VIERNES Ť 15 Ť JUNIO Ť 2001
Ť Desocupan las instalaciones; advierten que volverán cuando se vote el dictamen
Consultará el Congreso de Guerrero con cuatro etnias la reforma indígena
Ť La 56 Legislatura estatal también se comprometió a desistirse de las demandas penales presentadas contra ocho dirigentes de las organizaciones que tomaron el edificio
ENRIQUE MENDEZ ENVIADO
Chilpancingo, Gro., 14 de junio. Las organizaciones que ocupaban el Congreso del estado desde la madrugada del martes lo desocuparon este mediodía después de obtener las promesas de la 56 Legislatura de que se someterá a consulta de las cuatro etnias las reformas constitucionales en materia de derechos y cultura indígenas, y se desistirá de la demanda penal presentada contra ocho dirigentes por la toma del edificio.
Sin embargo, por la mañana, el coordinador del grupo parlamentario del PRI, Héctor Apreza, provocó un enfrentamiento verbal con los dirigentes de Convergencia de Pueblos Indígenas y Organizaciones Sociales y Civiles de Guerrero, cuando les reclamó la ocupación "ilegal" del Congreso, y les advirtió que si no se iban a la una de la tarde podría utilizarse la fuerza pública para el desalojo.
"Si no hay arreglo, vamos a ver cómo entramos trabajadores y diputados", les soltó.
Y es que poco después de las diez de la mañana los diputados del PRD Misael Medrano, Juan Adán Tabares y Severiano Prócoro Jiménez llevaron a los indígenas dos propuestas previamente acordadas con la bancada priísta para destrabar el conflicto: que hablaran ante los 46 diputados en el recinto, o bien que se llevaran a cabo reuniones de trabajo regionales.
Las negociaciones
Las organizaciones formaron una comisión, encabezada por Abel Barrera y Cirino Plácido Valerio, quienes cruzaron la avenida para entrar al restaurante donde se reunían los diputados. Plácido Valerio les explicó que habían sido comisionados para verificar si efectivamente los legisladores estaban dispuestos a iniciar un diálogo.
Sólo que el diputado Héctor Apreza se molestó aún más. "Ya llevo 48 horas esperando que ustedes se decidan a formar su comisión para dialogar. Nosotros estamos dispuestos al diálogo, pero en lugar de ello ustedes se apoderaron ilegalmente del Congreso", les reclamó.
Animado por el tono del priísta, el diputado Demetrio Saldívar, del PRS, también les reprochó a gritos que tenían "secuestrados" a los legisladores, y que en esas condiciones no era posible un diálogo.
-ƑPor qué nos grita? Si así nos van a tratar a gritos, mejor nos retiramos -dijo Plácido Valerio, quien salió del restaurante junto con Barrera.
Atrás de ellos salieron los diputados Misael Medrano y Roberto Torres para convencerlos que la posición de Saldívar no era la de todo el Congreso. "Es un solo diputado", les insistieron. De regreso, Apreza, Medina y Torres regañaron a Demetrio Saldívar.
Poco después regresaron al restaurante Cirino Plácido Valerio y Abel Barrera. En el ínter, Apreza había acusado en declaraciones a la prensa que los indígenas eran quienes obstaculizaban un diálogo, y se quejó de que las críticas en los medios fueran para el PRI.
"ƑY por qué nos descalificas?" -lo enfrentó Barrera.
"šBueno, si a la una de la tarde no hay arreglo, vamos a ver cómo entramos trabajadores y diputados!" -exclamó Apreza.
Plácido Valerio le informó que momentos antes Convergencia de los Pueblos Indígenas había acordado esperarlos para un diálogo público en la explanada del Congreso, al mediodía.
Apreza de plano se calentó: "šEl diálogo no se hace poniendo de rodillas al contrincante!" Ya más frío, insistió en su propuesta de que la reunión se realizara con los miembros de las comisiones de Justicia, Asuntos Indígenas y Gobernación, y aun así volvió a reprochar: "pero son ustedes quienes se niegan al diálogo con nosotros".
Plácido Valerio le devolvió: "ustedes son los que no quieren dialogar con nosotros. Usted no tiene validez moral para decir que somos quienes nos oponemos, sólo está justificando una agresión y por eso merece un diploma".
Cirino y Abel Barrera regresaron a la explanada del Congreso, donde los dirigentes y comisarios de la policía comunitaria acordaron levantar el bloqueo. Paralelamente, la Comisión de Gobierno del Congreso continuó reunida en el restaurante y ahí decidieron ir a escuchar a los indígenas.
Ya más calmado, y hasta sonriente, Héctor Apreza llegó al frente de los diputados e intercambió bromas con los dirigentes. Los legisladores llegaron cuando Marcelino Díaz de Jesús, contra quien se había iniciado una averiguación previa por la toma del congreso -al igual que contra Omar Garibay, quien desde ayer ya no se apareció y trascendió que había recibido recursos del ramo 20 para "desaparecer"-, lamentaba que a la petición de diálogo el Congreso les haya respondido con una demanda judicial.
Refirió que la intención de los pueblos de presentarse en el Congreso estatal era exponerles que la reforma constitucional en materia de derechos y cultura indígenas eliminó, entre otras, la demanda al territorio y a la libre determinación y autonomía, la remunicipalización de los territorios y la posibilidad de contar con representantes populares.
