JUEVES Ť 7 Ť JUNIO Ť 2001
Ť Habla Vicente Quirarte, autor de una biografía literaria de la urbe
Un mapa con muchas lagunas y un solo personaje, la ciudad de México
Ť Tesis doctoral en su origen, el volumen creció y ahora lo publica la editorial Cal y Arena
Ť Apuesto por los textos creativos, con sustento y documentación, explica el escritor
RENATO RAVELO
Una mañana de 1860, cuenta Vicente Quirarte, nació la ciudad de México en la mirada de Francisco Zarco, mientras observaba la caída de la luz en la Alameda, la víspera de Navidad, a través de la ventana estrecha de su celda. Elogio de la calle, biografía literaria de la ciudad de México (1850-1992), es un mapa con lagunas, un trazo para muchas otras investigaciones, una especie de puente entre la academia y la curiosidad.
Y es que la investigación de Quirarte (que se presenta hoy, a las 19:00 horas, con un diálogo entre el autor y Gonzalo Celorio, en el Museo de la Ciudad de México, en Pino Suárez 30, Centro Histórico) forma parte de otro gran proyecto que desempeña en la Biblioteca Nacional, consistente en hacer la hemero-bibliografía literaria de la urbe y se originó, además, en su tesis doctoral. Ahora bajo el sello de Cal y Arena aparece el volumen que es como un diálogo con el imaginario literario en ocho tiempos, que son el número de capítulos.
Testamento de la polis romántica
-ƑCómo surge el proyecto?
-Cuando me decidí hacer un libro acerca de la ciudad de México, desde el punto de vista de los escritores tuve que elegir hitos y acontecimientos. En un principio tenía una aproximación temática, tratando de establecer seres, objetos, iglesias, la figura del perro en la urbe, pero advertí que eso se convertía en un trabajo interminable y decidí hacerlo de una manera cronológica, como si fuera una biografía y tratando de encontrar aquellas etapas en las que hubieran ocurrido acontecimientos importantes.
''De tal modo que dedico un capítulo a la muerte de (Manuel) Acuña, un escritor que nunca escribió sobre la ciudad de México, la circunstancia de su suicidio, su trayecto funerario, todo el cisma que provocó, que me parecieron fundamentales para entender una especie de testamento de la ciudad romántica."
-ƑPor qué esa víspera navideña?
-Tuve que hacer una división arbitraria, en esto que quizá sea el principio de un trabajo mayor, porque trataba de ver a la ciudad de México como un personaje. Desde mi punto de vista fue a partir de la aparición de ''México y sus alrededores", cuando se une el talento plástico de Casimiro Castro con el de los autores más importantes de la época, y la urbe deja de ser un escenario. Entre las fechas elegidas hablo de dos Franciscos, Zarco recuerda todo lo que ha sido la ciudad de México a lo largo de diez años, en las lecturas de sus contemporáneos. En el último capítulo, un personaje que contempla la ciudad desde la Torre Latinoamericana, evoca un poema de Francisco Hernández titulado La degradación de la primavera, donde vemos una concepción apocalíptica desencantada, tremendamente realista".
Sobre cómo acercarse a un tema tan vasto, Quirarte cuenta: ''Al hacer este libro que originalmente era tesis doctoral -mi asesor era Rubén Bonifaz Nuño- opinaba que el libro estaba creciendo demasiado, que mejor hiciera dos libros. Cuando tuve que prepararlo para Cal y Arena, me dí cuenta que el volumen estaba engordando pero no creciendo y decidí dejarlo como lo que es, como un mapa con muchas lagunas".
Investigación no ortodoxa
-Se nota un cruce de géneros en esta obra, pareciera que la narrativa ya no puede ser pura invención...
-Estoy de acuerdo. Creo mucho que cuando un cronista como Guillermo Prieto decide registrar su primera salida a la calle, entra a formar parte de la historia. La caminata de un civil de 23 años que un día domingo sale de Palacio Nacional, porque entonces vivía protegido por el presidente Bustamante, hace de su caminata una epopeya, toda proporción guardada con el personaje Ulises de James Joyce. Resulta curioso que cuando Prieto sale a caminar la Marquesa Calderón de la Barca está escribiendo sus cartas acerca de México. Con el tiempo ambos testimonios son importantes: él, porque funda en ese instante la crónica urbana, y Calderón de la Barca por su presencia extranjera.
''Hay una carta que supuestamente José Juan Tablada le manda a Ramón López Velarde. Por supuesto, esa misiva no se escribió pero pudo haberse escrito. Todos los elementos que aparecen en ella son históricos. Hay un capítulo que se llama Un día en la vida de la ciudad porfirista en el que reconstruyo el 15 de septiembre de 1896, y cuando leí ese texto en un coloquio en Austin, me dijo una alumna: 'Cuando termine su novela, Ƒdónde la va a publicar?'. Le dije que era un trabajo de investigación sin notas al pie, para ocultar las herramientas y destacar el resultado. De hecho, esto me causaba muchos conflictos con el doctor Bonifaz porque me decía que esto se iba por otros lados que no son los de una investigación ortodoxa. No se llega a una comprobación de la hipótesis. Es el tipo de textos que me gustan y que incluso desde la academia defiendo: textos creativos con un sustento y documentación."
La urbe y el cine
-Hablas de la invención de la noche en la ciudad de México, Ƒen qué contexto?
-La ciudad del siglo XIX era una urbe que se regía por lo natural, la iluminación era muy escasa. Hay pocos textos en el siglo XIX acerca de la noche, uno de ellos de Zarco, en donde habla de que la iluminación estaba a cargo de los particulares. Con la aparición de la luz eléctrica, Gutiérrez Nájera y José Tomás de Cuéllar dedican textos para hablar de la modificación que esto trae, en maquillajes, en usos, junto con la relajación que permite el porfirismo, con la aparición de los burdeles, del bar tipo americano, ya no el café español ni la pulquería para el pueblo, sino el bar que va a ser historiado por Rubén M. Campos, donde aparece la variedad etílica que permite una economía próspera abierta al extranjero y surge lo mismo Santa, que los poemas al ajenjo y una obra como Claudio Donos, que puede ser leída como novela con temática homosexual, con la exploración de un universo del que antes se hablaba de manera idealizada.
-ƑCrees que la literatura es urbana o rural?
-Creo que la presencia de la ciudad de México en el cine de los últimos años es impresionante. Ahora prácticamente no hay película que no abarque el tema. Tan sólo de 1992 a la fecha hay una gran proliferación de trabajos. Hay un consejo de la crónica, trabajos delegacionales. Si uno piensa en el libro del Instituto Mora sobre Mixcoac, o el del Chopo sobre la Santa María hay una conciencia, quizá para defenderse de la falta de identidad de la macrópolis, de recuperar este sentido de barrio, como la patria chica.