SABADO Ť 9 Ť JUNIO Ť 2001
Ť Libro del crítico de arte
Ludismo y estética, inherentes al oficio de Manrique
ANGEL VARGAS
El ludismo y la estética en el lenguaje son inherentes al ejercicio de Jorge Alberto Manrique como crítico de arte, según Germaine Gómez Haro: su imaginación creativa ''remite a Charles Baudelaire (el poeta francés) cuando éste afirmaba: creo sinceramente que la mejor crítica es aquella que es divertida y poética a la vez".
La historiadora y también crítica de arte resalta asimismo el vasto y profundo bagaje cultural que se advierte en los textos del especialista: ''Sostiene sólidamente un andamiaje de interpretaciones filosóficas e intelectuales", así como ''una habilidad para mezclar la intuición e información en un lenguaje claro y preciso, sin artificios, que permite tanto al estudioso como al lector no especializado el fácil acceso a los procesos artísticos en la creación moderna y contemporánea".
Gómez Haro participó anteanoche en la presentación de Arte y artistas mexicanos del siglo XX, antología de trabajos escritos por Manrique, editada por el CNCA, en su colección Lecturas mexicanas, y en la que se repasa con mirada crítica buena parte del quehacer plástico que se realizó en México durante el siglo XX, además de detenerse en el análisis de pintores tan relevantes como Rufino Tamayo, Francisco Toledo, Vicente Rojo y Pedro Coronel, entre otros, y dedicar apartados a las galerías de arte y al espacio escultórico de la UNAM.
La especialista -para quien Manrique representa, con Teresa del Conde y Raquel Tibol, uno de los críticos más prolíficos de las últimas décadas- dedicó su intervención a realizar un recorrido por los 12 ensayos del volumen, aparecidos en diversas publicaciones entre 1962 y 1996.
Estudioso obsesivo y crítico irreverente
''Este compendio significa un reconocimiento más a la trascendente labor que a lo largo de más tres décadas ha desempeñado (Manrique) como estudioso obsesivo, crítico irreverente y agudo, incansable promotor del arte mexicano y formador riguroso de generaciones de investigadores y maestros", subrayó Gómez Haro.
Con Salvador Mendiola y Renato González Mello, Del Conde fue otra de las presentadoras del libro. La ex directora del Museo de Arte Moderno destacó el relevante trabajo de su amigo y colega dentro de la crítica. Lo calificó como uno de los mejores comentaristas de la arquitectura universal de todos los tiempos.
Destacó que Manrique ''es un hombre de intereses múltiples que no puede perseguir un solo tema, como otros académicos", y subrayó que en cada uno de los textos de aquél se advierten claramente los planteamientos teóricos y discursivos que reúnen tres disciplinas indisociables: la historia, la historia del arte y la crítica del arte.
''También tiene su pensamiento propio, su pensamiento filosófico, que es indispensable en un crítico que tiene sus gustos y sus disgustos", dijo Del Conde.
González Mello resaltó: ''La ética y la restitución del lenguaje son centrales para un autor cuyos textos se tejen alrededor del lenguaje y su crítica desde la historia. La reinvención de las palabras y de las imágenes articulan una ética que exige tanto al poder como a los relatos históricos que cumplan sus pretensiones, una ética que no se conforma con pretextos".