LUNES Ť 11 Ť JUNIO Ť 2001
Tijuana, territorio del caos
El desorden de su crecimiento la vuelve una ciudad de alto riesgo
JORGE ALBERTO CORNEJO CORRESPONSAL
Tijuana, B.C., 10 de junio. Atraídos por la vecindad de ésta ciudad con la sexta economía del mundo (la del estado de California), como por el auge de la industria maquiladora y una de las tasas de desempleo más bajas en el país, cada día llegan a radicar en Tijuana más de 200 personas provenientes de otras partes del país. Este fenómeno ocasiona que anualmente lleguen a vivir a esta ciudad un promedio de 74 mil personas.
Con casi 6 por ciento de crecimiento demográfico anual (5.9), Tijuana, el punto más al norte del país, presenta una aceleración desordenada que desde la perspectiva de Protección Civil la convierte en una ciudad de alto riesgo, vulnerable a desastres naturales y accidentes, así como en un gran reto para los organismos encargados de dotar de tierra y servicios públicos a la población.
Baja California, y en particular la ciudad de Tijuana, tiene el segundo porcentaje más alto de inmigrantes a nivel nacional. De cada cien habitantes 46.6 por ciento nació en otra entidad. A su vez, el porcentaje de emigrantes de la población nativa es de sólo 5.2 por ciento, con lo que el saldo migratorio es negativo en 41.4 por ciento.
Datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) indican que 36.2 por ciento de los inmigrantes recientes llegaron aquí a buscar trabajo o porque ya contaban con uno; 28.1 por ciento lo hizo para reunirse con la familia, contraer nupcias o alcanzar su pareja y 3 por ciento arribó por motivos de estudios, salud o inseguridad en el lugar donde radicaba.
Sin embargo, las causas de la migración varían según el sexo de los migrantes: la mayor parte de los hombres -43.3 por ciento- declaró haber cambiado su lugar de residencia a Baja California a causa de motivos laborales, mientras las mujeres lo hacen por razones de tipo familiar (34.8 por ciento).
En información de la Inmobiliaria Estatal de Tijuana y Tecate (Inett), el organismo encargado de la dotación de tierra para nuevos asentamientos humanos, se establece que el ritmo de crecimiento de esta ciudad demanda por lo menos 30 hectáreas de terrenos cada año para la construcción de viviendas. Sin embargo, las reservas se están agotando y sólo queda adquirir tierra ejidal en la periferia para urbanizarla. Incluso así, se estima que en diez años ya no habrá para dónde crecer.
Eduardo González Moreno, titular del Inett, comentó que con apenas mil 239 kilómetros cuadrados de superficie Tijuana ocupa sólo 1.7 por ciento del estado de Baja California y en ella radica 49.7 por ciento de los 2 millones 590 mil 558 de habitantes documentados en la entidad durante el último censo general de población.
Actualmente la densidad del municipio es de mil 40 habitantes por kilómetro cuadrado; como resultado, un número considerable de familias se ha asentado en terrenos no aptos para la vivienda.
Asentamientos en zonas de riesgo
Antonio Rosquillas Navarro, director de Protección Civil Municipal, afirma que el crecimiento desordenado ha propiciado que miles de familias ocupen terrenos propensos a deslaves en laderas inestables y en cañadas que históricamente han sido cauces de ríos y arroyos. Estimaciones de la misma unidad municipal indican que por lo menos 5 mil familias habitan zonas no aptas para el asentamiento humano.
Tijuana cuenta con 29 cuencas y cada una de ellas tiene un gran número de afluentes, la mayoría de ellos ocupados por viviendas. El riesgo es que se repitan tragedias como la de 1993, cuando lluvias intensas provocaron la muerte de más de 50 personas y por lo menos 12 mil damnificados.
"El hecho de que persistan las invasiones de tierras, que la gente se meta en un cañón, en laderas o pendientes no aptas para asentamientos humanos ni servicios públicos, es un problema mayúsculo que durante muchos años no se tomó en cuenta", puntualizó Rosquillas.
Pero también, según el funcionario, las familias migrantes que hace 15 años se ubicaron en una ladera con un pequeño corte al cerro y una precaria casa de cartón, hoy en día han logrado hacerse de un patrimonio con base en su trabajo y esfuerzo, transformando sus pequeñas viviendas de cartón y lonas de plástico en casas de concreto y madera, en una zona no planeada para ello, lo que en definitiva representa un riesgo.
"Un terremoto aquí vendría a ser una auditoría natural y a decirnos: esto estaba mal hecho y esto otro estaba bien hecho. Nosotros consideramos que el impacto de un movimiento telúrico en Tijuana será muy alto porque nunca se ha considerado en los planes de desarrollo de la ciudad la palabra riesgo", alertó Rosquillas, quien lleva dos administraciones municipales al frente de la Unidad de Protección Civil.
