LUNES Ť 18 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Ya no negociaría de manera unilateral con EU, confían sus socios del Mercosur

Ante bandazos de Cavallo, Brasil lo convenció con números de los beneficios de la relación

Ť El mercado común sufre los problemas de cualquier integración, dice Do Rego Barros

STELLA CALLONI/II Y ULTIMA CORRESPONSAL

Buenos Aires, 17 de junio. A escasos días de la reunión del Mercado Común del Sur (Mercosur) en Paraguay, se entrecruzaron aquí una serie de señales, como la noticia de un periódico local sobre un supuesto ofrecimiento concreto de Estados Unidos para que Argentina cierre un acuerdo unilateral. En el otro extremo se ubicó la posibilidad de que Chile retome un camino de acercamiento, después de haberse alejado del Mercosur ante la posibilidad de un acuerdo con Washington.

El ministro de Economía argentino Domingo Cavallo ?quien tiene posiciones ambiguas, un día con el Mercosur y al día siguiente a favor del ALCA o de un acuerdo unilateral? cambió su actitud cuando el gobierno de Brasil demostró con números los beneficios de la relación común y le presentó un resumen de lo que perdería Argentina si esta unión se disolviera.

Cavallo mostró su entusiasmo por la ''reconstrucción'' del Mercosur, y al lograr que Brasil aceptara revisar el Arancel Externo Común se dice que se comprometió ante los socios a no negociar unilateralmente con Estados Unidos. Algunos analistas dudan de su reconversión, pero también influye la noticia de que los cambios producidos en el Senado estadunidense podrían retrasar el ALCA.

Consultamos al embajador de Brasil en esta capital, Sebastiao Do Rego Barros, sobre si el Mercosur sufre golpes y obstáculos que algunos analistas mencionan como ''maniobras externas''. El diplomático niega esto y en cambio atribuye los ruidos ''a circunstancias naturales de un proceso de integración, en una tarea de grandes proporciones que demanda tiempos y recursos a nuestros países, que tienen problemas internos y existen momentos más positivos y otros menos positivos''.

Con respecto a la relación Brasil-Argentina afirma que para el presidente Fernando Henrique Cardoso ''la primera prioridad de la política exterior es la relación con Argentina y la segunda es la construcción del Mercosur. En el pasado existía una rivalidad por motivos que a mí me parecen artificiales, como la concepción de que un país iba a invadir al otro. Fue algo absurdo que se disipó finalmente cuando los presidentes democráticos José Sarney y Raúl Alfonsín se reunieron y decidieron emprender una iniciativa determinada (en los años 80). Entonces la relación transcurrió con mucha facilidad y es importante que dos países que tienen tanto intercambio conserven tanta identidad de posiciones, tanta coincidencia''.

Dice que esta relación va más allá de lo comercial y eso se extiende a los otros socios Uruguay y Paraguay y resalta que a pesar de que ''toda acción de integración tiene su complejidad'' en cuanto a las asimetrías entre los dos grandes y sus socios pequeños, se han logrado avances muy importantes. ''El resultado ha sido extraordinariamente positivo en términos de comercio intralocal y esto no se puede negar porque los números están ahí. Falta mucho todavía para una integración que permita que nuestras economías ganen más competitividad y presencia en el mundo. Eso es parte del problema del desarrollo en nuestros países y del desarrollo internacional. Nadie puede negar que en los últimos años se ha visto un esfuerzo de proteccionismo de los grandes mercados. Y eso tiene sus consecuencias''.

En cuanto a la situación en Brasil señala que a partir de la crisis de Asia a fines de 1997 se ha perdido cierta velocidad. ''Hubo una enorme preocupación para evitar que Brasil fuera contaminado, y asimismo por los efectos de la crisis en Rusia. En 1999 tuvimos que devaluar contra la voluntad del gobierno y del pueblo. Perdimos la pulseada porque Brasil gastó más de 40 mil millones de dólares para sustentar el real (moneda brasileña) y a partir del segundo semestre del 98 Argentina entró en un proceso de recesión y en un ambiente de poco crecimiento es difícil construir''. Se refirió también a las consecuencias de la falta de energía eléctrica, que acarreará muchos inconvenientes y reducirá el crecimiento previsto.

Do Rego Barros se niega a decir ''que el Mercosur ya fue o que hicimos todo lo que podríamos hacer. Simplemente podemos hacerlo mejor, pero lo importante es que estamos construyendo sobre lo que ya se ha hecho y ese es un capital, un patrimonio enorme de nuestros países que nadie quiere perder''.