MIERCOLES Ť 13 Ť JUNIOS Ť 2001

Ť Detectan otras irregularidades en expediente de los Carrola

Revelan amistad entre Valle Gay y ejecutados

ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ

Existen diversas irregularidades en el expediente del homicidio de los hermanos Carrola Gutiérrez, en el cual se han detectado otras diligencias ministeriales que al parecer también fueron extraviadas o repuestas con la intención de tergiversar datos, como los que habrían aportado testigos para la elaboración de retratos hablados de las personas que los detuvieron afuera de una estética, antes de ejecutarlos, revelaron fuentes de la Procuraduría de Justicia capitalina.

En la fiscalía desconcentrada en Miguel Hidalgo trascendió que existía una relación de amistad entre el ahora ex titular, Alberto Valle Gay, con la familia Carrola. De hecho, según las fuentes consultadas, el día en que ocurrió el homicidio un sobrino de Jesús Ignacio Carrola llegó a la dependencia preguntando directamente por el fiscal, quien se encontraba en ese momento en el anfiteatro en donde habían sido trasladados los cuerpos, una vez que fue informado de la presencia del familiar, subió inmediatamente y se encerró con él por largo rato en su oficina.

El subprocurador de Averiguaciones Previas Desconcentradas, Alvaro Arceo Corcuera, dijo no tener conocimiento de esa supuesta relación de amistad, e indicó que por el momento el ex funcionario no está sujeto a investigación. Ayer, la averiguación previa que se inició en la agencia 30 del Ministerio Público por el delito de robo, quedó radicada en la Fiscalía para Servidores Públicos.

Informes de la PGJDF refieren que Valle Gay ingresó en 1983 como agente del Ministerio Público en la agencia 9 investigadora y en noviembre de 1999 asumió la delegación de la PGJDF en Miguel Hidalgo, que posteriormente se convirtió en fiscalía desconcentrada. La única referencia anterior de Valle Gay fuera de la PGJDF es un servicio social en 1981 que realizó en Hacienda como orientador de barandilla, dependencia en la cual también tiene antecedentes Jesús Ignacio Carrola.

De la agencia 30 investigadora fueron sustraídas cinco balas disparadas, una camisa metálica, un fragmento metálico y 11 casquillos --nueve de marca WIN y dos de marca TWC--, que fueron recogidos del interior de la camioneta en que ejecutaron a los Carrola, junto con todos los informes balísticos elaborados por los servicios periciales.

Aun cuando Arceo Corcuera señaló que el robo de las pruebas no afecta la investigación, agentes judiciales consultados explicaron que las ojivas son importantes pues contienen el rayado del interior del cañón de la pistola utilizada --una Pietro Beretta 9 milímetros--, que es como una huella digital, y en el supuesto caso de que se llegue a contar con el arma homicida no se podría hacer la comparación microscópica correspondiente.