Un estudio efectuado en esta ciudad entre 1998 y 1999 por el proyecto denominado Herramientas para el Diagnóstico de las Areas Urbanas contra Desastres Sísmicos (Radius, por sus siglas en inglés) del programa Década Internacional para la Reducción de Desastres Naturales de la Organización de las Naciones Unidas establece que en el supuesto de un terremoto, las condiciones actuales de construcción de viviendas en zonas de riesgo dejaría un saldo de por lo menos 18 mil muertos, más de 40 mil heridos y 250 mil damnificados.
La falla geológica activa de La Nación, ubicada justo bajo Tijuana, puede generar un movimiento sísmico de 6.5 grados en la escala Richter, según los expertos en la materia de la ONU, quienes participaron en el estudio efectuado en Tijuana y otras ocho ciudades del mundo.
En un quinquenio aumentaron 25 por ciento las viviendas
La población de Tijuana, al igual que la del estado, se encuentra en una etapa de transición de "población joven" a "población intermedia", ya que 33.6 por ciento es menor de 15 años y sólo 3.05 por ciento tiene 65 años y más.
En la década pasada esa relación fue de 40.8 por ciento y 3.1 por ciento, respectivamente.
De acuerdo con el Conteo de Población y Vivienda de 1995, en el municipio de Tijuana el total de viviendas habitadas fue de 234 mil 699, para un promedio de 4.2 habitantes por morada.
Para 2000, el número de las viviendas se incrementó 24.8 por ciento al llegar a la cifra de 293 mil 53, con un millón 207 mil 45 ocupantes. En ese lapso el promedio de ocupantes por vivienda pasó de 3.1 a 4.12.
El reto de la urbanización
Tijuana cuenta con una topografía "muy poco urbanizable". Introducir los servicios públicos como agua potable, drenaje, energía eléctrica y pavimentación cuesta mucho más en esta ciudad de cañones y laderas que en otras de topografía plana, como Mexicali, asentada en un valle. Actualmente, Tijuana mantiene una cobertura de 96.5 por ciento en el servicio de energía eléctrica en las viviendas, cifra que era de 89.5 por ciento.
Ismael Grijalva Palomino, director general de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT), el organismo encargado de la dotación de agua entubada, informó que la cobertura en el servicio es de 95 por ciento, con 341 mil usuarios. Empero, el ritmo de crecimiento de la ciudad implica millonarias inversiones para poder sostener esa cobertura, pues cada año la ciudad demanda 15 mil nuevas tomas de agua.
El problema, sin embargo, no radica en la demanda de infraestructura hidráulica, sino en la capacidad de obtención del líquido para satisfacer la demanda. En la actualidad, Tijuana recibe el agua principalmente del acueducto Río Colorado, que desde la región limítrofe entre Baja California y Sonora transporta los tres mil 300 litros por segundo que demanda la ciudad.
El acueducto tiene una capacidad para abastecer hasta tres mil 900 litros por segundo, lo que garantiza su funcionamiento hasta 2005. Se estima que a partir de ese año la demanda será a razón de cien litros por segundo mayor cada año.
Para garantizar el suministro después de esa fecha, la Comisión Estatal del Agua, el organismo encargado de administrar los recursos hidráulicos en Baja California, estudia la posibilidad de construir otro acueducto, o bien una planta desalinizadora para que se aproveche el agua salobre de mar.
Por lo que respecta al drenaje sanitario y alcantarillado, la ciudad tiene una cobertura de 73 por ciento. Este servicio público significa el principal reto para el avance en el combate a su rezago, debido a la accidentada topografía tijuanense.
En los próximos años, la CESPT tiene programado invertir en drenaje y alcantarillado casi 600 millones de pesos de un crédito japonés gestionado por la administración estatal por mil millones de pesos. Los otros 400 mil millones se aplicarán en instalación de redes de distribución de agua potable.
Programas que se pondrán en práctica a futuro
Para el secretario de Finanzas del gobierno estatal, José Guadalupe Zamorano, el arribo de más migrantes es inevitable, y por ello, explicó que Baja California y en particular el municipio de Tijuana requieren de mayor atención por parte de la Federación. Como alternativas de solución del agotamiento de las reservas territoriales de Tijuana y su inminente conurbación con los municipios de Tecate y Playas de Rosarito (este último ubicado al sur y con una tasa de crecimiento demográfico de 10.4 por ciento anual, la más alta en el país), algunos activistas proponen el impulso a la creación de fuentes de empleo y vivienda en municipios como Ensenada, ubicado a 100 kilómetros al sur y con una superficie territorial de 52 mil 510 kilómetros cuadrados, equivalentes a 73.16 por ciento de la superficie total del estado.
Ensenada cuenta con una densidad de población no mayor de siete habitantes por kilómetro cuadrado, en contraste con los mil 40 habitantes que registra Tijuana.