MARTES Ť 12 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Pide integrar las aportaciones obligatorias y las partidas presupuestales para financiarlos

Sugiere el Banco Mundial que el Estado compre los servicios de salud a proveedores privados y públicos

Ť El 29 de junio, el secretario Julio Frenk dará a conocer un programa de atención a marginados

ELIZABETH VELASCO C.

El gobierno mexicano debe implantar una estructura de mercado diferente y nuevos planes institucionales y de financiamiento para los servicios de salud pública, donde en lugar de "imponer autoridad y control se dedique más a facilitar el suministro privado, asegurando al mismo tiempo el acceso universal a un paquete de salud básico", exhorta el Banco Mundial (BM) en su reciente diagnóstico Una agenda integral de desarrollo para la nueva era.

Esa organización mundial que ingresa "a su sexta década de colaboración y asistencia continua al gobierno mexicano", sugiere crear un fondo nacional de salud que permita "reunir todos los aportes obligatorios" que garantizan la atención al paciente, así como el conjunto de los presupuestos federal y estatal, para que el frenk-omsEstado pueda actuar como "un poderoso comprador de servicios en forma competitiva a proveedores privados y públicos, incluidas organizaciones de atención reguladas".

Afirma que "esa fórmula de integración con competencia permitiría al gobierno, y más específicamente a su Secretaría de Salud, concentrarse en la certificación y licencia de medicamentos, el establecimiento de estándares para la capacitación médica, la regulación de los proveedores de atención de la salud, el financiamiento y coordinación de las actividades de investigación y otras actividades que capten externalidades".

El "conjunto de opciones factibles" que el Banco Mundial presentó hace unas semanas en forma oficial, obecede a que "la actual serie de instituciones de salud pública (Ssa, IMSS, IMSS-Solidaridad; ISSSTE, servicios de salud de Pemex, el Distrito Federal, la policía, las fuerzas armadas y otros organismos paraestatales) no es adecuada para reducir costos ni distribuir el riesgo", además que esos sistemas, sus propios establecimientos y médicos en "ocasiones se suporponen".

Con el fondo nacional se podrían "eliminar los problemas" actuales, ya que, dijo, "bajo el nuevo plan seguiría existiendo (la Ssa) y se ampliaría la cobertura para los pobres, en especial la cobertura de salud básica, mediante pagos de los gobiernos federal y estatales al fondo nacional de salud, y mediante los actuales programas focalizados del gobierno (Progresa, Piaja y otros) que se beneficiarían de la fuerza compradora del Fondo Nacional de Salud, para lograr la entrega de sus servicios (sic)".

A unos días de que el gobierno federal anunciara el Programa de Salud Popular -nuevo modelo destinado a atender al sector informal de la economía y a población marginada, y que será explicado a detalle este 29 de junio por el secretario de Salud, Julio Frenk-, ese organismo sostiene que el "cambio que se requiere en el papel del gobierno" en materia de salud, obedece a que ha cambiado el "perfil epidemiológico del país"; han surgido nuevas amenazas para la salud (como el sida y la contaminación) y los consumidores son "cada vez más sofisticados y exigen una tecnología avanzada".

Por otra parte, hace hincapié en que programas alimentarios como Liconsa, Diconsa y el Desayuno DIF "carecen de una evaluación cuidadosa", por lo cual propone someterlos a revisión.

En cambio, considera que el Progresa "es uno de los pocos programas de gobierno que ha sido evaluado y ha resultado ser extremadamente exitoso (especialmente en reducir la morbilidad infantil, aumentar la escolaridad femenina y la asistencia a los consultorios de salud básica). Aunque -acota- es posible afinarlo más, Progresa debería mantenerse y, si es posible ampliarse".

Si bien "la tendencia general en los programas relacionados con la alimentación (Liconsa, Diconsa, Desayuno DIF) ha sido correcta", ya que "el subsidio supeditado a los medios de vida ha remplazado en forma significativa al subsidio universal", es "difícil afirmar que estos programas en realidad llegan a los beneficiarios previstos en forma eficiente y, más importante aún, si existen brechas críticas en la cobertura".

Lo mismo opina respecto a programas de "generación de ingresos" -como el Programa de Becas para la Capacitación (Probecat) y el de Apoyos Productivos a la Micro y Mediana Empresas (CIMO). En consecuencia, exhorta al gobierno de Vicente Fox a "evaluar esos programas para emprender la segunda etapa de la consolidación: identificar y eliminar brechas en la cobertura de la protección social de México".