Exigen trabajadores de Aerolíneas Argentinas restatizar la empresa
DPA
Buenos Aires, 8 de junio. Una multitud de trabajadores de Aerolíneas Argentinas, acompañados por sindicalistas, jubilados y representantes de partidos políticos, marcharon desde el Congreso nacional hasta el Aeroparque Jorge Newbery, donde realizaron severas críticas al gobierno y a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales de España (SEPI), que controla la aerolínea.
El secretario general de la Asociación del Personal Aeronáutico, Ariel Basteiro, pronunció un duro discurso en el que exigió a la SEPI, dueña de 91.2 por ciento de la aerolínea: "Pongan la guita (dinero) que se llevaron, pongan los 350 palos (millones de dólares) que hay que capitalizar". Asimismo demandó al presidente Fernando de la Rúa que se imponga para iniciar "el proceso de restatización de la compañía.
Antes, el sindicalista informó que el gobierno argentino está realizando gestiones ante España para normalizar las operaciones de Aerolíneas Argentinas, que anoche anunció la suspensión de los vuelos a siete destinos.
"Hay gestiones encaminadas por el ministro de Economía,
Domingo Cavallo, y el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, para que desde
España se envíen fondos para posibilitar el pago de la cuentas
corrientes de los combustibles" y normalizar las operaciones de la empresa,
dijo Basteiro.
En tanto, la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich,
calificó de "muy grave" la situación de Aerolíneas
Argentinas y ratificó que "el Estado argentino no se puede hacer
cargo de la compañía".
Bullrich planteó como la mejor hipótesis para la resolución de este conflicto un acuerdo de la totalidad de los gremios y la SEPI. "Hay un acuerdo para una nueva capitalización de 350 millones de dólares. También para una estabilidad laboral por tres años y hasta quedó de la lado el tema del despido de más de mil 300 trabajadores. De manera tal que la contrapartida seria que los gremios se avinieran a renegociar los convenios colectivos de trabajo", afirmó.
Desde la venta de la aerolínea a capitales españoles, hace más de diez años, la empresa acumuló un pasivo de cerca de alrededor de mil millones de dólares y se desprendió de casi todos los activos, por lo que la administración española debió aportar alrededor de 600 millones de dólares para mantener la línea aérea en vuelo.