JUEVES Ť 14 Ť JUNIO Ť 2001
Ť Abordan hoy el caso de México en el encuentro de la comisión de macroeconomía
Los países en desarrollo deben aumentar y hacer eficiente el gasto en salud: OMS
Ť Propone establecer políticas fiscales sanas y disminuir el costo de los medicamentos
CAROLINA GOMEZ MENA
Incrementar los presupuestos en relación con el producto interno bruto (PIB) y lograr eficiencia en la aplicación de recursos destinados a salud, establecer políticas fiscales sanas, aumentar la proporción de habitantes con acceso a servicios, disminuir el costo de medicamentos y expandir la participación del sector privado, son algunos de los lineamientos que la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de la Comisión de Macroeconomía y Salud (CMS), considera prudente que se instauren en los países en desarrollo, entre ellos México, a fin de que sus reformas ubiquen a la salud como eje fundamental del crecimiento.
Estas sugerencias fueron vertidas durante la quinta reunión consultiva de la CMS -con la cual colaboran el FMI, el Banco Mundial y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo-, que concluye hoy, luego de sesionar cuatro días en esta capital.
En el caso particular de México, no obstante que este día se discutirán los aspectos de la reforma en salud, Gro Harlem Brundtland, directora general de la OMS, y el economista Jeffrey Sachs, presidente de CMS, adelantaron algunas de las estrategias que deberían adoptarse.
Acerca de la forma en que los gobiernos deben allegarse más recursos para invertir en salud, Sachs dijo que en el caso de México la reforma fiscal que propone el Ejecutivo sería "necesaria", ya que organizará todo el sistema de ingresos del gobierno y se podrían destinar más recursos a salud, con lo cual eventualmente se lograría que más población pudiese acceder a los servicios.
Por su parte, Brundtland subrayó que un punto fundamental para que los pobres puedan reducir la brecha en salud, es "reducir los precios de las medicinas", por lo cual es necesario establecer esquemas de compra de medicamentos más favorables para los países menos favorecidos, y que las instituciones de asistencia mundial tengan mejor logística para la distribución.
Consideró que en materia de impuestos los países deben ser cautos, y si necesitan más recaudación, gravar productos perjudiciales para la salud, como el tabaco.
Alvaro Erazo de la Torre, director del Fondo Nacional de Salud de Chile, resaltó que haber optado por gravar el consumo en lugar de incrementar el impuesto sobre la renta ha generado problemas de regresividad financiera en su país, y esto influyó en la prestación de servicios de salud.
William Savedoff, economista en jefe de la división de desarrollo del BID, dijo que uno de los sistemas más desiguales de salud en Latinoamérica es el chileno, porque el acceso a los seguros es "ineficiente y desigual", y sostuvo que en Colombia -país del que podría tomarse el modelo para México- las quejas se generalizaron porque el sistema de salud se estaba "chilenizando".
Al preguntarle al secretario de Salud, Julio Frenk, si lo expresado por Savedoff indicaría que la estrategia que se establezca en México, del seguro popular, podría no ser tan buena, respondió: "no vamos a copiar ningún modelo; le puedo decir, porque lo conozco de cerca, que el modelo colombiano es muy superior al chileno", y los chilenos han ido a aprender cómo lo mejoraron los colombianos, "por eso estamos aquí, en reuniones internacionales, porque generan procesos de conocimiento compartido".
El funcionario señaló que "no hay un consenso mundial acerca de cuánto es lo que se debe gastar" en salud, pero en México se debe incrementar la asignación de recursos porque se está subinvirtiendo, comparado con lo que se esperaría dado su nivel de riqueza, y está "abajo del promedio latinoamericano (que es de 6.1 por ciento del PIB), debajo de países con un desarrollo económico menor".
Frenk aseveró que la baja inversión en salud en el país -de 2.5 del PIB más 3.1 de gasto de bolsillo- también se refleja en el gasto per cápita, ya que mientras en Estados Unidos se destina 14 por ciento del PIB y se gastan casi 4 mil 500 dólares por habitante al año, en México se utiliza 5,6 por ciento del PIB y 329 dólares por persona. La otra cara de la moneda, agregó, está en países de Africa, como Somalia, que destina 11 dólares por habitante, y otras naciones con sólo 4 dólares.
Dijo que la mayor cantidad de recursos destinados a salud debe combinarse con una utilización más racional para que rinda más, y acerca de las políticas financieras saludables, mencionó que, en general, los países de América Latina y el Caribe requieren incorporar herramientas analíticas y "los hallazgos de la economía en la definición de las políticas de salud", para que en otros ámbitos el quehacer gubernamental tenga efectos "determinantes sobre la salud".