VIERNES Ť 15 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Curadora del neoyorquino Dia Center for the Arts

Cooke: de centro mundial del arte, NY devino gran mercado

Ť Imponen restricciones a grupos minoritarios, denuncia

MERRY MAC MASTERS

Si hoy día se habla de globalismo, en el arte de los sesenta existía el término ''internacionalismo''. Para Lynne Cooke, directora y curadora en jefe del Dia Center for the Arts, en Nueva York, la diferencia consiste en que, por ejemplo, un artista conceptual podría ser de Uruguay o Japón, sin embargo ''su modo de trabajar se determinaría por el deseo de emplear ciertas cuestiones y cierto vocabulario que se pensaba eran centrales e internacionales. Ahora, con el globalismo, suponemos, consciente o inconscientemente, que artistas procedentes de China o Guatemala o Sudáfrica mediante su trabajo se dirigen a cuestiones que sentimos son pertinentes a esos lugares, a la vez que actuar en un arena internacional''.

Centro/ periferia, dicotomía superada

Ahora, sin embargo, opera una especie de ''doble estándar''. Mientras la obra de un artista sudafricano como William Kentridge aborda el apartheid, así como ciertas prácticas del arte contemporáneo, ''no suponemos que un artista como el escocés Douglas Gordon necesariamente vaya a dirigirse a cuestiones de identidad. Su trabajo puede ser de cualquier cosa. Aunque ya no existe la dicotomía centro/periferia del pasado, hay otro tipo de relación binaria respecto de lo que se espera de artistas procedentes de otros lugares''.

-ƑEso es justo?

-No, no creo que sea justo. Significa que existen restricciones implícitas planteadas respecto de artistas provenientes de lugares como China o Australia o Chile, en lo que pensamos son asuntos de importancia social o cultural allí, y los buscamos en el arte. No aplicamos tantas restricciones en artistas de Europa occidental y Estados Unidos, aunque sí lo hacemos en cuanto a los grupos minoritarios. Tenemos artistas afroamericanos y gay cuyas políticas de identidad se agotan de diferentes maneras y en distintos lugares.

Cocuradora en 1986 del Aperto de la Bienal de Venecia y directora artística de la Bienal de Sydney, en 1996, Cooke habla de la legitimación en el mundo del arte de creadores de la periferia: ''Las rutas hacia la atención en la arena internacional pueden llegar de varias maneras, aunque probablemente de modo más drámatico y rápido mediante su participación en una bienal o trienal de gran importancia, o Documenta. Así la atención se concentra y la carrera artística avanza con rapidez''. Agrega que hoy día no importa tanto dónde radica uno, sino tener el trabajo disponible en lugares centrales o figurar en exposiciones significativas''.

Y como no es lo mismo vivir en Nueva York o Los Angeles, que en Cincinnati o San Antonio, Cooke es terminante al decir que la Gran Manzana, más que centro internacional del arte es un gran mercado en parte formado en las galerías, pero también en las casas de subasta. ''Nueva York ya no es un centro de producción. Ni es necesariamente donde suceden las muestras más interesantes en instancias públicas o galerías comerciales. Eso ahora ocurre en lugares como Los Angeles, Berlín o Londres''.

Y como los centros de arte han cambiado, en los últimos diez años los curadores tuvieron que viajar más para ver ''buenas exposiciones'', así como conocer a los artistas, saber de su obra y trabajar estrechamente con ellos.

Cooke impartió una conferencia, anoche, en el Museo Rufino Tamayo.