SABADO Ť 16 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Pedro Alvarez Icaza

La agricultura genéticamente modificada, a debate

El uso mundial de los llamados organismos vivos modificados (UVM) ha empezado a ocupar espacios importantes de la opinión pública, de los científicos y de organizaciones de productores y ambientalistas en todo el orbe. Desde la campaña internacional en contra de los transgénicos, en la que participan organizaciones civiles como Greenpeace, que han preferido denominarlas así, "transgénicos", y no UVM, por considerarla una denominación suave para tan delicado asunto.

Si bien el tema considera varios aspectos de la cotidianeidad humana, como la salud, la alimentación y la producción agropecuaria, haré referencia sólo a este último aspecto, que en sí mismo tiene varias aristas de índole ética, comercial-legal y de soberanía nacional.

Con el auspicio de la Fundación Rockefeller se creo en México en la década de los cincuenta el Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y el Trigo (CIMMYT), cuya sede central se encontraba muy cerca de la Escuela Nacional de Agricultura, hoy Universidad Autónoma Chapingo, en Texcoco, estado de México. Su objetivo central fue realizar investigación agronómica con base en cruzas y selección fenotípica (mejores ejemplares que cruzados dieran variedades más resistentes a diferentes condiciones de estrés: falta de agua, suelos salinos, variedades enanas para resistir los embates del viento, etcétera).

A esta época de la agricultura se le llamó la "revolución verde", con resultados espectaculares en condiciones óptimas de producción en el corto plazo, pero de un enorme fracaso cuando se intentó su generalización en condiciones de agricultura de subsistencia. El punto central de la debacle era que generaba una dependencia de los campesinos a la provisión de semillas y al paquete tecnológico para la siembra de cada año, en tanto las semillas mejoradas eran estériles o proclives a ello, lo cual impedía escoger los granos de la siguiente siembra de la cosecha anterior.

Un sector marginal de agrónomos nos resistimos a formarnos en esta escuela, y volteamos los ojos hacia dos campos: la etnobotánica, promovida por el maestro Efraín Hernández Xolocotzi, y la ecología del manejo indígena de los recursos naturales; ambos campos basaban sus enseñanzas en la recuperación del conocimiento de la agricultura indígena tradicional y la aplicación a condiciones de marginalidad rural.

A cincuenta años del inicio de la "revolución verde" nos encontramos ante un nuevo dilema: Ƒqué posición ética tomar ante la manipulación genética de plantas cultivadas y de gran cantidad que se encuentra en estado silvestre y que forma parte de un valioso conocimiento tradicional? Esta nueva "revolución verde" realiza la manipulación genética creando dos riegos adicionales; además de la misma dependencia de años atrás, las patentes registradas por las empresas productoras de semillas modificadas obligan a los agricultores y campesinos al pago de regalías por su uso, que en muchas ocasiones es ignorado por ellos acumulando deudas cuantiosas ocultas, o bien genera controversias legales que en varios casos ya han sido desfavorables para los agricultores. Eticamente no se puede estar de acuerdo en que un bien público, ya sea en conocimiento, tradición, o en su expresión material, se convierta en dominio privado, sujeto a comercialización.

Pero hay una razón adicional: en el mundo entero existen preocupaciones en torno al uso de los transgénicos. La incertidumbre sobre sus consecuencias obliga a aplicar el "principio precautorio", plasmado en el derecho internacional. La Unión Europea ha prohíbido su importación, otros países como Brasil han fortalecido su legislación, y México crea la Comisión Nacional de Bioseguridad para profundizar con elementos científicos, e informar y promover la legislación en torno al uso de organismos genéticamente modificados. El debate debe considerar temas como el acceso y derecho de los pueblos indígenas sobre los recursos genéticos de sus territorios, profundizar, vía reglamentos específicos, en el marco legal del artículo 87 bis de la ley ambiental que habla del "conocimiento previo informado" de las regiones campesinas e indígenas en donde se puede potencialmente extraer material genético de las áreas de enorme diversidad biológica de nuestro país. De las patentes privadas a usufructos públicos, del etiquetado (establecer claramente el origen genético de los productos a consumir), de los riesgos a la protección de la biodiversidad y, finalmente, de la ética en la investigación y comercialización.

La discusión nacional y de México en los foros internacionales debe tomar en cuenta la historia, los resultados de experiencias pasadas similares, la incertidumbre en la aplicación de los transgénicos, los riesgos a la soberanía y, sobre todo, la ética; tiene que estar por encima de los intereses privados, que pueden representar una salida engañosa de corto plazo para resolver el problema alimentario mundial, pero comprometer el patrimonio natural de futuras generaciones en todo el mundo.