DOMINGO Ť 10 Ť JUNIO Ť 2001

Ť José Antonio Rojas Nieto

Electricidad en California... punto y seguido

ƑSe imagina usted a miles de empresarios californianos angustiados, solicitando no sufrir interrupciones eléctricas este verano? ƑY a dirigentes de poderosas petroleras como Chevron amenazando con desabasto para el verano? Pues sí. Este es el hoy eléctrico de California. El mañana no se puede imaginar todavía. Nadie -como señala The New York Times este sábado- se quiere quedar a oscuras este verano. Y mientras decenas de consultores preparan acciones que permitan enfrentar, al menor costo, un verano más de crisis eléctrica. Las empresas eléctricas no aceptan el congelamiento de precios propuesto por el gobernador; consideran que esta medida de aparente beneficio para los usuarios de un sistema eléctrico en profunda crisis, ocasionaría más interrupciones. Sólo 40 por ciento de los usuarios están exentos de ellas, justamente los enganchados -dice el NYT- a las líneas que sirven establecimientos prioritarios: hospitales, clínicas, guarderías, estaciones de bomberos. Y como las petroleras no se encuentran incluidas, claman por condiciones especiales bajo amenaza de no dar abasto suficiente de gasolina en el verano y provocar que los altos precios de hoy (dos dólares por galón), se eleven aún más. Solicitudes similares formulan las farmacéuticas, que aseguran desabasto de medicinas y equipo imprescindible para laboratorios y enfermos especiales. Pero muchos analistas no olvidan que algunas de estas empresas presionaron intensamente para que en abril de 1998 se desregulara la electricidad en el estado. Y el comisionado Carl Wood, responsable de proponer salidas a la catástrofe, sin verlas todavía, afirma una y otra vez: "El servicio eléctrico confiable es un supuesto fundamental de toda sociedad moderna".

Y, sin embargo -pese a este fracaso en el que hay aspectos específicos que exigen cuidadoso tratamiento-, los impulsores de la desregulación adoptada en 25 estados y en el Distrito de Columbia (en algunos hoy cuestionada), aseguran que los problemas en California no son razón suficiente para abandonar el impulso del mercado competitivo de electricidad, pues el fracaso californiano arroja invaluables lecciones (sic) para el resto de los Estados Unidos. Y nos recetan un nuevo decálogo: 1) evitar toda incertidumbre regulatoria; 2) impedir que falte nueva capacidad, sobre todo cuando hay gran dinamismo de la demanda; 3) evitar que se utilice tiempo excesivo en selección sitios; 4) salir al paso al rechazo social de éstos; 5) no mandar la venta de capacidad a empresas actuales; 6) no obligar a descuentos forzosos en los precios de la electricidad; 7) no disuadir a nuevos competidores; 8) no prohibir contratos de largo plazo; 9) no obligar al mercado spot; 10) no dejar al libre mercado el suministro seguro, confiable y a buen precio del gas natural. ƑDe qué tipo de mercado estamos hablando, entonces?ƑUn mercado con un Estado que respalda? Y olvidan que muchas de las condiciones que hoy niegan fueron impuestas por los mismos promotores de la desregulación considerando que, efectivamente, sus costos marginales serían menores, mucho menores a los costos medios, lo que garantizaba millonarios beneficios. Por eso, como asegura el especialista Rafael Friedmann (Crisis del Sector Eléctrico Californiano en www.energia.org.mx), la apertura del mercado que comenzó en abril de 1998 "apunta a que los mercados libres no funcionan fácilmente como mercados competitivos en el sector eléctrico. Y para México, con mucho menos tradición y experiencia regulatoria; con entes regulatorios menos fuertes; con menos capacidad humana para lidiar con los posibles problemas que se vayan evidenciando; con mínima injerencia de representantes de la sociedad civil; y con posible entrada de grandes entes internacionales (difícilmente controlables por gobiernos nacionales y donde hay un vacío en instituciones internacionales para su vigilancia); puede perder fuertemente, de tomar a pasos acelerados el camino de un sector eléctrico en donde gran parte de la generación y posiblemente transmisión, acaben en manos de entes privados". Allá y acá el asunto está pendiente. No se ha reflexionado a fondo este fracaso que sigue atemorizando a usuarios, empresas, políticos y organismos, algunos de los cuales -el operador de California, por ejemplo, como también se señaló ayer en el NYT- viven bajo la amenaza de intervención en sus sistemas de cómputo por parte de multitud de hackers que, según reportes internos del ente californiano, empezaron a pretender intervenir desde el 25 de abril y al menos hasta el 11 de mayo no habían sido detectados. Cosas veredes Sancho.

 

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