VIERNES Ť 15 Ť JUNIO Ť 2001
Terror de exportación
Revela Le Point cómo respaldó Francia la guerra sucia en Argentina
AFP
Paris, 14 de junio. Francia enseñó los métodos de tortura y "desapariciones" que los militares aplicaron en Argentina y en otros países de América del Sur, anuncia este jueves, en siete páginas de "revelaciones", el semanario parisiense Le Point.
"Cómo Francia exportó la tortura a Argentina", se lee en la primera página, subrayando "la otra guerra sucia del general (Paul) Aussaresses", quien acaba de provocar un escándalo en Francia al publicar sus memorias sobre la tortura, desapariciones y asesinatos sistemáticos que él y sus colaboradores aplicaron durante la guerra de Argelia.
Sin embargo, el papel de Aussaresses aparece a lo largo del informe periodístico más bien reducido frente a la magnitud de la cooperación de los militares franceses con sus colegas argentinos: el general torturador fue agregado militar de Francia en Brasil solamente entre 1973 y 1975.
En cambio, la formación de los soldados argentinos en métodos contrarrevolucionarios elaborados por los franceses comienza hacia fines de los años 50 y con la autorización de los mandos civiles de Francia, según la revista.
El informe cita nombres de militares franceses y argentinos, así como de las autoridades civiles de Francia que ordenaron esa cooperación que iba a servir de base para los métodos aplicados en Sudamérica, principalmente por los países del Cono Sur mediante la Operación Cóndor.
Le Point cita entre comillas a un embajador argentino, sin dar su nombre, que en los años 60 informó a Quai d'Orsay de la importancia del papel de los militares franceses en cursos de lucha antimarxista a los que incluso asistían oficiales de Estados Unidos. "Podemos congratularnos tanto más si consideramos que los medios castrenses estadunidenses han recientemente mostrado ciertos celos frente a la influencia de los asesores franceses en los estados mayores argentinos y en la Escuela de Guerra de Buenos Aires", decía el embajador en su carta al Ministerio francés de Relaciones Exteriores.
El semanario expone el comienzo y el desarrollo de la cooperación de Francia con los militares de Argentina: en 1957, recién salido de la Escuela Superior de Guerra de París, el coronel argentino Carlos Rosas fue nombrado en Buenos Aires subdirector de la institución homóloga de su país y creó un ciclo de estudios sobre la "guerra revolucionaria comunista".
El general argentino Ramón Camps, añade Le Point, evoca una demanda de Rosas a "los jefes del ejército francés" seguida del envío a la Escuela de Guerra de Argentina de los tenientes coroneles Patrice de Naurois y François Pi erre Badie. Camps escribe que "sus cursos estaban directamente salidos de la experiencia francesa en Indochina y aplicada en ese momento en Argelia".
El 11 de septiembre de 1958, el ministro francés de Defensa, Pierre Guillaumat, autoriza a 60 cadetes argentinos ir, dice Le Point, en "viaje de estudios" a Argel, en ese momento en plena guerra. En febrero de 1960 se instala una misión militar francesa permanente en Argentina con el objetivo de "aumentar la eficacia técnica y la preparación del ejército argentino".
Pierre Messmer, gran figura del gaullismo, es nombrado ministro de las fuerzas armadas de Francia en febrero de 1960 y envía a Buenos Aires al general André Demetz, jefe de Estado Mayor del ejército, para instalar la misión prometida.
Su acompañante, el teniente coronel Henri Grand d'Esnon, dicta en la Escuela de Guerra de Buenos Aires una conferencia en la cual, indica el semanario, "describe todos los aspectos de la guerra subversiva y pone principalmente el acento en el papel central de las fuerzas armadas en el control social de la población y en la destrucción de las fuerzas revolucionarias".
En 1961, un miembro de la misión militar francesa lanza la idea de un curso de lucha anticomunista para el conjunto de las fuerzas armadas americanas, para lo cual existía desde hacía un año una estructura: Fort Amador, en Panamá, y la llamada Conferencia de los Ejércitos Americanos (CA).
La idea francesa es propuesta en julio de 1961 por el general Spirito, jefe del Estado Mayor del ejército argentino, a sus colegas y así fue creado el Curso Interamericano de Lucha Antimarxista, dirigido por el coronel Alcides López Aufranc, que había hecho estudios en la Escuela de Guerra de París; 39 oficiales de 13 países de América Latina y de Estados Unidos siguen ese curso. La embajada francesa en Argentina considera un éxito que incluso militares estadunidenses aprendan métodos "que se benefician ampliamente de la experiencia adquirida por el ejército francés".
En 1973 se desata el caos en Argentina y las fuerzas armadas nacionales comienzan su guerra contra los opositores y las guerrillas de extrema izquierda.
Los militares argentinos piden a Francia instructores en guerra antisubversiva y Pierre Messmer, en ese momento primer ministro de Francia, la otorga y lo confirma hoy, dice Le Point, que lo cita: "Los querían y los tuvieron. Argentina es un país independiente y no había razón para negarle lo que pedía".
Se les envía a Robert Servant el 15 de abril de 1974, un coronel que tenía el "perfil" adecuado, según la expresión de Messmer, ya que había combatido en Indochina y estado encargado de interrogatorios en Argel.
El coronel Servant se instala en el cuartel general del ejército, dirigido entonces por el general Jorge Videla, se mantiene al margen de la embajada francesa y, en caso de problema, entra en relación con la Secretaría General de la Defensa Nacional, que depende directamente -precisa Le Point- del primer ministro, Jacques Chirac, quien había sucedido a Messmer en 1974.
Está igualmente en contacto con el jefe de servicios secretos para Brasil y Argentina, capitán Pierre Latanne, quien depende a su vez del agregado militar francés en Brasilia, Paul Aussaresses, gran especialista confeso del sistema de torturas, asesinatos y "desapariciones" de la lucha antisubversiva.