Iván Restrepo
Los grandes intereses contra la humanidad
Uno de los temas que el presidente Bush no podrá evitar que le recuerden agriamente durante la visita, que esta semana hará a Europa, es el del calentamiento del planeta y las medidas que la comunidad internacional ha adoptado en los últimos años con el fin de aminorar sus efectos en el ambiente, la salud pública y las diversas actividades económicas. Antes de que emprenda su viaje, se alzan voces en el viejo continente exigiendo que Estados Unidos reconsidere su determinación de ignorar el llamado Protocolo de Kioto, un mecanismo para disminuir la emisión de los gases de invernadero origen, entre otras cosas, del cambio climático.
Comentamos aquí los motivos de Bush para enterrar dicho protocolo y pedir su revisión. Fundamentalmente, que la desaceleración de la economía estadunidense impide efectuar los cambios tecnológicos que permitan reducir el consumo de hidrocarburos y con ello la generación de gases de efecto invernadero; que la crisis energética es un problema de tal dimensión en ciertas áreas del vecino país que obliga a emprender a cualquier costo obras para aumentar la capacidad instalada so pena de crear desajustes en la actividad económica, los servicios y la calidad de vida de las ciudades. Finalmente, que enfrentar el cambio climático debe ser asunto en el que todos los países pongan de su parte y no únicamente los grandes generadores de gases de invernadero.
En todo este asunto, no ha faltado la opinión de científicos que niegan que las actividades humanas sean la principal causa del calentamiento del planeta, atribuyéndolo a un proceso natural de la vida en la Tierra y que se presenta a través del tiempo. Sin embargo, esa visión, que parece estar patrocinada por las grandes empresas petroleras y automotrices, acaba de recibir un golpe demoledor. La Academia Nacional de Ciencias del vecino país divulgó el miércoles pasado el contenido de un estudio sobre las causas del calentamiento global, realizado por encargo del gobierno estadunidense, Los científicos afirman que el calentamiento es real y que fue especialmente intenso los últimos 20 años. Agregan que esto se debe, "con alta probabilidad", a diversas actividades humanas que agravarán aún más el problema en el futuro.
Bush consideró útil el informe porque ofrece una "base científica razonable", según Ari Fleischer, vocero de la Casa Blanca, quien agregó que el presidente siempre ha considerado con seriedad el tema de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero esto no quiere decir que presentará esta semana en Europa su anunciado plan alternativo al Protocolo de Kioto.
Y es que su elaboración no va a depender únicamente de la burocracia de Washington o de un calificado grupo de expertos, sino de la opinión de las grandes compañías petroleras, automotrices, del carbón y la energía nuclear. Ellas siempre han estado renuentes a respaldar un acuerdo que, como el de Kioto, llama a la sensatez en el consumo de hidrocarburos por parte de una sociedad y un sistema de vida que se distinguen por el dispendio energético, y por ser responsables de producir la cuarta parte de todos los gases de invernadero. Son esas grandes corporaciones las que cobran ahora en la Casa Blanca los apoyos que dieron al partido republicano durante las pasadas elecciones y echan por la borda acuerdos internacionales alcanzados luego de difíciles negociaciones.
Y a propósito de culpables, en la edición de la prestigiosa revista Science del viernes pasado, se ofrecen los frutos de un interesante estudio sobre la desaparición de especies en el planeta. Según el australiano Richard Robert y el estadunidense Gifford Miller, los seres humanos fueron los responsables de la muerte masiva de especies hace 46 mil años en Australia y hace 12 mil años en Norteamérica, contradiciendo así teorías que atribuyen esas muertes a cambios climáticos. Antes de que los seres humanos se establecieran en ambas regiones, habrían sido un paraíso para los mamuts y otros mamíferos gigantes. Hasta que llegó el hombre: los antiguos cazadores se encargaron de la muerte masiva de especies.
Como hace miles de años, ciertas decisiones humanas a veces causan desajustes incalculables. En el caso del calentamiento de la tierra, aunque el gobierno de Estados Unidos sabe su origen y los efectos negativos que ocasiona, son los intereses de unos cuantos los que buscan imponer su ley a miles de millones de personas en todo el mundo. Depende de todos que no sea así.