SABADO Ť 9 Ť JUNIO Ť 2001
Ť Poco más de 40% de ellos realizan labores en el sector agropecuario
Trabajan en México 3 millones 500 mil menores de entre 12 y 17 años
Ť Violencia, abandono, orfandad y falta de recursos en la familia, entre las principales causas
Ť Ante la situación, el DIF promueve acciones a favor de los infantes explotados
JOSE GALAN
En México existen casi 129 mil menores de 17 años que usan las calles y los espacios públicos como lugares de trabajo o vivienda en las 101 principales ciudades del país, con lo que llegan ya a 3 millones 500 mil los niños entre 12 y 17 años que laboran en la calle o en alguno de los sectores productivos.
Las principales causas de este incremento son la carencia de recursos familiares, la violencia y la desintegración familiar, el abandono, la orfandad y el maltrato, que influyen para que los niños salgan de sus hogares y sean parte del fenómeno conocido como "niños de y en la calle".
De los 3 millones 500 mil niños, 42 por ciento del trabajo infantil se concentra en el sector agropecuario, 23 por ciento se desempeña en el área de servicios; 17 por ciento realiza actividades comerciales; 14 por ciento se ubica en la manufactura y 4 por ciento en la construcción.
De ellos, 114 mil 497 menores de 17 años usan las calles y los espacios públicos como lugares de trabajo o vivienda. De ese total, 45 por ciento se concentra en 14 grandes ciudades, centros turísticos o fronterizos como Guadalajara, Tijuana, Ciudad Juárez, Acapulco, Cuernavaca, Monterrey, Toluca, Querétaro, Tuxtla Gutiérrez y Tapachula. El restante 55 por ciento radica en otras 86 ciudades.
En el caso del Distrito Federal, explicó Pilar Denegri Piña, directora de Protección a la Infancia del Sistema Nacional DIF, se realizó un estudio en 1999, que evidenció la presencia de 14 mil 322 niñas y niños que viven y trabajan en las calles de la capital de la República, como una estrategia de sobrevivencia familiar o individual.
Del total, 94 por ciento sabe leer y escribir; 64 por ciento mantiene nexos con la escuela, y cerca de 8 por ciento son menores indígenas de origen nahua, maya, mixteco, otomí, zapoteco, tzotzil, mazahua y tarahumara. La mayoría de estos permanece en su entidad natal, y sólo uno de cada tres emigra a otras regiones.
El 19 por ciento de los niños trabajadores indígenas son analfabetas y presentan los índices más altos de marginación pero, quizá por la cohesión familiar que se mantiene en ese grupo, se han salvado de sufrir daños mayores por drogas o maltrato.
Para atender la situación en general, agregó Denegri Piña, el DIF instrumentó desde el año pasado el programa para la Prevención, Atención, Desaliento y Erradicación del Trabajo Infantil, y se amplió la cobertura al ámbito municipal, así como el número de menores beneficiados.
"El reto de la institución es detectar y abordar el trabajo infantil no visible, así como contribuir para que la educación sea obligatoria como instrumento para abatir el trabajo infantil", añadió. "Además, se revisan y perfeccionan los marcos legales para garantizar que la familia, la sociedad y el Estado se responsabilicen de promover y hacer gozar a los niños, niñas y adolescentes el pleno ejercicio de sus derechos para que tengan una vida digna y con todo lo necesario para el pleno desarrollo".