Coca, consumo al alza
En México existen ya unos 450 mil adictos, según informes oficiales
JUAN ANTONIO ZUÑIGA M.
Asociada a la criminalidad que padece el país, el consumo de cocaína en México afecta actualmente a 450 mil personas consideradas como "usuarios fuertes", indican informes del gobierno federal en los que se señala que esta droga se ha ubicado en el segundo sitio en importancia después de la mariguana, que es usada por 2 millones de adictos.
Debido a esta tendencia ascendente, agravada por el incremento de la adicción a las llamadas drogas de diseño, como el éxtasis, tanto el Consejo Nacional Contra las Adicciones (Canadic) como el comisionado de Seguridad Nacional de la Presidencia de la República, Adolfo Aguilar Zinser, alertan sobre el aumento en el consumo de narcóticos en México, el cual ha registrado una elevación de mil 172 por ciento de 1976 a la fecha, particularmente entre los jóvenes.
La cocaína, afirma Guido Belsasso, comisionado del Canadic, "se ha vuelto un producto comparativamente barato porque tiene que ver con la disponibilidad del producto, y ésta es, en estos momentos, razonablemente alta.
Desde dos enfoques distintos y complementarios sobre el mismo fenómeno, Belsasso y Aguilar Zinser abordan el tema.
El consejero de Seguridad Nacional apunta: "México tiene actualmente uno de los mayores índices de consumo de drogas en todo el mundo, el cual está asociado a la criminalidad que se produce en el país. Es falsa la idea de que México es sólo un país de tránsito de droga hacia Estados Unidos, pues el consumo registra un dinámico ascenso, principalmente en los centros urbanos y en las ciudades fronterizas del norte del país".
Abunda: "Hay dos cuestiones que nosotros hemos ignorado y que deben ser abordadas por el actual gobierno. Una es que casi todos los delitos de posesión de armas pasan inadvertidos, y dos, el efecto que tiene el consumo de drogas en nuestros jóvenes".
Pionero en la elaboración de registros estadísticos sobre las adicciones en México, junto con Julio Frenk, actual secretario de Salud, Belsasso explica: "En la medida que van aumentando las estadísticas tenemos que ver que hay dos razones para esto. Una es que hay mayor producción en los países productores, en Colombia, sobre todo hoy día".
Y segundo, que el narcotráfico cambió desde hace unos diez años de estrategia: en vez de pagar con dólares el paso por el territorio nacional, lo hace con cocaína. Entonces, el que ayuda por haberles dado de comer o haberles dado turbosina para el avión, o por voltearse para otro lado mientras pasa un cargamento, de repente se encuentra que tiene entre las manos un tabique de cocaína que no puede llevar ni al Monte de Piedad ni al banco.
"Entonces -se pregunta Belsasso-, Ƒqué es lo que se tiene que hacer". El mismo responde: "Tiene que crear un mercado local que consuma esa cocaína en todo el sureste del país, de una forma impresionante. Ahí -comenta- los niños están involucrados porque les dan la coca para que la comercialicen, la utilicen, y hay menores que desde muy pequeños la están utilizando".
El aumento en el consumo de cocaína está presente prácticamente en todo el país, sobre todo en las áreas urbanas. De Tapachula a Tijuana, de Matamoros a Acapulco, en la costa del Pacífico y en la del Golfo de México.
En 1976, cuando se dieron a conocer los resultados de la primera encuesta nacional contra las adicciones, 0.33 por ciento de la población consumía esa droga. "En la actualidad es 4.2 por ciento, estamos hablando de 450 mil personas, aproximadamente", indica Belsasso.
El aumento en el consumo de drogas, asociado con la criminalidad en el país por el consejero presidencial de Seguridad Nacional, tiene algunos referentes importantes en informaciones del área de inteligencia de la Policía Federal Preventiva.
Algunas de las ciudades identificadas por Aguilar Zinser como las de mayor elevación en el consumo de drogas coinciden con las que dieron origen a los grandes cárteles de narcotraficantes y con las ubicadas por la PFP como las de mayores índices de criminalidad.
Ellas son: Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez, Chihuahua, Culiacán, Mazatlán, Monterrey, Guadalajara, Toluca, Distrito Federal, Cuernavaca, Acapulco, Puebla, San Luis Potosí y Veracruz.
Los más recientes estudios sobre el comportamiento de las adicciones en el país, elaborados por el sector salud, señalan que el mayor número de narcodependientes se localiza en Tijuana, Ciudad Juárez, Guadalajara, Distrito Federal y Matamoros, en orden descendente. Estos trabajos han revelado, también, que el mayor número de adictos se concentra en personas de entre 18 y 34 años.
