Ť Javier Acuña
Misa a legisladores, fin a la simulación en materia de fe
JOSE ANTONIO ROMAN
Se espera que cuando menos un centenar de legisladores de todos los partidos políticos asistan a la misa que el cardenal Norberto Rivera oficiará el próximo jueves en la Basílica de Guadalupe, donde se recordará a Santo Tomás Moro, patrono de los políticos, informó Francisco Javier Acuña, enlace de la arquidiócesis de México con los diputados y senadores.
Consideró que en la transición política que vive el país, un evento de esta naturaleza termina con el ejercicio de simulación, de temor y de ambigüedad con la que los políticos practicaban su fe religiosa.
En entrevista, el también director de Justicia y Paz en la arquidiócesis de México señaló que los legisladores no acuden a esta misa con una "actitud especial", sino con el afán de "venerar" a su santo patrono.
Dijo desconocer el contenido del mensaje que les dará el arzobispo primado de México, a quien los mismos legisladores invitaron a oficiar. Sin embargo, precisó que durante el desarrollo de la celebración y en las lecturas bíblicas se hará referencia, necesariamente, al poder temporal que los políticos representan.
Aun cuando es el primer acto de este tipo que se realiza en el país, el funcionario de la arquidiócesis negó que el hecho pueda ser considerado como histórico, pues muchos de los legisladores asisten cotidianamente a las celebraciones religiosas.
Tampoco, agregó, creo que haya privado en ellos el hecho de que el presidente Vicente Fox también asistiera a la Basílica de Guadalupe. "Todos ellos van a misa, habitualmente lo hacen y no es algo extraordinario."
Ahora, a diferencia del pasado donde prevalecían las tradiciones jacobinas, muchos católicos en cargos públicos y legisladores pueden profesar con entera libertad su fe, demostrando con ello un acto de congruencia, y reconociendo también a aquellos que no profesan ni tienen ninguna creencia religiosa.
Comentó que los organizadores de esta celebración fueron los mismos legisladores, quienes el año pasado acudieron a Roma al Jubileo de los Políticos, el cual terminó con una misa oficiada por el Papa Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro.