Ť Dirigirá dos coproducciones acerca de historias vinculadas con México y Rusia
Sergio Olhovich rendirá homenaje póstumo a Knórosov con su filme Misterios mexicanos
Ť Recibirá asesoría de Galina Yershova, discípula del eminente estudioso mayista
Ť El otro proyecto abordará el romance entre Nikolai Rezanov y Concepción de Argüello
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 15 de junio. Pleno de ideas como siempre, el reconocido director Sergio Olhovich rebosa entusiasmo al hablar de sus nuevos proyectos cinematográficos, dos coproducciones que entretejen historias, en lo que ya es una constante de su filmografía más reciente, relacionadas con México y Rusia.
''De pronto, una muchacha rusa, alumna del famoso y ya
desaparecido Yuri Knórosov, el primer investigador en el mundo que
logró descifrar la escritura maya, recibe una carta, con una invitación
para viajar a México con el propósito de descifrar unas estelas
mayas y, en el aeropuerto mismo de la ciudad de México, hay un intento
de secuestrarla...'', cuenta Olhovich.
Así comienza Misterios mexicanos, una película
todavía en mente del cineasta y que, desde ahora, define como de
aventuras. Anuncia que tendrá seis capítulos de 52 minutos
cada uno y se rodará en locaciones de ambos países.
Pero también, señala Olhovich, será un homenaje a Knórosov y, con la asesoría de la doctora Galina Yershova, su discípula más destacada, se abordará con rigor científico todo lo referente a la descripción del método descubierto por el sabio mayista de San Petersburgo.
Trágico idilio
La plática, cordial y distendida, transcurre en torno de la hospitalaria mesa del embajador mexicano en Rusia, Luciano Joublanc, quien apunta la feliz coincidencia de que el día que llegó Olhovich a Moscú, el canal de televisión TV-Tsentr transmitió su película En un claroscuro de la luna, premiada en el festival de Vyborg, Rusia, el año pasado.
''Fue toda una sorpresa, una de esas situaciones que si las planeas, seguramente se cruza algo y no salen. Aquí, al llegar a la habitación de mi hotel, se me ocurrió encender el televisor y, no lo podía creer, estaban pasando mi película'', recuerda Olhovich y agrega: ''Luego, me dijeron algunos amigos que, de acuerdo con las estadísticas de audiencia del canal, millones de rusos pudieron ver ese día En un claroscuro...''
El otro proyecto cinematográfico que trajo a Olhovich por estas tierras, con una apretada agenda de pláticas preliminares con instituciones interesadas en participar en la producción, está basado en la historia de amor entre el conde ruso Nikolai Rezanov, fundador de la Compañía Ruso-Americana de Comercio, y una bella mujer española, María de la Concepción de Argüello, hija del gobernador de California, ocurrida a comienzos del siglo XIX.
''Aparte de que es una historia de amor conmovedora, el argumento ?comenta Olhovich? permite subrayar la cercanía que siempre ha existido entre México y Rusia. Es poco conocido que, en la primera mitad del XIX, incluso llegamos a tener, durante casi 30 años, frontera común porque la presencia en América del imperio de los zares no se limitó a Alaska, que luego venderían, sino también dominaban un enclave en el Fuerte Ross, en Alta California, que por aquel entonces era territorio mexicano.''
Poco antes de que México y Rusia tuvieran frontera común, en ese mismo escenario, el Fuerte Ross, se desarrolló el romance entre Rezanov y Conchita, un hecho verídico y sustentado en documentos de la época, que tuvo un final trágico al morir el conde, tras uno de sus viajes a Rusia, quedando incumplida la promesa de regresar por su amada.
Yunona y Avós, ópera rock
La historia de Rezanov y Conchita inspiró la ópera rock Yunona y Avós, como se llamaban los barcos del conde ruso, que desde hace no menos de 20 años permanece en cartelera con gran éxito de público en el teatro moscovita Lenkom, del poeta Andrei Voznesenski y el compositor Aleksei Rybnikov, quien en principio aceptó también escribir la música para la película de Olhovich.
''La ópera rock Yunona y Avós, que por cierto me gusta mucho, tiene muy poco que ver con mi película, ya que se limita a un solo episodio de la vida de los personajes, aunque no le resto importancia por ser de alguna manera culminante. Víctor Hugo Rascón Banda y yo, como autores del guión, queremos ir más allá y ubicar, por ejemplo, la vida de Conchita en un contexto histórico mucho más amplio'', subraya el cineasta mexicano.
Ello explica que el realizador de Esperanza (1988), otra cinta que aborda un tema mexicano-ruso, se proponga filmar en México, en California, en Madrid, en Andalucía, en San Petersburgo y hasta en Kamchatka.
Por otro lado, durante su estancia en esta capital, Olhovich ultimó detalles en su calidad de director del Instituto Mexicano-Ruso Serguei Eisenstein, recién inaugurado en México con la idea de que diez maestros mexicanos egresados de escuelas de aquí, y reconocidos profesores rusos invitados, impartan clases de arte dramático, cine y moda.
Olhovich acordó con Timofei Spitak, subdirector del Instituto residente en Moscú, que la primera generación de alumnos mexicanos, tras dos años de clases, prosiga sus estudios en las mejores escuelas de Rusia, como la Academia Rusa de Arte Teatral (RATI, el antiguo GITIS) y el Instituto Estatal de Cinematografía (GVIK), entre otros.
El realizador de películas como Muñeca reina (1971), Coronación (1976) o El Infierno de todos tan temido (1979), también exploró con Naum Kleiman, director del Museo de Cine Eisenstein, una de las cinetecas más importantes de Moscú, la posibilidad de llevar a cabo proyectos conjuntos.