Ť Meza, principal objetivo de los insultos durante los 90 minutos del partido
Al final, 40 mil gargantas abuchearon al Tri
Ť Jugadores, comerciantes y revendedores sufrieron una
tarde de pesadilla; sólo cosecharon fracasos
ROSALIA A. VILLANUEVA
Abucheos, rechiflas, insultos y gritos de "¡fuera Meza!" sellaron el repudio de los menos de 40 mil aficionados que atestiguaron la histórica derrota del seleccionado mexicano frente a Costa Rica y la caída del mito de que el Tri era invencible en el estadio Azteca en eliminatorias mundialistas.
"No son gigantes sino enanos'' y "putos cobardes'' eran
de los reclamos más leves de un indignado público, la mayoría
acarreados por las porras de los clubes mexicanos, y dispersos en forma
estratégica para que no se viera tan desolado y triste el Coloso
de Santa Ursula, pese a las engañosas y falsas imágenes que
proyectó Televisa en sus dos pantallas gigantes con un estadio lleno
y que encolerizó todavía más a las personas que señalaban
con el dedo preguntando dónde estaba toda esa gente o qué
juego estaban transmitiendo.
El respetable no esperó el arranque del encuentro
para insultar a Enrique Meza. Se metió con él y le dieron
con todo porque no había alineado al héroe cementero Francisco
Palencia, quien estaba en la banca y fue ovacionado antes, durante y al
término del partido.
El Ojitos, primero, con el rostro serio, ni se inmutaba; después, presionado, hasta se arrepentiría al recibir la andanada de insultos y abucheos por meter al goleador cruzazulino casi al finalizar el encuentro, cuando el equipo local estaba anímicamente acabado.
El gesto que tuvieron los jugadores al festejar la única anotación con su nuevo uniforme y llevando por debajo una camiseta blanca que decía "Profe Meza, estamos con usted'', disipó un poco el ambiente tenso y agresivo que se vivía en el Azteca. Ese fue el único recuerdo agradable que se llevó el ex timonel del Toluca, porque de ahí en fuera, cargó con el repudio de la gente que exigía al unísono su salida de la selección.
Eso sí, cuando el equipo se entregaba o hacía jugadas peligrosas hacia la portería rival, la gente, muchos niños y mujeres, se entregaban y los animaban con el "¡México, México!" y tocaban sus cornetas, mientras los descamisados de la Perra Brava toluqueña, junto con las porras del Cruz Azul, América y Pumas, al compás de los tambores, brincaban y festejaban con sus tradicionales cánticos retando a la tumultuosa barra roja, azul y blanca que apoyaba a los de Costa Rica en la cabecera norte.
Empero, una vez que los pupilos de Meza entraban a su acostumbrado toquecito de balón y eran superados físicamente por la tripleta oscura de Wanchope, López y Sunsing, la afición los retaba con un "órales cabrones jueguen; no qué muy chingones'' y los abucheos acompañaron al Tri al descanso.
En el segundo tiempo, Meza hizo algunos cambios y a pesar de que el público pedía a gritos a Palencia, quien ya calentaba a un lado de la banca, optó por otros jugadores. Caro pagaría su error, porque vendría Rolando Fonseca a igualar el marcador, y la madre del Ojitos fue la persona más mencionada en el estadio.
Cuando Meza envió a Palencia por Del Olmo, el público se levantó recibiendo con aplausos al goleador cruzazulino, del que esperaba hiciera el milagro que nunca llegó.
En las postrimerías del partido, hasta el osado Oswaldo Sánchez dejó el marco y jugó a la Jorge Campos, también como delantero, en busca del angustioso empate que jamás se concretó y que acabó con el grito desgarrador en el Azteca de "¡Fuera Meza de la selección!", mientras los hinchas visitantes celebraban la histórica victoria de su equipo sacando una manta que rezaba: "gracias a Dios''.
En las afueras del estadio, los comerciantes también perdieron y a decir de la señora Guadalupe Baglión, quien lleva 30 años vendiendo camisetas alusivas al Tri, este "ya no es negocio".
Otros que perdieron cuantiosas sumas de dinero fueron los revendedores que acapararon los boletos de 130 pesos y, desesperados, los ofrecían a lo que uno quisiera darles.
En tanto, dos personas que en estado de ebriedad pretendieron ingresar a la cancha del Azteca cayeron a una fosa provocándose diversas lesiones por lo que fueron trasladados a diferentes hospitales.
La dirección de seguridad del estadio desmintió versiones de una presunta agresión por parte de policías de Seguridad Pública contra dos aficionados costarricenses e informó que al finalizar al partido de futbol entre las selecciones de México y Costa Rica los dos sujetos, identificados como Roberto Quiroz Escot y Rolando Anaya García, quisieron brincar a la cancha, pero perdieron el equilibrio y cayeron a una fosa. Ellos son Roberto Quiroz, de 22 años y Rolando Anaya, de 23 años.