DOMINGO Ť 10 Ť JUNIO Ť 2001
Ť Ya son 17 medallas las conseguidas en los Centroamericanos
La gira por Hungría levantó el nivel de la esgrima en México: Simont
ROSALIA A. VILLANUEVA
Con las dos preseas de oro y plata que obtuvieron ayer los esgrimistas mexicanos en el Centroamericano de Primera Fuerza suman ya 17 medallas tanto individual y por equipos, y los galardones son reflejo del nivel que adquirieron los seleccionados durante el campamento que sostuvieron en Hungría, además del apoyo y la atención que ha puesto la federación para el ciclo olímpico hacia Atenas 2004, consideró Arturo Simont, el doble campeón en espada.
Ranqueado en el lugar 43 del mundo, el médico poblano se dio por satisfecho de su actuación, pues no solamente demostró ser el mejor exponente en su modalidad, sino que contribuyó con su hermano Gustavo, y el ex pentatleta Octavio Angelito, a ganar el oro por equipos venciendo 45-37 al representativo de Guatemala; el bronce fue para Colombia.
Al margen de la escasa difusión que se le ha dado al certamen que reunió a nueve países, incluyendo los anfitriones, Simont manifestó que lo más importante es adquirir el fogueo en casa para darle oportunidad a los jóvenes de medirse con Cuba y Colombia, que son de los países más fuertes del área, para ver las posibilidades reales de México en el Panamericano de Bolivia, a efectuarse el siguiente mes, y donde buscará revalidar el título continental para llegar con más seguridad al Mundial de Francia en octubre y colocarse entre los 32 del orbe.
Otro par de hermanos, Federico y Oscar Ortega, de Jalisco, de 20 y 23 años, orgullosos ganadores de oro en florete por equipos con el poblano Edgar Chumacero, tras derrotar 45-19 a El Salvador, coincidieron que la gira europea les ayudó mucho para lograr este resultado, tomando en cuenta que apenas llevan dos años trabajando juntos y les hace falta adquirir experiencia para alcanzar el nivel de los cubanos que tienen 10 años de preparación.
Oscar, campeón de la Olimpiada Juvenil, dijo que el haber estado por primera vez en Hungría, la cuna de la esgrima, aprendió cosas nuevas que desconocía de su técnica y que eso lo motiva a seguir adelante, por lo que espera seguir mejorando sus resultados, siempre y cuando se aprueben los campamentos de España y Canadá, previo al Panamericano y el Mundial.
Las mexicanas poco o nada pudieron hacer frente a las experimentadas cubanas a pesar de los infructuosos esfuerzos de Pilar Dueñas, Gisele Martínez y Emilin Rosas, que debieron conformarse con la plata al perder 35-45 en la final de sable en el penúltimo día de competencias.