"Esto es lo que les veníamos a decir, pero ustedes se negaron desde el principio. Queremos que lo sepan porque les pedimos su voto contra estas reformas. No queremos evasivas ni acciones retardatarias, ni un albazo legislativo", expresó.
En el documento que leyó Barrera, las organizaciones afirmaron que a su intención de dialogar con los diputados, las autoridades estatales respondieron con una demanda "para tratar de acallar nuestros reclamos legítimos de justicia", con lo que se "criminalizó nuestro movimiento y se nos hace aparecer como presuntos delincuentes para desviar la atención sobre el punto central que demandamos".
Dijo que los diputados asumen un comportamiento "voluble y convenenciero" con los indígenas, porque sólo los visitan y buscan cuando los necesitan, y "se esconden y vuelven inlocalizables cuando pedimos que nos escuchen".
A los legisladores no les quedó más que aguantar las críticas, que continuaron: "los diputados locales no están preparados para dialogar públicamente con los pueblos. Quieren hacernos sentir que no valemos y que no representamos nada significativo para el Estado, le apuestan como siempre a que el tiempo se encargue de poner las cosas en su lugar. Prefieren la vida de cristal a un diálogo fecundo y a campo abierto".
"Aquí no hemos encontrado oídos receptivos, sólo corazones duros e insensibles. Encontramos diputados más preocupados porque no les maltraten las instalaciones de nuestro Congreso, que por atender y entender las demandas de los pueblos indígenas, y en consecuencia legislar a la altura de las circunstancias.
"Ahí se los dejamos tal y como lo encontramos para que lo sigan ocupando, ojalá y llegue el día en que se den cuenta del error que están cometiendo. Ojalá su conciencia los deje dormir tranquilos ante los hechos obligados de que las autoridades indígenas tuviéramos que dormir en las afueras de nuestro recinto legislativo para exigir un diálogo."
Atrás de las filas que formaron autoridades y comisarios, mujeres y hombres levantaban petates y cobijas, mantas y hules con los que se cubrieron del sol y la lluvia durante tres días y tres noches.
Barrera siguió: "nos vamos preocupados porque tenemos la sensación de que seguirán legislando alejados de la sociedad, ignorando los planteamientos y reclamos de los pueblos indígenas, por eso estaremos pendientes de sus actuaciones".
La lucha de las comunidades, dijo, es por una vida digna y porque se les reconozca como sujetos de derecho. Anunció que se mantendrán "vigilantes" del trabajo legislativo para "evitar que se consume la traición" y que regresarán al Congreso en el momento de que se vote el dictamen en el pleno para "conocer también cara a cara qué legisladores quieren la paz y quiénes están a favor de la causa indígena. Volveremos y seremos más".
Después se permitió a Héctor Apreza hablar a dirigentes y comisarios. El coordinador de los diputados priístas se encaramó en la camioneta en la que se conectó el equipo de sonido, que sirvió de despensa y cocina estos días.
Sentado en la caliente lámina del cofre, Apreza modificó el tono de la mañana, llamó "hermanos" a los indígenas que tomaron el Congreso e insistió en que siempre serán escuchados por la Legislatura, sin que sea necesario que el edificio sea cerrado.
"Esta Legislatura tiene la cabeza, la mente, pensando en ustedes. Tenemos la mente abierta, el corazón en las manos y ese corazón es para ustedes."
Prometió que el dictamen de la reforma constitucional no se presentará ante el pleno sin que antes se haga una consulta regional con las cuatro etnias, y cerró su discurso con vivas a los indígenas, quienes reforzaron con vivas a Zapata, al EZLN y a las comunidades de Guerrero.
Votos en contra
El coordinador de los diputados del PRD, Octaviano Centeno Dionisio, reiteró que el voto de la bancada perredista será en contra de las reformas, y afirmó que empezarán una labor de convencimiento entre "los indecisos" para que también las rechacen.
El diputado priísta Raúl García Leyva, presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas, les dijo a sus "hermanos de raza" que él no tiene compromisos políticos con nadie, y que al momento de votar "no me temblará la voz ni las corvas para defender sus legítimos derechos de ustedes".
"ƑEntonces tu voto es en contra?" -le preguntó Marcelino Díaz de Jesús.
"Sí" -respondió.
Demetrio Saldívar también se comprometió a votar en contra. "Ya llevamos uno más, faltan 31", anotó Díaz de Jesús. El mismo acompañó a Héctor Apreza a un breve recorrido para la "entrega formal" del edificio y verificar que no había ningún daño a las instalaciones.
Todavía antes de que el priísta se fuera, el ex diputado federal le insistió: "rechacen esa reforma. Sólo le van a hacer un favor a (Vicente) Fox y un flaco favor a su partido. Hay organizaciones del PRI en contra, como Enrique Ku, y yo les pido que actúen en consecuencia".
"Pero ayúdenos con las reuniones. Les vamos a mandar la invitación" -le dijo García Leyva.
"Bueno, pero que algunos compañeros hablen en la tribuna" -planteó Díaz de Jesús.
"šClaro!" -aceptó Apreza. A la una de la tarde, y sin ningún incidente, los indígenas regresaron a sus comunidades.