LUNES Ť 18 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Hoy comienzan consultas para la integración de la Comisión Especial

Los universitarios, desarticulados en el camino hacia el congreso

Ť Si llegamos así perderemos: alumno de CCH Ť La huelga nos reagrupó y nos desgastó: académica

KARINA AVILES

En el trayecto para configurar la idea del congreso de la UNAM en el que se discutirá hasta la Ley Orgánica, voces de varios grupos afirman que entre los miembros de casi todos los sectores pesa una realidad insoslayable: están desarticulados, desorganizados, dispersos y en la depre. Sin embargo, otros universitarios consideran que en algunos planteles los unamitas están saliendo del letargo o que la participación se activará hasta que se conozcan bien los planteamientos.

Algunos estudiantes y académicos expresan que de llegar en esas condiciones al congreso, existe el riesgo de que el rumbo de la reforma no sea el que exigen los universitarios. De cualquier manera, dicen otros, la consulta que hoy comienza para la organización de la Comisión Especial del congreso será "un buen termómetro" para medir el interés de la comunidad.

Las razones de la desarticulación son varias y encuentran un origen diferente entre estudiantes y académicos. Aunque, sin duda, la última huelga de más de 10 meses (99-2000) es uno de los motivos del debilitamiento que ambos sectores comparten.

"šLos chavos no reaccionan!"

Del movimiento estudiantil que obtuvo un gran consenso inicial quedan unos pedazos: el grupo del Ho Chi Minh formado por Los Enluchos (de la corriente En Lucha), con reuniones a las que a veces han llegado ocho personas y el grupo que se reúne y pernocta en el auditorio Che Guevara de la Facultad de Filosofía y Letras, integrado por miembros de la Brigada Verde y otros jóvenes. Estos están considerados como los megaultras y a sus reuniones van hasta 100, pero "cuando hay reventón los viernes o sábados por la noche".

Como "tercera vía" surgió en el periodo poshuelga el Espacio de Arquitectura en el que confluyen miembros de tres corrientes: la Coordinadora Estudiantil, el Comité Estudiantil Metropolitano y los independientes. También algunos jóvenes sin grupo. Ellos intecongreso_unam1ntan reactivar el movimiento y, aunque al principio lograron conjuntar una buena participación, hoy se han visto disminuidos. En otro grupo participan alumnos de lo que fue la Red Estudiantil Universitaria y antiparistas. El grupo del CEU histórico perdió fuerza, al grado de que hoy se asegura que es "prácticamente inexistente".

-šAhora los chavos no reaccionan ni porque los reprueben! -dice Israel Méndez, del sexto semestre en CCH Sur. El activista, quien se identifica como miembro de la corriente de "independientes" expresa que quienes ingresaron a la UNAM tras el paro "estaban vacunados de espanto de paristas y ultras".

Y lo demuestran: "Tienen miedo cuando entramos a los salones (a hacer activismo) y no quieren discutir". Tienen miedo a hablar, a expresarse, a debatir ideas. Eso que se llama CGH y que nombra una huelga que ya no hay, "corta la posibilidad de luchar de las nuevas generaciones", considera.

Israel va más allá. "No hay identidad de los estudiantes, no tienen de dónde asirse. Tras la huelga nadie cree en nadie". Sin dudarlo, afirma que "si llegamos así al congreso lo vamos a perder. El riesgo es que el congreso caiga en manos de quienes dicen que quieren hacerlo, las autoridades, y no de los que realmente lo quieren hacer".

Para Ariadna Montiel, del octavo semestre de Arquitectura e integrante de la Coordinadora Estudiantil, los activistas perdieron "ese discurso que los estudiantes entendían y también el que generaba conciencia". Ahora "no generamos nada", lamenta.

