LUNES Ť 11 Ť JUNIO Ť 2001
Ť En lo administrativo y lo político, asumo la responsabilidad que me corresponde, dice
Aquí estaré; no acostumbro huir, dice Cervera en su último informe
Ť En abierto desaire, Patrón Laviada, el gobernador electo, no fue invitado al acto
Ť Asistieron 15 mil priístas al acto organizado en la Plaza Grande de Mérida
LUIS A. BOFFIL GOMEZ CORRESPONSAL
Merida, Yuc., 10 de junio. Víctor Cervera Pacheco dirigió hoy, desde uno de los balcones del Palacio de Gobierno, su propia despedida. Quizá su última aparición en el tipo de mítines que siempre le agradaron: magnos, con la Plaza Grande repleta de personas que siempre le vitorearon cada una de sus palabras y gestos.
Y advirtió a sus detractores: "Aquí estaré para responder todo lo que se ofrezca. Cervera no acostumbra huir, Cervera acostumbra dar la cara a los problemas, por graves que fuesen". Y remató: "Me voy con las manos limpias y la frente en alto".
Así pues, el que ha sido gobernador de Yucatán por casi diez años -en dos periodos distintos- rindió ante "su pueblo" el sexto y último informe de su actual administración constitucional.
Pero el formato acostumbrado en nada cambió. Por la mañana, el secretario general de Gobierno, Cleominio Zoreda Novelo, quien a partir del primero de julio pasará a formar parte de la minoritaria fracción priísta en la Legislatura estatal, mantuvo el protocolo y llevó el balance oficial de actividades del último año. El mismo fue por la lideresa de la Gran Comisión, Myrna Hoyos Schlamme, y un grupo de diputados del tricolor que se desgastaron en alabanzas hacia el mandatario saliente.
El Congreso lucía sus mejores galas, pero el ambiente no era el de otras ocasiones. Los abucheos a la oposición escasearon, las tradicionales "gritonas" a sueldo brillaron por su ausencia y entre los legisladores panistas había gestos de satisfacción. Lógico, el triunfo aplastante que obtuvieron el pasado 27 de mayo, encabezados por Patricio Patrón Laviada, a la gubernatura, y Ana Rosa Payán Cervera, a la alcaldía de Mérida, los tenía tranquilos, satisfechos.
Patrón Laviada, el gobernador electo, no fue invitado, en abierto desaire. El ex alcalde de Mérida aprovechó para festejar el bautizo de su hijo más pequeño: José Patricio.
A unas calles de la sede legislativa, unos 15 mil priístas, seguidores fervientes de Cervera Pacheco, portaban cartelones con sus fotos, otros sostenía mantas gigantes con la leyenda: "Gracias, Víctor". Campesinos, obreros, dirigentes, alcaldes electos, ex ediles, funcionarios gubernamentales. Todos aportaron su capacidad de movilización.
Poco antes de las 11:20 de la mañana, Cervera Pacheco hizo su aparición en el balcón gubernamental. A su derecha, la diputada Hoyos Schlamme, con un vestido color verde; a la izquierda, Amira Hernández Guerra, esposa del mandatario, ataviada de rojo. El, con su tradicional guayabera blanca. Una bandera mexicana humana.
"šVíctor, Víctor, Víctor!", retumbó en la Plaza meridana.
Sonriente, el gobernador inició con un recuento de sus actividades y logros conseguidos en el 2000 y en estos últimos meses. Y destacó el aumento de 130 a 142 maquiladoras instaladas en 30 municipios; la generación de 37 mil empleos; el auge del turismo; el bajo desempleo (1.2 por ciento, la mitad de la tasa nacional); la disminución de la mortandad infantil y la cobertura educativa. Estos son, según el mandatario, algunos de los logros "conseguidos por la unidad de todos los yucatecos".
"Lo que mayor satisfacción y orgullo me produce es el ver a un pueblo con una mentalidad y una actitud de triunfadores; nadie de rodillas, todos en alto con la frente y el espíritu de triunfadores", señaló.
"šSí se puede, sí se puede, sí se puede!", clamaron los priístas que soportaron el sofocante calor de 38 grados centígrados. Y Cervera se arrancó y le dio a su público lo que éste quería, precisamente, escuchar: el tema electoral.
"Hemos tenido, como se dice, unos meses, y creo que todo un sexenio muy movido, muy intenso, ha sido un sexenio que se sacudía un día y otro también; sin embargo, aquí estamos. Los últimos meses se dieron algunas actitudes políticas que querían conducir a que se pospusiesen las elecciones... este era un evento que tenía que realizarse, superamos muchos escollos y se efectuaron el 27 de mayo; fue en paz pero con muchas actitudes que todavía están discutiendo13", apuntó.
Y los gritos de "šfraude, fraude, fraude"! llenaron la plaza meridana. "Yo quiero concluir diciéndoles a todos ustedes, contestándole a los que preguntan, que a veces creo que ya están haciendo su cooperacha para comprarme un pasaje para el extranjero: estaré aquí con ustedes".
Y ya en ese tono, continuó: "Mi oficina privada estará abierta siempre, aquí estaré para responder todo lo que se ofrezca, Cervera no acostumbra huir, Cervera acostumbra darle la cara a los problemas, por graves que fuesen".
Al agradecer a "su gente", Cervera Pacheco sentenció: "Aquí mantendremos nuestra posición, no me espanta ser ex gobernador, pues he sido ex diputado, ex presidente municipal, ex senador y siempre mis raíces y mi compromiso han estado aquí en Yucatán y con los yucatecos de siempre".
Con su acostumbrada ironía, exhortó a mantener la unidad y descartar la semilla de odio. "Yo quiero decirles que en lo administrativo y político, yo asumo la responsabilidad que me corresponde". Y el "šCervera, Cervera, Cervera!", se escuchó. Posteriormente, el Himno nacional y la arenga a la soberanía y la dignidad.
Víctor Cervera no perdió la oportunidad y bajó a darse su baño de pueblo. Recibió abrazos, besos, saludos. Soportó todo, 38 grados y un sol implacable; con la guayabera blanca, empapada de sudor; después desapareció.
Tal vez su última ocasión en un magno mitin, con su gente, su familia y seguidores. Le quedan 50 días en el poder. La cuenta regresiva comenzó.