SABADO Ť 16 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Bush y Gore habrían sido juzgados en su juventud bajo las leyes actuales: Joseph McNamara

Las políticas antinarcos han creado corrupción policiaca endémica en EU, acusa ex jefe policial

Ť Trabaja con Milton Friedman y George Shultz y promueve la despenalización de las drogas

JIM CASON Y DAVID BROOKS ENVIADOS/I

Albuquerque, 15 de junio. Las políticas antidrogas de este país están creando una corrupción policiaca "endémica" en Estados Unidos y han establecido penas criminales que, de haber existido hace años, habrían hecho descarrilar las carreras de muchas de las figuras de la cúpula política estadunidense que hoy las defendien, afirma el ex jefe de policía Joseph McNamara.

"Ni George Bush o Al Gore hubieran llegado a tener sus carreras políticas bajo las leyes antinarcóticos de hoy", afirmó Mc-Namara en entrevista con La Jornada.

El veterano agente, 40 años de experiencia en una carrera que comenzó como uniformado en las calles de Nueva York y que culminó como jefe de policía de San José, California, explicó su dicho al señalar que tanto Bush como Gore han reconocido que usaron mariguana en su juventud (Bush ha dicho indirectamente que también usó otras drogas ilícitas).

Actualmente, indicó McNamara, en este país son detenidas más de 600 mil personas cada año por simple posesión de mariguana, no por venderla o traficarla. Según le-yes actuales en muchos estados, la posesión de mariguana puede acarrear condenas de cárcel, el rechazo de asistencia federal para colegiatura universitaria, la pérdida del de-recho al voto y, si una persona es condenada tres veces separadas, podría enfrentar una condena de cadena perpetua.

Estas leyes antidrogas, la mayoría aprobadas en los últimos 10 años, hubiesen po-dido descarrilar las carreras políticas, y tal vez cualquier carrera profesional, del actual presidente y su contrincante en las últimas elecciones así como de innumerables políticos, si se hubieran implementado cuando eran más jóvenes, tras admitir que habían usado sustancias "controladas".

Ahora, es ésta misma cúpula política la que promueve la "guerra contra las drogas" cuyas víctimas no son gente como ellos, sino en general estadunidenses pobres y minorías, señaló McNamara.

El ex jefe de policía no está proponiendo encarcelar a Bush y Gore, sino señala que las leyes actuales ahora definen como delito el comportamiento que muchos políticos tuvieron en el pasado, y que unos 70 millones de estadunidenses admiten haber tenido en algún momento de sus vidas.

McNamara, actual investigador visitante en la conservadora Hoover Institution de la Universidad Stanford en California, ha es-tado trabajando con policías, jueces y ex-pertos que coinciden en que la "guerra contra las drogas" es un fracaso.

"Ellos ven que no funciona --dijo Mc-Namara a La Jornada hace unos días en Nuevo Mexico--. Son oficiales y funcionarios de seguridad pública de la mayor parte del país, que han recibido el mensaje de que los junkies (adictos) son sus enemigos y la basura del mundo".

Agregó: "Pero ahora están escuchando otro punto de vista. La mayoría son gente profesional muy preparada, desilusionados ya de la guerra contra las drogas debido a las disparidades raciales, la violencia, la corrupción y, más que nada, el fracaso de la guerra antidrogas".

McNamara reúne a estos policías y jueces en seminarios en los que expertos explican que aunque el presupuesto federal antinarcóticos se ha más que duplicado, y que las penas contra el uso de drogas se han incrementado (así como el número de prisioneros: 500 mil por delitos de droga), hoy las drogas ilícitas están más baratas y más disponibles que hace 10 años.

Y estos jueces y policías "se dan cuenta de que (las políticas antidrogas) no están teniendo ningún impacto real en el uso de drogas", explicó.

Trabajando junto con el economista conservador Milton Friedman (padre de los Chicago boys) y el ex secretario de Estado republicano George Shultz, McNamara es hoy un poderoso promotor de la despenalización de las drogas y de una reforma de las políticas antinarcóticos de este país.

"Hacemos la pregunta: Ƒusted piensa que más arrestos y más prisiones son la mejor forma de enfrentar el problema de las drogas? ƑO es mejor hacerlo a través de más tratamiento y educación? Más y más gente está diciendo que simplemente no estamos ganando esta guerra contra las drogas".

Hoy hay más de 50 jueces federales que se niegan a manejar casos de droga en sus tribunales y más de mil oficiales de policía que han dicho públicamente que favorecen algún tipo de despenalización de las drogas, según estadísticas de McNamara.

Aunque las principales asociaciones policiacas, como la Internacional de Jefes de Policía, siguen apoyando la política oficial y se oponen a la legalización, McNamara sostiene que los policías en las calles de las ciudades de este país enfrentan cotidianamente el fracaso de la guerra antidrogas.

Como prueba de este fracaso, McNamara cuenta como hace 40 años en Harlem detuvo a un delincuente que lo condujo a un sitio donde se negociaba droga.

"Estábamos en una patrulla marcada, con todo el equipo de nuestra profesión, esperando fuera de un edificio donde la gente negociaba droga. Si no hubiéramos estado con ese informante, ni siquiera nos hubiéramos percatado de que eso ocurría ahí. De repente me di cuenta que no teníamos ningún efecto disuasivo, para nada", recordó.

Cuarenta años después, McNamara dijo que este año un policía le contó de una nueva estrategia para arrestar a narcotraficantes en Harlem: "Le dije que lo que él estaba describiendo era lo mismo que ha-cíamos hace 40 años y que si la policía no cambiaba su enfoque, en 40 años más otro agente ofrecerá las mismas propuestas, con los mismos resultados".