martes Ť 12 Ť junio Ť 2001
Alberto Aziz Nassif
Tabasco: segunda vuelta
El 29 de diciembre del año 2000 la historia del estado de Tabasco tuvo un vuelco inesperado: el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación anuló los comicios para gobernador en los que el PRI había logrado una victoria fraudulenta. Por primera vez un tribunal anulaba una elección estatal. Después de varios días de incertidumbre, el Congreso local saliente nombró a un gobernador interino, y al final de un largo litigio se estableció el 5 de agosto próximo como fecha para realizar las elecciones extraordinarias, la segunda vuelta.
Tanto Yucatán como Tabasco son casos que vienen al final de un largo ciclo de luchas electorales y alternancias que se inició a principio de los años ochenta. Resulta impresionante ver los desniveles internos que tiene la política regional en México: en Baja California van por la tercera elección, ahí el PRI es oposición y el PAN gobierna, mientras que en el sureste, el arribo democrático ha sido tardío y lleno de complicaciones. Estas luchas por la democracia tabasqueña no dieron inicio el año pasado, vienen desde 1988-1989, cuando surge el PRD y su pionera lucha social. Hoy, después de más de doce años, la oposición ha logrado hacer de esta elección un referéndum: más PRI, atraso e impunidad o una alternancia para empezar la tarea de reconstrucción del estado. Es la misma lucha, son los mismos candidatos, sólo falta saber los resultados.
Los datos de la economía del estado expresan una realidad estrujante: el lugar 31 en inversión extranjera, el producto interno bruto de 1999 fue de 1.17 por ciento con lo que se fue hasta la posición 25; el desempleo abierto se duplicó entre 1992 y 1999; la pobreza creció: 68 de cada 100 tabasqueños viven con dos salarios mínimos; el sector agropecuario se fue al suelo y la exportación de plátano cayó en 93 por ciento en 1999; la salud pública no está mejor, regresaron enfermedades erradicadas, como el paludismo y la tuberculosis; la mortalidad infantil lo coloca en el sitio 17 a nivel nacional; todos los indicadores de desarrollo están a la baja: agua entubada, drenaje, energía eléctrica, vivienda. Este es el saldo de los últimos gobiernos del PRI. Los ciudadanos se hacen dos preguntas: Ƒdónde está la riqueza del estado y de dónde sacaron las imágenes de los spots de tv que promovieron a Madrazo a la candidatura a la Presidencia? ƑCómo se puede ganar una elección con estos números?
Cuando faltan 53 días para la elección extraordinaria la situación política es tensa, los actores hacen campaña y, sobre todo, calculan cómo moverse en estas tierras pantanosas. Los organismos electorales tuvieron una renovación a medias, los integrantes del tribunal estatal cambiaron, pero los consejeros permanecen, salvo dos nuevos; la estructura electoral del 2000 permanece casi igual, lo cual es motivo de desconfianza por parte de la oposición. La contienda es entre el PRI, que repite con Manuel Andrade, el más fiel de los hombres de Roberto Madrazo, y el PRD, que también repite con su candidato Raúl Ojeda. La oposición hizo una alianza que formalmente no resultó exitosa; el PAN decidió inexplicablemente no ir a la alianza en una convención en la que, según algunos militantes, se manipuló el padrón; sin embargo, una buena cantidad de panistas y las bases que apoyaron a Vicente Fox están con la alianza, por lo que es previsible que el candidato panista tendrá una escasa votación; el PT y el PVEM fueron a la alianza, pero una impugnación del PRI sacó al verde y sólo quedaron el PRD y el PT. A pesar de todo, el clima ciudadano es de alianza y de voto útil. Tabasco vive hoy lo que muchos estados han pasado anteriormente y lo que experimentó todo el país el año pasado: esa idea fuerza de que ha llegado la hora de empujar un cambio político.
El PRI, que en otros tiempos era prácticamente invencible, es hoy un barco que se hunde de forma acelerada; en Tabasco se ha fracturado y hoy sólo queda el grupo de Madrazo. Una parte importante de los otros grupos ya dejó el partido y apoya la alianza que encabeza Raúl Ojeda. La historia política de los últimos doce años de Tabasco es la de una clase política que ha sufrido una ruptura múltiple.
Sin Madrazo en la gubernatura, sin Zedillo en la Presidencia, con una economía estatal en crisis y un madracismo plagado de cuentas pendientes, para muchos tabasqueños no hay vuelta de hoja: la alianza va a triunfar el 5 de agosto; lo único que se necesita es que los perdedores no revienten la elección. Se aceptan apuestas...