MIERCOLES Ť 13 Ť JUNIO Ť 2001

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Ť Ley sobre giros mercantiles
Ť Un conflicto inoportuno

Lo que tenía que estallar por fin reventó y las diferencias entre el Gobierno y la Asamblea Legislativa del Distrito Federal terminaron en un enfrentamiento que dejará a la capital sin ley sobre giros mercantiles, y tampoco se podrá cambiar el uso de suelo para los terrenos en donde se habrán de construir las escuelas preparatorias prometidas por Andrés Manuel López Obrador.

LA BOMBA tenía mecha corta y estalló tal vez en el momento menos oportuno. Los problemas ya se veían venir. Para el grupo de René Bejarano (la CID) ha sido una tarea constante, impostergable, atacar a quienes provienen de la corriente que encabeza Cuauhtémoc Cárdenas, principalmente.

ASI, MIENTRAS la clientela de Bejarano en la ALDF escucha al jefe de Gobierno por boca de su secretario particular (el mismísimo Bejarano), los otros diputados han sido bloqueados, una y otra vez, y se les ha hecho a un lado en las políticas fundamentales de gobierno.

ESTO LLEGO a terrenos tan difíciles que López Obrador prefirió en algunas ocasiones buscar consensos con el PRI que con una parte de la diputación de su partido. Las reuniones entre el jefe de Gobierno y la diputada María de los Angeles Moreno se convirtieron más que en un rumor, en un hecho.

Y ASI, por ejemplo, hubo decisiones de gobierno que competen a la Asamblea Legislativa que el coordinador del PRD, Armando Quintero, no supo y fue sorprendido cuando se le anunciaron, por boca de los mismos priístas.

LOS EJEMPLOS son varios. Uno de ellos, tal vez el más sonado, ocurrió cuando debía autorizarse el presupuesto. Entonces, mientras los perredistas en la ALDF trataban de convencer a sus pares, por ejemplo, de la necesidad de continuar los subsidios al Metro, López Obrador ya había acordado con Moreno Uriegas que el PRI no se opondría a la medida.

AHORA, CON la ley para reglamentar los giros mercantiles las relaciones entre unos y otros llegaron a los límites del rompimiento. La semana pasada, el jueves por la noche, parecía existir un acuerdo entre los diputados para ir a un periodo extraordinario en donde la iniciativa de ley sería calificada por el pleno, con la ventaja de haber sido aprobada en comisiones.

EN LA iniciativa, el artículo transitorio octavo daba razón de cómo sucedían las cosas. Los asambleístas, impedidos de llegar a un acuerdo con el gobierno, que pretendía desconocer la existencia de la vida nocturna en el Distrito Federal, trataron de hacer entender los beneficios del proyecto de ley, pero la jefatura de Gobierno se opuso y acusó a los diputados, también por boca de Bejarano, de tratar de beneficiar a los dueños de los antros.

EN EL mismo artículo octavo, uno de los puntos más importantes, el cual rompía con la idea de que cualquier diputado podría convertirse en gestor de licencias, es el de poner en manos del gobierno la reglamentación de los permisos de tipo "C", es decir los de los antros, aunque le pedían que informara bimestralmente de cómo iban las gestiones en este caso.

DESPUES LOS diputados clientela de Bejarano decidieron no apoyar el acuerdo entre partidos y las cosas se complicaron porque entre los panistas y los priístas se vio la posibilidad de cancelar, también y a contrapelo, el cambio de uso de suelo para las escuelas preparatorias, uno de los programas prioritarios del gobierno.

NO OBSTANTE, para el PRD la disputa tiene dos puntas: por un lado la CID trataría de deshacerse de Armando Quintero como coordinador de la fracción, lo que implicaría poner en su lugar a algún incondicional bejaranista y por otra cancelar, a ojos de todo el mundo, la poca o mucha independencia de los diputados perredistas frente al poder local.

LAS POSIBILIDADES de Bejarano para hacer posible la destitución de Quintero van en relación directa con las órdenes de López Obrador, porque en la fracción perredista la correlación de fuerzas no favorece al coordinador parlamentario.

MIENTRAS LOS miembros de la CID suman diez diputaciones, los cercanos a Quintero apenas son seis y existen tres más: Iris Santacruz, Ruth Zavaleta y Horacio Martínez, quienes no tienen una ubicación, cuando menos en lo que hace a las dos corrientes dominantes dentro de los diputados de la bancada perredista, y que además condicionarían su apoyo a una u otra parte.

NO OBSTANTE, la situación resulta peligrosa y golpea al propio jefe de Gobierno, quien encuentra en Bejarano, su supuesto aliado, a uno de los más grandes enemigos aunque lo mantenga en la trastienda para operar cada una de las acciones de gobierno en donde él, López Obrador, no quiere meter las manos porque le ha cancelado, desde la secretaría particular, la posibilidad de consensuar con los diputados las mismas acciones de gobierno programadas.

A FIN de cuentas, el asunto no ha terminado, los trabajos extraordinarios ya no serán posible y las decisiones que pudieran beneficiar a la ciudad quedarán pendientes hasta que las partes se pongan de acuerdo o hasta que la fracción política del gobierno central permita que los diputados operen con toda libertad.

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