VIERNES Ť 8 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Los bienes saqueados a países pobres deben ser devueltos

Tribunal para enjuiciar crímenes económicos: cardenal hondureño

Ť Organismos internacionales no deben ayudar a gobiernos corruptos, pues ponen en riesgo la democracia de AL, alerta

JOSE ANTONIO ROMAN ENVIADO

Puebla, Pue., 7 de junio. Si no se alivian los problemas de la pobreza y la deuda externa que aquejan a América Latina, los brotes de inconformidad social, como la subversión zapatista que estalló en 1994, se generalizarán en la región, advirtió el cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, ex presidente del Consejo del Episcopado Latinoamericano (Celam).

Responsable papal de la campaña de alivio de la deuda externa en la celebración del Jubileo 2000, propuso la creación de una corte internacional para los crímenes económicos, a fin de que los bienes "saqueados" a los países y pueblos pobres regresen a esas naciones para que se inviertan en su desarrollo.

Las cuentas millonarias de presidentes, dictadores o funcionarios son una situación injusta que no puede quedar impune, indicó. ''Ese dinero tiene que volver a los países, porque nadie, a no ser que fuera Bill Gates (presidente de Microsoft), podría justificar con el sueldo de un jefe de Estado o con un negocio lícito esas fortunas", dijo el arzobispo de Tegucigalpa.

En la última conferencia del primer Encuentro Pontificio de América sobre Cultura, señaló que el futuro de la región es "muy preocupante", pues a la globalización económica, cuya característica es la exclusión, se suma el problema de la deuda externa. Todo esto, dijo, hace que las democracias latinoamericanas "sean muy frágiles y prácticamente pendan de un hilo".

El acorralamiento, detonante

Rodríguez Maradiaga subrayó que los gobiernos deben tomar "medidas urgentes" contra la pobreza, la deuda externa y la corrupción, pues el peligro de que se generalicen brotes sociales de inconformidad está presente. "No se puede tener la mente del avestruz, que esconde la cabeza bajo la tierra pensando que no viendo los problemas ya no existen", señaló.

''Ustedes han tenido aquí un ejemplo muy claro de lo que puede suceder en otros países del mundo. El día que comenzaba con gran esperanza el famoso TLC, ese día empezó en Chiapas la subversión de la pobreza, ya no una subversión ideológica, como existía en el pasado, con ideologías de tipo político; hoy día es la pobreza, es la necesidad de subsistir, es la necesidad de tener una vida humana digna.

"Cuando la gente se encuentra acorralada surge el instinto de la supervivencia; la persona que está acorralada por el hambre, por el desempleo, por la miseria -que ya no por la pobreza-, y frente a la ostentación de la globalización de la riqueza, lógicamente salta el instinto de conservación en forma de violencia, y esta violencia es el crimen, un crimen que está volviéndose incontrolable en todos nuestros países".

El ex presidente del Celam, que en su país preside una comisión contra la corrupción, señaló que los países desarrollados, la banca y los organismos financieros internacionales "no pueden seguir actuando en forma hipócrita y prestar a gobiernos corruptos", pues esta conjugación de corrupción y pobreza puede terminar con nuestras democracias. Además, expresó su convencimiento de que si no hay un alivio "sincero y eficaz" de la pobreza, todos los esfuerzos por controlar la violencia serán inútiles.

Expresó su deseo de que así como la comunidad internacional fue capaz de crear una Corte Internacional para los Crímenes de Guerra, también pueda crearse una que castigue los crímenes económicos, pues hoy en el mundo se ven casos escandalosos de jefes de Estado, presidentes y dictadores que tienen fortunas inexplicables.

Durante el último día de trabajos, el cual cardenal2 se realizó en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), el cardenal hondureño señaló que la migración es otro de los fenómenos que vienen a consecuencia de la pobreza. Citó que tras la tragedia que el huracán Mitch dejó en Centroamérica, en un solo año ingresaron a Estados Unidos más de 120 mil hondureños, "sin contar todos los que se murieron en el camino, los que fueron saqueados y los que fueron deportados".

Al insistir en la fragilidad de las democracias, dijo que esto se debe también a que muchas de nuestras instituciones políticas han degenerado en "industrias para enriquecer" a los miembros y dirigentes de los partidos políticos o gobernantes mediante los fondos del Estado. "El enemigo más grande de la política es la corrupción".

Y agregó: "Hoy hay tantos lugares y tantos países en los cuales muchos politiqueros entran en una carrera política con la sola finalidad de invertir en una campaña política, para después obtener dividendos durante un gobierno con base en todo tipo de maniobras que al fin de cuentas empobrecen al Estado y a su pueblo. Algunos políticos siguen viendo al Estado como un botín".

Dijo que junto con la corrupción, la precaria situación económica es otro de los factores que hacen frágiles a las democracias. "Hay países que tienen que recibir blindajes de miles de millones de dólares, y uno se pregunta por qué, qué pasa en ese país. Uno en verdad no entiende".

Comentó que como presidente del Celam, entre 1995 y 1999, recibió mucha información de los países que "privatizaron todo lo privatizable", pero se dio el caso, por cierto muy frecuente, de que los miles de millones de dólares que se reportaron por la venta no existían en las arcas públicas, sino en muchísimas menores cantidades, "es decir, hubo funcionarios que abandonaron esos gobiernos saqueándolos y eso no debe existir".

Lamentó que la campaña de alivio de la deuda convocada por el Papa en el Jubileo 2000 no haya alcanzado las metas esperadas. Una sola decisión del G-7 hubiera bastado para condonar la mitad de la deuda externa de los países más pobres del mundo, lo cual era viable sin afectar a la economía mundial; eso se podía hacer con las solas capitalizaciones del FMI, "pero no se quiso".