Ť En reunión con industriales, las autoridades insistieron en mantener la libre flotación
Caras largas entre empresarios; no cedió el gobierno en su política monetaria
Ť Industrias exportadoras, las más afectadas por la sobrevaluación: González Laporte
DAVID ZUÑIGA
El gobierno federal y el Banco de México parecen haber resistido el primer embate de industriales regiomontanos y miembros del poderoso Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN) inconformes con la actual política monetaria.
Luego de una reunión privada efectuada ayer en el Club de Banqueros, las autoridades insistieron en la conveniencia de mantener el régimen de libre flotación y el sesgo restrictivo de la política monetaria, pues la economía de México no puede ir en contra del ciclo de desaceleración de Estados Unidos, su principal socio comercial.
Fue una tarde de caras largas. Los primeros en retirarse fueron el presidente de Banorte y Grupo Maseca, Roberto González Barrera; luego salieron juntos Roberto Hernández, de Banamex-Accival, y Valentín Diez Morodo, líder del CMHN y vicepresidente de Grupo Modelo. Todos abordaron sus autos rápidamente y, salvo algunas excepciones, no respondieron preguntas. A quien se veía más molesto era a Eugenio Clariond, presidente de Industrias Monterrey SA (IMSA), ex presidente del CMHN y uno de los principales críticos de la política cambiaria.
También acudieron, entre otros, Lorenzo Servitje, de Grupo Bimbo; Roberto Zapata Gil, presidente de la Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de México (Canaco); Ricardo Guajardo Touché, presidente de BBVA-Bancomer; Fernando Senderos Mestre, de Grupo Desc; Ignacio Aranguren Castiello, presidente de Arancia; Luis Berrondo, de Bital, y Carlos Gómez, directivo de Santander.
Por las autoridades acudieron el secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz; el subsecretario Agustín Carstens, Guillermo Ortiz y Everardo Elizondo, gobernador y vicegobernador del Banco de México, respectivamente, así como Eduardo Sojo, coordinador de Políticas Públicas de la Presidencia.
Claudio X. González, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), comentó que en la reunión participó Sebastián Edwards, un economista de renombre mundial de la Universidad de California en Los Angeles, quien explicó que México no puede ir en contra del ciclo de desaceleración de la economía mundial, pues de lo contrario se expone a sufrir un fuerte descalabro. El economista concluyó que el sistema de libre flotación sigue siendo el mejor para México en estos momentos y que es urgente acelerar el cambio estructural, que incluye desarrollar infraestructura, mejorar la educación, reforma fiscal y laboral, desregulación, cumplimiento del estado de derecho, apertura total del sistema eléctrico, así como mayor eficiencia y productividad del sector público.
González Laporte aclaró que esta reunión no fue para tomar decisiones o llegar a acuerdos, sino para que el gobierno y los empresarios intercambiaran puntos de vista sobre la política monetaria y sus efectos en las industrias exportadoras, las más afectadas por la sobrevaluación del peso.
El dirigente consideró conveniente que el Banco de México relaje paulatinamente la restricción monetaria (corto) para ayudar a las empresas a sobrellevar con menos dificultades la desaceleración económica. Sin embargo, no hubo ofrecimiento alguno de Guillermo Ortiz. ''Como todo banquero central que se precie de serlo, no comenta nada hasta que tenga sus propias reuniones''.
-¿No hay molestia de los industriales? Vimos a Eugenio Clariond muy enojado.
-Obviamente, hay sectores del empresariado, particularmente los industriales, que se sienten muy apretados, sobre todo por la rapidez con que se están dando los eventos. ¿Quién esperaba que el peso se fuera a apreciar tan rápidamente? Eso afecta los márgenes de los exportadores.
-¿No existe el riesgo de que los industriales decidan trasladar sus operaciones fuera del país?
-Siempre existe ese riesgo. Esperemos que no lleguemos a ello.
El presidente de la Asociación de Banqueros de México (ABM), Héctor Rangel Domene, coincidió con González Laporte en la urgencia de acelerar las reformas estructurales y las privatizaciones para que la competitividad de las industrias mexicanas dependa cada vez menos del tipo de cambio.
Para el ejecutivo bancario, el Banco de México ''ya cambió su política monetaria; si no, las tasas de interés no estarían donde están. De enero para acá han bajado y son muy competitivas. A lo mejor podrían bajar un poco más, pero no mucho mientras no se abata más la inflación''.
Pero no todos salieron convencidos. Lorenzo Servitje, de Bimbo, sostuvo que los cortos ''ya no tienen razón de ser'' en un entorno de inflación a la baja y economía desacelerada.
Lo de ayer, en suma, fue sólo el primer round.