Pero hay otros indicadores que parecen fortalecer el planteamiento sobre el aumento en el consumo de drogas asociado a la criminalidad.
Las estadísticas judiciales en materia penal indican que 58 por ciento "de los presuntos delincuentes registrados en los juzgados de primera instancia del fuero federal " por delitos en materia de narcóticos, son jóvenes de 20 a 34 años. En tanto, 56 por ciento de los detenidos por violaciones a la Ley de Armas de Fuego se encuentran en el mismo rango.
El seguimiento de este fenómeno en el área de inteligencia de la PFP indica que los distribuidores de drogas han centrado parte de su actividad en alumnos de escuelas primarias y secundarias, y alertan que se ha observado un aumento en el número de adictos menores de 14 años lo cual, visto desde la óptica de los narcotraficantes, constituye un mercado cada vez más atractivo.
El combate al narcotráfico en México presenta dos grandes áreas de acción. Una dedicada a la intercepción, erradicación y aseguramiento de droga y narcotráficantes; y otra que comprende un área poco difundida en el país, en la que interviene la ciencia en una lucha,no menos épica que la primera, contra las adicciones.
Cocaína, de la elite a las masas
En el primer campo se han logrado elevar 98 por ciento los decomisos de cocaína durante la presente administración. En el segundo, la diversificación de productos desarrollada por el narcotráfico en el mercado mexicano suma cada vez más víctimas.
Sobre todo en el caso de la cocaína, una droga que hace 30 años solía machacarse con hojas de afeitar para su consumo y para lo cual hoy se emplean tarjetas de crédito, según la definición de Charles Nicholl en su texto La ruta de la coca.
Guido Belsasso, creador del registro sobre las adicciones en México, junto con el actual secretario de Salud, Julio Frenk, rememora: "Hoy me avergüenzo casi de lo que decíamos en 1970 el doctor Robert Dupont, zar antidrogas de la Casa Blanca, y yo. Decíamos que la cocaína no era adictiva, porque no entendíamos cuál era el método neurofisiológico, el funcionamiento del cerebro por el cual se hacía adicta una gente a la cocaína.
"Lo entendimos hace tres o cuatro años. Debo decirle que 90 por ciento de lo que hoy sabemos del funcionamiento del cerebro lo hemos aprendido en los últimos diez años".
Continua: "El doctor Dupont y yo decíamos que no era adictiva porque una persona consumía intensivamente cocaína uno, dos o tres días, y dejaba de consumir tres o cuatro semanas. Entonces decíamos: 'eso no puede ser adictivo', porque estamos acostumbrados a que quien es adicto tiene que estar tomando o consumiendo constantemente, como en el caso del cigarro.
"Un adicto al tabaco tiene que estar consumiendo un cigarro cada 30 minutos o cada hora. Un adicto a la heroína tiene que inyectarse dos o tres veces al día. Pero el patrón de consumo de la cocaína es diferente, no lo entendíamos entonces".
Explica: "Hoy entendemos que esto tiene que ver con una sustancia que tiene el cerebro llamada dopamina, la cual es un neurotransmisor que tiene que ver con el placer. Un neurotransmisor es una sustancia que conecta una célula con otra y permite el funcionamiento del cerebro.
"Con la cocaína, el usuario consume cada media hora o cada hora y agota la dosis que tiene para uno o dos días, hasta que acaba con toda la dopamina que tiene el cerebro, el cual tarda de tres a cuatro semanas en volver a reciclar para volver a sentir, y entonces es cuando los adictos vuelven a tener otra vez ganas de consumir, y consumen".
Prosigue: "Lo importante de esto, hoy en día, es que la cocaína, por un lado, y las metanfetaminas, que son primas hermanas de la cocaína, por el otro, que es el éxtasis, son sustancias estimulantes muy poderosas. El éxtasis tiene características de ser alucinógeno, mientras la cocaína produce excitación, es un estimulante muy potente de los sistemas nervioso y cardiovascular.
"Ambas sustancias producen efectos destructivos de las células nerviosas, de las terminaciones nerviosas. La cocaína tiene una forma impura, barata, que es el crack. El crack existe porque hace 20, 18 años, los narcotraficantes se dieron cuenta que, desde el punto de vista del mercado, era más redituable tener mucha gente que consumiera mucho de un producto barato y no pocas personas que consumieran un producto caro".
Alerta: "El crack se utiliza tanto inhalado como fumado y eso, el crack o la cocaína fumada se llama base y es terriblemente tóxica y adictiva. Es la forma más adictiva que hay en el uso de la cocaína. Cuando un adicto llega ya a estar usando base se me paran los pelos de punta porque es la forma máxima y la más difícil de darle la vuelta, de regresar a ese paciente y atenderlo".