VIERNES Ť 8 Ť JUNIO Ť 2001
Ť Dos mil manifestantes exigen a legisladores en Tuxtla Gutiérrez rechazar el precepto
Aprueban en Quintana Roo la ley indígena
Ť Duro enfrentamiento entre los bloques PAN-PRI y PRD-PT en el Congreso estatal
Ť Chiapanecos toman la Cámara de Diputados local y anuncian acciones de protesta
JAVIER CHAVEZ, ANGELES MARISCAL CORRESPONSALES
La Cámara de Diputados de Quintana Roo aprobó ayer las reformas a la ley en materia de derechos y cultura indígenas con 15 votos a favor -13 del PRI y dos del PAN- y seis en contra -cinco del PRD y uno del PT.
En Chiapas, mientras tanto, unos dos mil indígenas efectuaron una manifestación y concluyeron con un mitin en el Congreso local para exigir a los legisladores que rechacen dicha ley enviada por el Congreso de la Unión, por considerar que atenta contra los grupos étnicos.
En Quintana Roo, el diputado priísta Juan Manuel Lara Duarte, presidente de la Comisión de Ecología, Asuntos Agropecuarios, Forestales y Pesqueros, recordó que el Consejo Supremo Maya declaró que la ley no satisface las expectativas y "por ello mi voto será en contra". Sin embargo, al final, votó a favor.
Su compañero Florentino Balam Xiu, secretario general del partido en Quintana Roo, abandonó la sesión antes de la votación. Otro priísta, Marcelo Carreón Mundo -cuyo distrito se ubica en el corazón de la zona maya-, no acudió al debate.
La sesión se caracterizó por un duro enfrentamiento entre los bloques conformados por PRI y PAN, por un lado, y PRD y PT, por el otro. Este último par denunció que tanto priístas como panistas perdieron la oportunidad de debatir el tema de la ley indígena a fondo, ya que aprobaron por consigna.
"No analizaron las condiciones de Quintana Roo, donde las etnias sufren discriminación laboral y han quedado marginadas del desarrollo económico", opinó el perredista Herbert Carrillo Ruiz.
En Quintana Roo hay 250 mil indígenas, 95 por ciento mayas y concentrados en los municipios de Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos, Lázaro Cárdenas y Solidaridad. Cinco por ciento lo representan las etnias tzotzil, zapoteca, knajobal, mame y chol.
"Clima contrario a la tranquilidad"
En Tuxtla Gutiérrez, mientras tanto, al menos dos mil indígenas de distintos puntos de la entidad e integrantes de la Coalición de Organizaciones Autónomas del Estado de Chiapas tomaron simbólicamente el Congreso local para exigir a los legisladores rechacen la ley indígena.
"En ustedes está aprobar o rechazar una ley que traiciona a Chiapas y a los pueblos indígenas, que han expresado a través de los acuerdos de San Andrés su deseo y determinación de organizarse y luchar, de manera pacífica, por mejores condiciones de vida", sostuvo Lorenzo Jiménez, representante de la Coalición de Organizaciones Autónomas de Ocosingo, durante un encuentro con legisladores de cada una de las fracciones parlamentarias.
"Que no les importe (a los diputados) las determinaciones de las otras legislaturas del país. Chiapas simboliza la lucha zapatista y de aprobar la ley indígena, se generaría un clima contrario a la tranquilidad y certidumbre para el desarrollo del estado", añadió.
El líder indígena señaló que de lo contrario, "las organizaciones zapatistas y no zapatistas iniciaremos acciones de protesta, y no lo manejamos como una amenaza, sino como un hecho que se va a dar en el momento mismo que se apruebe la ley".
Desde temprano, los indígenas marcharon por las principales calles de Tuxtla Gutiérrez y en seguida efectuaron la toma simbólica de la Legislatura.
Los representantes de las etnias tzeltal, chol, tzotzil y tojolabal denunciaron que el Congreso de la Unión "violó los acuerdos de San Andrés firmados entre el gobierno federal y el EZLN en febrero de 1996".
En su mitin los campesinos mencionaron que "la contrarreforma federal dejó de lado la voluntad de diálogo demostrada por el EZLN e inicialmente asumida por el presidente Fox, y violenta los compromisos de México en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo".
Miguel González Hernández, uno de los oradores, agregó que la ley indígena "desconoce el espíritu y las conclusiones de los acuerdos de San Andrés y rompe el consenso alcanzado para la reconciliación y la paz, plasmado en la iniciativa de la Comisión de Concordia y Pacificación, que también era acuerdo de Estado".