DOMINGO Ť 10 Ť JUNIO Ť 2001
Ť La tenista estadunidense, muestra de la vertiginosa vida de los deportistas profesionales
Jennifer Capriati está de vuelta; ganó Roland Garros
Ť La joven belga Kim Clijsters sucumbió por 6-1, 4-6 y 12-10 Ť Hoy, la final varonil
Paris, 9 de junio. Jennifer Capriati derrotó 1-6, 6-4 y 12-10 la joven belga Kim Clijsters en la final del Abierto de Francia, una victoria que podría definirse como la prueba de la resurrección de la tenistas estadunidense o un premio a la obstinación.
Pocas personas han vivido de forma tan rápida e intensa como Capriati: designada heredera de la gloriosa tradición del tenis estadunidense a los 14 años, campeona olímpica a los 16 en Barcelona 92, detenida por robo una vez y posesión de marihuana otra, a los 18, hoy monarca en Roland Garros, su segundo grande del año, en ruta a convertirse, a sus 25 años, en la cuarta jugadora de la historia que se corona en los cuatro del circuito Grand Slam, aspiración que hoy externó al exclamar: "Después de esto, todo es posible".
Capriati se convirtió en un paradigma de la niña prodigio quemada, del juguete roto de un mundillo en el que el dinero puede ganarse rápido, pero el éxito puede dar la espalda con la misma voracidad de las rivales.
Hija de un entrenador de tenis de origen italiano, Stefano, Capriati empezó a jugar a los 4 años, arropada por un talento natural. A los diez, ya derrotaba al padre de Chris Evert, Jimmy; a los 13 se hizo con los títulos juveniles de Roland Garros y el Abierto de Estados Unidos ante chicas de hasta 5 años mayores que ella, y se declaró profesional a los 14, cuando alcanzó la semifinal de este abierto francés y el título olímpico.
Pero tres años después, Jennifer enfrentó problemas de identidad, y mientras que su padre aseguraba que no tendría un final tenístico prematuro, la joven decidió intentar una vida normal, con escuela y amigos. Pero todo salió mal y en 1993 tuvo que ser internada en una clínica siquiátrica. A finales de ese año, la jugadora que habría ganado al menos 20 millones de dólares, era detenida al intentar robar un anillo de bisutería. Luego vino la detención por marihuana. En total estuvo dos años alejada del deporte.
Al volver, pasaron seis años antes de conseguir su primer triunfo en Estrasburgo en 1999, tiempo en el que Jennifer llegó a estar más allá de las mejores 100 en la lista mundial femenil, en la que hoy ocupa el puesto 12 y a partir del lunes, aparecerá en cuarto.
Capriati dejó a su padre, con el que había peleado, para tomar a otro entrenador, el ex campeón Harold Solomon, y bajo su dirección adquirió madurez, y en el último año adelgazó de forma sensible, al perder 15 kilos y ganar musculatura. Este año se produjo la vuelta a la primera línea con el título en Australia y el rencuentro con Stefano.
Mañana se disputa el último acto de este torneo: la final varonil que enfrentará al líder del circuito, el brasileño Gustavo Kuerten y el español Alex Corretja.
La mexicana Melissa Torres, en compañía de la indonesia Angelique Widjaja, perdieron en la semifinal de dobles, 2-6 y 4-6 ante las checas Petra Cetkovska y Renata Vorocova.