LUNES Ť 11 Ť JUNIO Ť 2001
Ť Emblema de las artes escénicas checas, efectúa una gira por varias plazas del país
El Teatro Negro de Praga llega a 40 años porque vivió en su propio mundo
Ť Del 14 al 17 presentará en el Metropólitan de la ciudad de México Alicia en el país de las maravillas
Ť Es mejor el régimen democrático ''porque no nos impone límites'', dice el director de la compañía
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
El Teatro Negro de Praga está cumpliendo 40 años. Compañía emblemática de las artes escénicas checoslovacas durante el régimen comunista, ha sorteado con fortuna las turbulencias políticas y sociales que transformaron el mapa europeo en estas cuatro décadas. Y se ha consolidado, con todo merecimiento, como una rama perfectamente reconocible en el árbol de las artes teatrales mundiales, con un lugar propio, como lo tienen la ópera o la zarzuela.
Actualmente la agrupación efectúa una gira en distintas ciudades del país, dentro de la cual hará cuatro presentaciones en el Teatro Metropólitan de la Ciudad de México, del 14 al 17 de junio, con una versión libre de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Caroll.
Dos motivos de sobrevivencia
Director del Teatro Negro de Praga, Pavel Ortec hace un rápido repaso por la historia de esta, para muchos, entrañable compañía cuyas divisas principales son la poesía, la fantasía y la magia.
-ƑCómo han transcurrido estos 40 años? La mayor parte de las agrupaciones culturales de la Europa comunista no sobrevivieron a la caída del muro o pasaron por momentos muy difíciles.
-Muy fácil, porque el Teatro Negro de Praga después de nacer, en 1961, empezó a vivir, se podría decir, casi en su propio mundo. Es curioso pero nunca hemos estado afectados por los cambios políticos durante los 40 años de nuestra vida. Hay dos razones para explicarlo. La primera es que nuestro director fundador, Jiri Srnec, pasó por tres diferentes escuelas artísticas, por lo que a sus 30 años estaba bien preparado para empezar un teatro que no era convencional, algo nuevo. La segunda es que a fines de los cincuenta surgió en nuestro país una ola cultural muy importante; prácticamente después de que se empezó a levantar un poco la cortina de hierro, apareció un montón de los jóvenes actores que, después de tantos años del aislamiento del mundo, querían trabajar. En el 59 nació la Linterna Mágica, y el cineasta Milos Forman, quien ahora vive en Estados Unidos, empezó a filmar sus primeras películas increíbles en nuestro país.
Ese contexto de efervescencia creativa estimuló el nacimiento de la compañía: "Al año siguiente, en 1962, por primera vez aparecimos en el Festival Internacional de Teatro de Edimburgo. Hubo tanta demanda mundial que empezamos a trabajar prácticamente sin parar ocho o nueve meses por año, fuera de Checoslovaquia. Prácticamente no vivíamos en nuestro país. Funcionamos como una compañía estatal, pero como nunca se usó la palabra en los escenarios, el teatro nuestro no era tan peligroso en el régimen comunista. Una vez por año alquilábamos un teatro en Praga y dábamos dos o tres funciones que no tenían mucho riesgo de infectar nada. Las obras nuestras en los sesenta o a principios de los setenta fueron siempre muy surrealistas; le gustaban mucho al régimen de esa época. Teníamos la ventaja de que los mensajes profundos siempre se pueden esconder en el mundo surrealista. Por eso puedo decir que no nos afectó mucho el 68 (la Primavera de Praga y la posterior invasión soviética) ni 89 (la caída del muro de Berlín y el derrumbe de socialismo real)".
-ƑQué les permitió sobrevivir en un nuevo régimen? ƑQué fue lo que sostuvo a una compañía que como muchas en el mundo comunista dependía del dinero estatal?
-En 1995, en la ola de privatización, tuvimos que privatizarnos porque el Estado se quedó con unos pocos teatros principales o teatros con instalaciones. Es ridículo, pero durante 34 años estuvimos ganando dinero para el Estado y ahora el Estado no nos apoya.
-ƑCuál de los dos regímenes es mas propicio para le trabajo que ustedes hacen? ƑEn cual se han desarrollado mejor?
-Naturalmente el régimen democrático, porque no nos impone límites. Antes siempre había la posibilidad de que alguien te censurara. Pero desde otro punto de vista también se puede ver que es un poco más cruel, no sólo para el Teatro Negro de Praga, pero para el mundo de la cultura que sin el apoyo del estado es bastante difícil sobrevivir.
-En estos 40 años, Ƒha evolucionado el concepto, la propuesta estética del Teatro Negro?
-Diría que se mantiene tal cual. Naturalmente seguimos con una evolución lógica de utilizar las cosas más actuales desde un punto de vista técnico, pero las raíces nuestras son muy antiguas, de la China antigua. Una de las evoluciones importantes fue montar Alicia en el país de las maravillas, porque desde que empezamos, en 1961, cada diez años producimos una obra nueva. Todas era del mismo autor, Jiri Srnec, y de quienes fundaron el grupo. Siempre eran temas propios, música propia, con una filosofía profunda. Alicia en el país de las maravillas surgió como propuesta de nuestro empresario inglés a fines de los ochenta. Al principio fue un choque fuerte para nosotros, porque no teníamos la menor experiencia en adaptar algo, y además nos inhibía tocar lago tan conocido como Alicia.... Normalmente la preparación de una obra nueva nos lleva como seis meses, Alicia... nos llevó dos años. Algo sorprendente fue que nos encontramos a Alicia... como algo de la misma familia del Teatro Negro, muy surrealista y que trabaja bajo las mismas medidas: la fantasía, la poesía y la magia. Son tres elementos que nos caracterizan y son fundamentales y quizá más importantes que la técnica que utilizamos.