Ť Enojado, el ex gobernante calificó de "injusta" su detención; su nueva esposa lloró
Menem, detenido por acusaciones de corrupción y tráfico de armas
Ť Por su edad quedará bajo arresto domiciliario en una finca de la provincia de Buenos Aires
Ť Al ex jefe del ejército argentino Martín Balza, menor de 70 años, se le niega ese beneficio
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 7 de junio. En un hecho inédito en Argentina, el ex presidente Carlos Menem quedó detenido hoy después de declarar ante el juez Jorge Urso en la causa por la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador (1991-1995), constituyéndose en el primer ex mandatario juzgado y encarcelado como responsable de graves delitos de corrupción.
Debido a que tiene más de 70 años quedará bajo detención do-miciliaria en una finca en la provincia de Buenos Aires, que pertenece a un personaje farandulesco de la política menemista, Armando Gostanian, a quien, sin méritos, colocó al frente de la Casa de la Moneda durante su gobierno.
Menem, quien se negó a contestar las 200 preguntas que le hicieron el juez Urso y el fiscal Carlos Stornelli, para en su lugar leer una declaración, reaccionó enojado y dijo que su arresto era "injusto", mientras que su esposa, la ex Miss Universo Cecilia Bolocco, rompió en llanto, en un clima tenso.
Seguidores del ex mandatario ha-bían logrado colarse en el piso donde está el juzgado federal de Urso, el magistrado que lo procesó, e intentó tomarse la oficina, lo que originó forcejeos con la policía. El juez tiene 10 días para definir la situación procesal del detenido.
Afuera unas 300 personas que fueron traídas en autobuses desde La Rioja y otras provincias del norte para arengar a favor del ex presidente, arremetieron contra los medios de prensa y los empleados judiciales, incidentes que finalmente no llegaron a mayores.
El presidente Fernando de la Rúa ratificó la independencia de la justicia y señaló que esto no puede ser visto por la "imaginación de nadie" como una causa politizada.
"Está garantizado el funcionamiento de las instituciones republicanas", sostuvo el mandatario al reflexionar también que era un ca-so resonante por la condición de ex presidente de Menen.
Cientos, no miles, de acarreados
El ex mandatario llegó una hora antes a su cita con la justicia, pero no lo esperaban los 50 mil manifestantes que habían prometido sus seguidores, sino los acarreados del interior del país, como un símbolo de los tiempos que atraviesa.
Los días de vino y rosas, al me-nos hoy, parecían muy lejanos.
Con incredulidad y hartazgo por la sujeción de la justicia a los mandatos del poder menemista, la sociedad en general temía que ésta fuera una nueva "movida" sin consecuencias, después que durante los últimos años los juicios sobre graves escándalos de corrupción, que incluyeron asesinatos y amenazas de testigos, quedaban encajonados en los juzgados de turno.
De acuerdo con las encuestas en los últimos años del gobierno de Menem (1989-1999), entre 87 y 90 por ciento de los argentinos había perdido su fe en la justicia.
Un muestreo de Ricardo Rovier y Asociados, realizado ayer, reveló que 63.2 por ciento de los consultados lo considera culpable, 27 por ciento dijo no saber y sólo 8.3 opi-nó que no era responsable del delito imputado, que --por cierto-- no es excarcelable.
Hasta ahora el juzgado denegó la excarcelación de los ex funcionarios detenidos en esta causa: el ex asesor presidencial Emir Yoma, el ex ministro de Defensa Erman González y el general y ex jefe del ejército Martín Balza, detenido ayer y a quien hoy se le negó un recurso de excarcelación, el que por tener 67 años de edad no podrá gozar del beneficio del arresto domiciliario.
Como sucede con quienes fueron poderosos sin límites, Menem estuvo literalmente solo en los úl-timos tiempos, sin los grandes participantes en la "fiesta menemista" que definió tan bien el ex mi-nistro del Interior José Luis Manzano, cuando dijo "robo para la corona", frase que se hizo famosa como título del libro del periodista Horacio Verbitsky, sobre la co-rrupción que durante una década se abatió sobre el país.
Camino hacia el infierno
El Partido Justicialista, donde el ex mandatario supo desatar los vientos, le devolvió tempestades. En pocos días, el ex mandatario vivió su boda (26 de mayo) con Bolocco, casi 40 años menor que él, que tuvo ya el reflejo de la degradación de su propia historia al realizarse la fiesta en una cancha de basquetbol de la capital de La Rio-ja, en cuyo centro estaba la mesa de los invitados poderosos y en las gradas, mirándolos, los acarreados del lugar comiendo locro, comida típica local, como un remedo, sin gloria, del circo romano.
Desde allí en adelante sus días fueron un paso por los caminos del infierno, como dijo a un allegado.
Su hija impidió que ocupara la finca de descanso en Anillaco, donde se hizo construir una pista de aterrizaje internacional, y tampoco pudo entrar a una casa fastuosa en esta capital. Llevó finalmente a su flamante esposa chilena a un hotel medio, mientras ma-niobraba con sus hombres más cercanos para eludir los tribunales.
Sobre Menem y sus allegados, que llenaron las revistas frívolas durante mucho tiempo, exhibiendo sus riquezas, sus casas en Punta del Este, Miami o Nueva York, y a la vez las cuentas en los paraísos del lavado de dinero, pesan diversos juicios por peculados que pu-sieron al país entre los más corruptos del mundo.
Durante su gobierno se instaló la cultura de la frivolidad, se remataron con artilugios ilegales e in-constitucionales todas las empresas del país, la cultura retrocedió, como reflejo del ocaso educativo, el país fue mostrado por los poderes financieros del mundo como un ejemplo de crecimiento, mientras la pobreza se extendió hasta alcanzar en algunas regiones más de 70 por ciento y el desempleo ascendió a su pico histórico: 18.6 por ciento (1995).
Investigación "hacia arriba"
El juez Urso reunió pruebas contundentes durante seis años, en un juicio iniciado por el abogado Ri-cardo Monner Sanz, quien recientemente fue entrevistado por La Jornada, cuando esperaba este mo-mento con "la percepción de que finalmente se había destrabado el camino para ejercer la justicia".
Desde el año pasado la sala dos de la Cámara Federal, que había sufrido toda clase de obstrucciones, decidió avanzar al correrse los cerrojos de la justicia, despertó la causa y arrasó.
En abril, la Cámara ordenó finalmente al juez que continuara la in-vestigación "hacia arriba" después de la detención de Emir Yoma, el ex cuñado de Menem. Y allí co-menzó una dinámica que superó todas las previsiones.
Ahora, sometido a los requisitos de la prisión domiciliaria, pero en el encanto de una vida campestre, Menem, nacido el 30 de julio de 1930, planea sus próximos pasos.
Pero las alternativas son muy di-fíciles. La causa tiene más de 40 imputados, y además de asociación ilícita existen cargos de malversación de fondos públicos, falsificación de documentos y otros no me-nos graves, a los que se añade un juicio por contrabando de armas, que posiblemente se sume a éste ya que tienen una misma raíz.
Al partir en el helicóptero de la policía federal, Menem levantó la mano para saludar a los escasos manifestantes que lo alentaban, pero también desde otros grupos partieron fuertes insultos.
La finca está rodeada por policías fuertemente armados, pero familiares y amigos pueden llegar fácilmente al lugar, que es similar a la residencia ofrecida a su amigo el ex general paraguayo Lino Oviedo, a quien, se dice, ayudó a fugarse.
Atrás quedaban sus sueños de ir a París y Siria, a exhibir a su joven esposa chilena. Pero la novela me-nemista aún no tiene fin.