Propuesta con sentido

El Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología (Conacyt) es la instancia adecuada para retomar, bajo su mando, la iniciativa de crear el urgente y necesario centro nacional para los recursos genómicos, propuesto por el doctor Octavio Paredes López.

Destacadas instituciones de educación superior como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad de Chapingo, por mencionar sólo algunas, pueden contribuir al proyecto mediante la aportación de los recursos humanos altamente calificados para llevar a cabo las indispensables tareas de protección y registro de los materiales genéticos del país.

El gobierno federal tiene la responsabilidad de involucrar a dependencias como las secretarías de Agricultura y Medio Ambiente y a nivel local tendrían que participar los consejos estatales de ciencia y las secretarías de agricultura de los estados. Seguramente el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) tendría mucho que aportar.

No podría quedar fuera de un proyecto de esta naturaleza la voz de la sociedad civil representada por diversas organizaciones de carácter no gubernamental. La creación de este centro sería una respuesta inteligente y una manera de poner un freno al saqueo que, de nuestra biodiversidad y patrimonio genómico, efectúan las grandes trasnacionales, esas sí, reunidas en la asociación civil Agrobio (Monsanto, Syngentz, Aventis, Novartis y Dupont) para defender sus propios intereses.

Países con una menor biodiversidad que la mexicana, como Japón y Costa Rica, han dado importantes pasos en la protección de sus recursos naturales. La sociedad mexicana podría beneficiarse de esas experiencias y seguir su ejemplo.

Para quienes se interesen en profundizar en el caso del frijol mayacoba, cultivado en Sinaloa, pueden consultar el artículo "Pérdida de la riqueza genómica" del doctor Paredes López publicado en nuestro número 174, correspondiente al 30 de abril. (Patricia Vega)

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