Reconoce: todavía se cometen "errores del pasado", como no atreverse a decir cosas que se piensan, y "divagar" en lugar de hacer propuestas concretas. Otros, o "ya se fueron", o están metidos en su ritmo académico, y hay quienes "se casaron y que tuvieron babies durante la huelga". Además, no se generaron cuadros. Opina que una de las consecuencias de ir al congreso en esa situación es que "no se cambie nada como quiere la derecha" o que las cosas sí cambien, pero no "en el rumbo que queremos de una universidad democrática". Pese a la condiciones reales, Montiel y Méndez se muestran optimistas al considerar que sí existen posibilidades de revertir la situación y para ello, le apuestan a la organización. Además, asegura Ariadna, tampoco las "autoridades son capaces de mover a nadie".

Respecto de los académicos la situación es diferente y arrastran problemáticas que vienen de años atrás y que han mermado la vida organizativa. Los académicos pueden tener la opción de agruparse en formas colegiadas.

Muchos se reagruparon durante la huelga ante la necesidad de que la voz del profesorado se escuchara, sin embargo, hoy el interés no es el mismo. La presidenta de la Federación de Colegios del Personal Académico, Elvira Concheiro, apunta: "Sin duda, fue un movimiento derrotado el que conquista un congreso. Pocas veces pensamos qué es una derrota de un movimiento: desánimo, depresión colectiva, desencanto, desconfianza, desintegración, divisiones, conflictos, desconfianza interna".

La integrante del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) expone que los académicos le deben a la huelga el interés por "volvernos a agrupar" para incidir en la temática universitaria, pero, por otro lado, los "desgastó en muchos sentidos".

Las condiciones actuales son distintas a las imperantes en el congreso del 90, porque ahora el "interlocutor es mucho más difuso", no hay liderazgos fuertes ni agrupamientos bien organizados y "no hay programa articulado".

No obstante, existe una necesidad de reformas que datan de décadas atrás y otras surgidas tras la huelga, por lo que la UNAM conoce los problemas de su transformación. Un congreso implica "poner en manos de la comunidad la solución de los problemas. Si la participación es escasa, los que tengan el interés y la participación serán los que decidan cómo pasa en cualquier caso". El congreso "va a expresar la fuerza real de posiciones y corrientes en la universidad", sintetiza.

Planteamientos y respuestas

El investigador del IIE y consejero independiente, Gerardo González, habla de una realidad cotidiana que ha tenido "altos costos" en el trabajo académico y en la posibilidad de organizarse. Se refiere a los mecanismos de evaluación a los que han estado sometidos los académicos desde finales de los 80 y que imponen una forma de hacer academia "como si fuera una empresa", con una visión individualista, eficientista.

De esa manera, explica, los académicos están metidos en un ritmo de hacer cantidades de trabajos para ganar puntos y obtener estímulos de productividad, de los que depende 50 por ciento del ingreso o más. En ese ánimo, la cooperación entre académicos, la solidaridad y la discusión se ha deteriorado. Sin "una organización real de éstos, el control del congreso sería de las autoridades y los resultados también".

Jaime Litvak, del Instituto de Investigaciones Antropológicas, considera que "no va a pasar nada" hasta que "empecemos a ver cuáles son las preguntas o planteamientos generales y a oír las distintas respuestas". Hasta entonces, empezarán las reuniones y "también va a haber una bola de gente que diga que no le interesa y no me meto". Y con elocuencia, señala: "De aquí a que arranque el congreso van a pasar varios meses. Por eso, mi preocupación más urgente ahorita es por los Pumas".

Hoy, consulta

En la consulta para la integración de la Comisión Especial para el congreso universitario podrán participar todos los integrantes de la comunidad de la UNAM. Los interesados podrán hacer llegar sus propuestas escritas, vía electrónica (Internet, correo electrónico) y fax conforme las bases que establece la convocatoria y también mediante entrevistas directas con miembros del Grupo de Trabajo que fue aprobado por el Consejo Universitario para presentar las fórmulas posibles para la conformación de dicha comisión. La fecha límite para entregar las propuestas es el 29 de junio.