DOMINGO Ť 10 Ť JUNIO Ť 2001
Ť Elevado, el número de reos con ese problema, reconoce el director de Readaptación Social
Las cárceles del DF, sin programas para rehabilitar internos drogadictos
Ť Los familiares son quienes introducen sustancias prohibidas los días de visita, afirma
ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ
A pesar del elevado número de internos en los reclusorios preventivos y la penitenciaría del Distrito Federal que padecen adicción a las drogas, el sistema no cuenta con programas de desintoxicación y terapias permanentes, admitió el director general de Prevención y Readaptación Social del gobierno de la ciudad, Jaime Gutiérrez Quiroz.
Cuando éstos se aplican tampoco es posible obligar a los presos a que se sometan a dichos programas, como tampoco se les puede hacer trabajar contra su voluntad, pues "incurriríamos en una violación de sus derechos", explicó. "La prisión es un restrictivo de libertad, pero no es la nulificación de la libertad".
Aun cuando muchos internos cometieron los delitos por los que están presos bajo el influjo de las drogas, para someterlos a una terapia tiene que ser de manera voluntaria. "Al interno no se le obliga, se le pide, se le indica que es conveniente que la tome, pero si no lo hace simplemente se aleja de los beneficios que le pudieran favorecer para obtener una libertad anticipada".
En entrevista, el funcionario aseguró que hasta el momento solamente se tiene detectada una forma de introducir drogas a los penales, que es durante los días de visita, por los familiares de los mismos internos.
"Es una situación moralmente triste", dijo, pues de los 23 mil internos que hay en los reclusorios de la ciudad, alrededor de mil son mujeres, y entre ellas es muy elevado el número que están presas por delitos contra la salud. "Y no son detenidas en el aeropuerto, sino haciendo cola para entrar a la prisión. Y se quedan ya como internas".
Así, hay casos graves en los que la familia queda desprotegida tanto del padre como de la madre, pero también llegan a involucrarse de esta manera las madres, hermanas, concubinas y hasta amigas de los presos.
"Sé que anteriormente se detectaban vehículos en los que se introducía la droga, pero ahora tenemos una revisión muy rigurosa, donde no sólo intervienen los revisores de aduanas, sino también los técnicos penitenciarios y el personal de custodia".
Gutiérrez Quiroz adelantó que está en estudio la licitación para adquirir equipos detectores de drogas que se instalarán en las entradas de las prisiones. Así se va a evitar la inspección corporal de hombres y mujeres y facilitará la revisión de los automóviles que ingresan. "Ya los hemos visto trabajar, cómo hacen la detección de la droga, y estamos convencidos de que son aparatos muy necesarios, que nos evitarían lesionar la privacidad de las personas, pues el aparato se encarga de decirnos dónde" hay sustancias prohibidas.
Sin embargo, aclaró, se trata de aparatos muy caros y su adquisición dependerá del presupuesto de la dependencia. Por lo pronto, indicó que hace poco menos de un mes se instaló un sistema de cámaras de video en todos los centros de reclusión, el cual graba el trabajo en las aduanas.
No descartó la posibilidad de que al cerrar los canales de ingreso de droga puedan surgir problemas entre la población, sin embargo expresó: "Yo siento que la población nuestra es muy sana, esa abstinencia de la droga la podemos resolver médicamente, no dudo que tengamos algún problema, pero vamos a implementar programas para llevar la readaptación con mayor posibilidad", sin embargo, por ahora, pensar en que el adicto que comete un ilícito al llegar a la cárcel resuelve su problema de drogas, "yo creo que es muy difícil, quizá es soñar", reconoció.