DOMINGO Ť 10 Ť JUNIO Ť 2001

Ť El obispo auxiliar Marcelino Hernández se queja del avance de las sectas

Menos de 2 mil fieles acudieron a misa oficiada por Rivera Carrera en el Palacio de los Deportes

CLAUDIA HERRERA BELTRAN

La misa que ofició ayer el cardenal Norberto Rivera en el Palacio de los Deportes con motivo de un congreso católico, tuvo escasa asistencia. Al recinto, con capacidad para diez mil personas, concurrieron menos de dos mil fieles.

Antes de la celebración religiosa, el obispo auxiliar de la arquidiócesis de México, Marcelino Hernández, se quejaba del avance de las sectas, y señaló que con estos actos se busca aumentar el número de católicos.

Indicó que la jerarquía eclesiástica se propone que 100 por ciento de los mexicanos sean católicos, pero, dijo, "tenemos que trabajar más", porque si bien cada año hay más cardenal_riverafieles, el porcentaje respecto de la población total no crece igual.

El arzobispo primado de México pronunció su homilía como parte del primer congreso arquidiocesano Ecclesia in America, organizado por un grupo de laicos interesados en difundir el documento que el papa Juan Pablo II presentó en enero de 1999 y que define las líneas de acción del catolicismo en el hemisferio.

Cecilia Abad, organizadora del acto, en el que la entrada costó 30 pesos, señaló que a lo largo del día asistieron a las conferencias y al acto religioso entre ocho mil y diez mil personas, sin embargo, en la misa la presencia de fieles era muy inferior a esa cifra, pues la parte baja del recinto estaba ocupada a medias, y en las gradas superiores la gente se concentraba sólo en medio.

Rivera ofició desde un gigantesco escenario coronado por una imagen de la Virgen de Guadalupe y una cruz de madera. Arriba, dos megapantallas de circuito cerrado que mostraban imágenes de acercamientos al arzobispo y a un coro de niños.

El prelado oró por restablecer los valores evangélicos en una sociedad "que los menosprecia y ataca, que se jacta de rechazar a Dios, que se siente y se dice progresista porque destruye la vida humana en el seno materno, que se vanagloria de un falso concepto de ciencia convirtiéndola en cómplice de aberraciones morales y antisociales".

La sesión de ayer concluyó con la lectura de un mensaje del papa Juan Pablo II y el llamado del arzobispo para que documentos como el de Ecclesia in America "no pasen de noche y penetren en la conciencia de todos nosotros".