SABADO Ť 16 Ť JUNIO Ť 2001
Ť Homenaje a la cantante mexicana en Madrid
Chavela Vargas coreó con sus fans éxitos que le dieron fama
Ť Sostuvo charlas con Bosé, Marisa Paredes y Monsiváis
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 15 de junio. Chavela Vargas y Carlos Monsiváis recordaron hoy, con sarcasmo y complicidad, la biografía de la cantante mexicana, que es al mismo tiempo un reflejo de la fertilidad artística del siglo XX en ese país.
En la Casa de América en Madrid, donde se rindió homenaje a la intérprete, acogidos por un público cálido y risueño, Chavela y Monsiváis despilfarraron su carácter tragicómico, al recordar desde el desenfreno tequilero de la cantante hasta la despedida del ''gran poeta popular mexicano'', Jose Alfredo Jiménez, quien encontró en Chavela la voz precisa para interpretar canciones, como Que te vaya bonito o Volver, que fueron coreadas por dos centenares de personas.
Monsiváis, conocedor de la cultura popular mexicana, recordó la primera vez que vio a Chavela Vargas: ''Fue en 1957, estaba esperando a un amigo y vi pasar, iracunda y doblemente bella en su ira, a una mujer con calzón de manta, el pantalón de los indígenas, en una blusa maravillosa de Oaxaca, jorongo y huaraches, y creo que llevaba revólver, no estoy seguro pero es probable.
''Recordé que la había visto vestida de otra manera en un hecho que me marcó, en el velorio -en el Palacio de Bellas Artes- de Frida Khalo, que fue el primer concierto de canción ranchera al que asistí, porque como a Frida le gustaban mucho las canciones sus amigos decidieron despedirla cantando en un recital que sólo le costo el puesto al director de Bellas Artes, pero que a todos nosotros nos dio un gusto enorme. Le cantaron varias veces 'aquel amor que destrozó mi vida'.''
La primera vez que la vio actuar, rememoró el cronista, fue en El otro refugio, ''un sitio exacto para Chavela, un lugar pequeño y en el que ella empezó a cantar canciones rancheras pero sin mariachi'' y creo que ''ahí radica el principio de la gran estrategia interpretativa de ella, porque prescindir del mariachi era como si Pancho Villa hubiera cabalgado solo, era una situación anómala''.
Chavela irrumpió: ''El mariachi se me hizo como mucha gente y a lo mejor por quitar unos pensé que me quedaría más dinero para mí; me quedé cantando una vez con cuatro mariachis y se oía horrible, así que dije pa' fuera todos y me quedé sola con dos guitarristas. Después me quedé sola, con otros dos muchachos que ya murieron luego de varios años de trabajar en cabarets y ya no me hizo falta el mariachi''.
Macorina, único testimonio
Monsiváis recordó las serenatas de Chavela y Jose Alfredo a María Félix, las espléndidas interpretaciones del bolero de Agustín Lara o el origen de Macorina, el himno por antonomasia de Chavela, que ella definió como su único ''testimonio'', al ser ella misma la responsable de la música y compartir la composición de la letra con el poeta español Alfonso Camín.
''Había una mulata llamada Macorina, que se exilió en el siglo XVII; estaba prohibida porque era pornográfica y en España, cuando vine la primera vez, la prohibieron y me la quitaron del repertorio'', dijo Chavela, quien coreó con sus fans mexicanos y españoles las interpretaciones que la han hecho inmortal: Piensa en mí, Corazón, Que te vaya bonito y Macorina, con lo que culminó una serie de charlas que mantuvo la cantante mexicano, esta semana, con Miguel Bosé, Marisa Paredes y Carlos Monsiváis, quien viajo ex profeso desde México para acompañar a su amiga Chavela en este merecido homenaje de su público.