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Alejandria, 7 de junio. Vestigios de la ciudad faraónica de Heraklión, que se presume desapareció sepultada por un terremoto, fueron descubiertos en el fondo del mar por un equipo que encabeza el explorador francés Franck Goddio, el cual se apoyó en sofisticada tecnología electrónica. Entre los hallazgos destaca una estela intacta en granito negro, casi idéntica a una encontrada en 1899 que ahora se exhibe en el Museo Egipcio de El Cairo. En ambas está esculpido un edicto del faraón Nektanebos (378-362 aC) que ordenaba un gravamen de 10 por ciento sobre mercancías griegas para la construcción de un templo en honor de la diosa Neis. En la pieza que se descubrió un siglo atrás, se instruye erigir la estela en la localidad de Naukratis, mientras la descubierta ahora, de 1.95 metros de altura y asombrosamente preservada, se mandata su instalación en Heraklión, dato que respalda la noción de que esa ciudad bajo el mar es la egipcia Heraklión, de la que hacen referencia las leyendas míticas y cuya existencia parece probarse con esta noticia. Asimismo, se localizaron tres gigantescas estatuas de granito rosado: una del dios del Nilo, Hapi, otra de un faraón y una más de una diosa. Los restos de las efigies estaban en el fondo del lecho marino, alrededor de un altar de granito con inscripciones en jeroglífico dedicadas al dios Amún, el gran templo de Heraklión, según las hipótesis. REUTERS Y AFP |
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