TEATRO
No hay ladrón que por bien no venga
Mariana Norandi
Existen reacciones humanas que con el pasar de los tiempos no cambian y una de ésas es recurrir a la mentira para ocultar comportamientos socialmente inadmisibles como es la infidelidad. Pero ahí no radica el problema, sino, cuando una mentira comienza a encadenar otras tantas mentiras.
El resultado puede verlo en la puesta teatral No hay ladrón que por bien no venga, que se restrena este viernes en el teatro Julio Prieto.
La obra, escrita por el Nobel de Literatura Darío Fo, y dirigida por Marco Antonio Silva, narra la historia de un prestigioso hombre público (Moisés Manzano) que es sorprendido por un ladrón (Enrique Arreola) cuando se decidía a seducir a su amante (Dora García).
La trama se va complicando cada vez más, hasta que estalla cuando aparece la esposa del hombre (Miriam Calderón), la consorte del ladrón (Leticia Cavazos) y el amante de la esposa del reconocido señor (Joaquín Rodríguez), que a su vez es esposo de la amante de éste.
Toda esta enredosa y disparatada situación se envuelve en un manojo de falsedades e ingeniosas historias de engaños, cuya finalidad es salvar y conservar la tan recurrente doble moral.
Joaquín Rodríguez nos comenta al respecto: "A pesar de que Fo construye una comedia aparentemente ligera, en el fondo, durante toda la obra, transmite entre líneas críticas sobre conductas sociales no aceptadas, que están ahí pero hacemos la vista gorda. A lo que Dora García, actriz y productora de montaje agrega: "Mi personaje es el típico que desea irse a la cama pero antes quiere que la conquisten, que le platiquen, porqué no nos podemos ir a la cama tan fácilmente..."
Otro tema que abarca es el del divorcio. Pensamos que es normal pero todavía para mucha gente sigue siendo un tabú. También toca el tema de los cuernos. Es algo que hacemos pero eso sí, que no nos los pongan delante...".
Esta obra juega con situaciones absurdas para decir grandes verdades, nos pone delante de un espejo en el que nos cuesta mirarnos. Todo ello con un gran sentido del humor y con la creación de situaciones extremas que buscan provocar en el espectador la risa de sí mismo.
Dora García, quien confiesa que para representar su papel "me inspiré en las mujeres de telenovelas, sufridas y atormentadas", cree que el meollo de esta farsa está en el estilo: "Para mí es un reto esta comedia por su sutileza. A pesar de que dice cosas tremendas nunca cae en la vulgaridad".
Pero si las situaciones creadas rozan la exageración y el absurdo, las actuaciones también se tornan caricaturescas. Los personajes son arrastrados al extremo melodramático, provocando, en creciente, la reflexión y la risa del espectador. Al final todo es posible, nada sorprende, lo disparatado resulta razonable, lo ilógico se vuelve evidente.
Esta obra, que según su elenco no busca más que divertir, logra su objetivo además de mover muchos tapetes entre los espectadores porque, ¿a quién no le han sorprendido en una mentira?
No hay ladrón que por bien no venga: Teatro Julio Prieto. Xola y Nicolás San Juan, colonia Del Valle. Viernes 20:30, Sábado 19 y domingo 18 horas.