Lunes en la Ciencia, 18 de junio del 2001
ƑActúan de igual forma los medicamentos en hombres que en mujeres? Fármacos con género Alonso Fernández Guasti En general se considera que los fármacos actúan de manera análoga en los individuos de ambos sexos. También de manera general las prescripciones se realizan independientemente del sexo de los pacientes. Claro que a esta generalidad hay algunas excepciones obvias como serían los medicamentos que se indican para aliviar problemas relacionados con la fertilidad o la sexualidad de los individuos. Así, por ejemplo encontramos que los anticonceptivos orales que existen actualmente son de uso exclusivo del sexo femenino. No solamente del sexo femenino sino de las mujeres en edad reproductiva que desean controlar su fertilidad por este método. Otro ejemplo sería el uso de hormonas para aliviar algunos síntomas de la menopausia. Otra vez, en este caso, éstos medicamentos se prescriben exclusivamente a mujeres en una edad particular. Uno podría preguntarse Ƒqué sucede si los varones toman éstos medicamentos? En principio no tendrían los efectos terapéuticos deseados. Es decir, no ejercerían ningún control sobre la fertilidad masculina ni aliviarían los síntomas, sino de la menopausia, de la andropausia. En pocas palabras, carecerían de efectos inmediatos. Sin embargo, después de uso prolongado producirían alteraciones indeseables. Un tanto a la inversa, es interesante notar que los individuos del sexo masculino consumen fármacos que están relacionados con su actividad sexual. Por ejemplo, en la actualidad la prescripción de sildenafil (Viagra) está circunscrita a varones a pesar de que existen datos recientes de que este fármaco puede tener algunos efectos benéficos sobre la sexualidad femenina. Este hecho tiene varios puntos interesantes. En primer lugar parece claro que para los varones es más importante el desempeño sexual que para las mujeres. Sin duda, esta manifestación, está asociada a procesos culturales y sociales. En segundo lugar y posiblemente como consecuencia de la primera, es claro que los individuos del sexo masculino discuten con mucha más frecuencia sus posibles problemas sexuales con un médico (siempre y cuando éste también sea varón) que las mujeres. De manera clara este hecho responde muy importantemente a una influencia cultural en la que la expresión de la sexualidad femenina está restringida, si acaso, a la pareja sexual. Por último, resulta interesante que para la gran mayoría de los varones, la erección peneana es indispensable para el desarrollo de una actividad sexual placentera mientras que para las mujeres existen muchas formas de excitación sexual que no necesariamente involucran un solo proceso fisiológico. Como se mencionaba al principio de este artículo, en cuanto al resto de los medicamentos, en general éstos se prescriben de manera indistinta dependiendo del género del individuo. Si bien para muchos fármacos carece de sentido hacer una distinción por género para su uso, para otros debe considerarse el factor sexo ya que puede implicar cambios importantes en la dosis del medicamento. Así por ejemplo, en términos generales las mujeres requieren dosis más bajas de fármacos antidepresivos (aquéllos que se recetan con la finalidad de aliviar los síntomas de un estado depresivo) que los varones. Si se administran dosis similares las mujeres presentan mayor cantidad de efectos colaterales. De manera adicional, las mujeres que ingieren esteroides (estrógenos) para controlar su fertilidad o para aliviar los síntomas de la menopausia son todavía más sensibles a los efectos de los antidepresivos. ƑA qué se debe está mayor sensibilidad? En realidad con exactitud no se conoce. Sin embargo, actualmente en el Departamento de Farmacobiología ubicado en la sede sur del Cinvestav, estamos haciendo algunos estudios en modelos animales para explicar esta interacción. Al parecer los estrógenos poseen una pequeña pero significativa capacidad antidepresiva por actuar sobre el mismo sistema en el que actúan los fármacos antidepresivos. Otra evidencia que resulta interesante resulta del hecho de que las mujeres son más sensibles a algunos fármacos dependiendo de su fase del ciclo menstrual. Por ejemplo, durante la fase lútea (aquella que se encuentra entre la ovulación y la menstruación) los fármacos ansiolíticos clásicos (las benzodiacepinas como el diacepan (Valium)) presentan mas variabilidad en sus efectos. Hallazgos de nuestro laboratorio señalan que este hecho podría deberse a una interacción de la progesterona (hormona que se secreta principalmente durante la fase lútea) y el sistema de neurotransmisión que media las acciones ansiolíticas de estos fármacos. Por último es importante señalar que en la gran mayoría de los estudios preclínicos es decir, los experimentos sobre el uso potencial terapéutico de un fármaco que se realizan en modelos animales, se utilizan sujetos del sexo masculino precisamente para evitar posibles cambios debidos al ciclo endócrino característico de las hembras. De manera arbitraria los resultados que se obtienen se generalizan a ambos sexos lo que, como ya revisamos, puede resultar desventajoso. El autor es investigador y jefe del Departamento de Farmacobiología del Centro de Estudios Avanzados del IPN |