacer negocios y asignar presupuesto para la educación básica mediante transferencias a los estados; hay niños con desventaja por su atraso en educación básica mientras que la demanda de ésta está proyectada para incrementarse, no así el presupuesto para ello".

No obstante, el BM advierte que pese al "éxito" de la inversión en educación, "los niveles de desempeño en calidad no han sido alcanzados todavía", y sostiene que "los logros educativos de México necesitan mejorar: pese a que hay buenas escuelas y muchos estudiantes aprenden lo suficiente para progresar, evidencias empíricas muestran que una proporción significativa de estudiantes no alcanza los níveles mínimos en un currículum de expectativas de aprendizaje".

Desde fines de los ochenta, "muchos estudios" demuestran que la mayoría de los estudiantes tiene bajo desempeño académico. "Un estudio encontró que la mayoría de los estudiantes califican con seis o menos en una materia cuya escala va de cero a diez".

Y mientras que ha aumentado la cobertura en primaria y secundaria, persisten los problemas en bachillerato y educación superior. En la primera, y pese a que el ingreso ha mantenido un crecimiento "significativo" de 6.3 por ciento anual, en 1998 se había inscrito menos de la mitad de la población en edad para ello, 40 por ciento de jóvenes entre 15 y 19 años. En educación superior, la cobertura se ha incrementado desde 1990 en una base anual de 5.1 por ciento, en parte porque se crearon 38 nuevas universidades técnicas.

Sin embargo, sólo 18 por ciento de los jóvenes entre 20 y 24 años están inscritos. "La baja inscripción en educación superior queda demostrada al comparar a México con Corea: mientras que en 1980 tenían el mismo índice, ahora el de Corea es tres veces mayor", añade el BM, que encuentra en su diagnóstico niveles críticos de eficiencia y calidad en la educación técnica: "la debilidad crítica se debe a la pobre preparación de los trabajadores educados en vocacionales e institutos técnicos por la mala calidad de programas de entrenamiento sin objetivos medibles, y la falta de un marco institucional adecuado para la participación del sector privado en el diseño de programas educativos y necesidades de entrenamiento".

Para el BM, la competencia en la economía global requiere una fuerza laboral con mejores habilidades en matemáticas, lenguaje y comunicación, y "más flexibilidad, creatividad y habilidad para trabajar en equipo". Considera que "secundaria y bachillerato son críticos para triunfar en naciones inmersas en la globalización". Por ello, recomienda a México que "para competir efectivamente, debe proporcionar acceso mejorado a la educación secundaria, en el que la calidad es de vital importancia".

Sin embargo, advierte que la baja calidad en la educación "puede deberse" a dos factores relacionados: escuela y condiciones socioeconómicas como la pobreza. Entre los factores relacionados con la escuela están la deficiencia de los maestros, malos planes de estudio que enfatizan la memorización sin reflexión, una supervisión inadecuada, el ambiente de la escuela y los tiempos para realizar labores.