MARTES Ť 12 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Riesgo de recesión, pues hubo 2 trimestres consecutivos de contracción: economistas

Se contrajo la economía japonesa en enero-marzo

Ť La inversión de empresas se redujo tras la caída de exportaciones a mercados claves

AGENCIAS

Tokio, 11 de junio. La economía japonesa se contrajo 0.2 por ciento en los tres primeros meses del año en comparación con el trimestre previo, informó el gobierno. Esta diminución en el crecimiento podría incrementar los temores de que la segunda economía del mundo cayera en su cuarta recesión en una década.

La contracción observada en la economía nipona representa una desaceleración de 0.8 por ciento tras un leve crecimiento de 0.6 en el periodo octubre-diciembre.

Los datos, por debajo de las expectativas de analistas, que previeron una expansión de 0.2 por ciento, revelaron una reducción en la inversión de empresas tras la caída en las exportaciones a mercados claves como Estados Unidos y Asia, mientras el gasto del consumidor se estancó y los precios bajaron.

''Parece que todo se ha debilitado ligeramente. Estoy un poco preocupado'', dijo el ministro de Finanzas, Masajuro Shiokawa. ''Pero sí siento que la economía real tiene más fortaleza de lo que las cifras muestran''.

Kazuhiko Ogata, economista senior de HSBC Securities, consideró que ''la economía ha comenzado a entrar en una fase de recesión''. Otros economistas fueron más pesimistas y declararon que Japón ya está en recesión, según la definición técnica de dos trimestres consecutivos de contracción del PIB, teniendo en cuenta las señales cada vez más fuertes de debilidad entre abril y junio, mientras otros sugieren que Japón está al borde de una nueva y más profunda desaceleración.

''Deberíamos ver muy bajo crecimiento para los próximos dos a tres años. Podría ser un crecimiento negativo'', sostuvo Takashi Imai, jefe del grupo empresarial más influyente del país, el Keidanren.

El panorama más oscuro amenaza con causar tropiezos a las reformas del primer ministro, Junichiro Koizumi, encaminadas a controlar la deuda del gobierno, y podrían ejercer una mayor presión para retornar al tipo de gasto público que ha ocasionado a Japón la carga de deuda más cuantiosa entre los países industrializados. Esta es la misma política que Koizumi esperaba eliminar cuando asumió su cargo hace seis semanas.